Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


BRASIL PUEDE VOLVER A DEVALUAR
El peligro es real


t.gif (862 bytes) No es una conclusión que suene simpática a los oídos del equipo económico oficial. Pero la Fundación Capital sostiene, en un meticuloso informe ayer distribuido, que Brasil sigue teniendo un riesgo devaluatorio latente. El elenco que conduce José Luis Machinea apuesta, por el contrario, a que continúe la gradual revaluación del real, que ha venido comiéndose de a lonjas la ventaja competitiva lograda por el vecino con el proceso devaluatorio que los mercados le impusieron en enero de 1999. De acuerdo con los analistas que trabajan a las órdenes de Martín Redrado, los vencimientos de la deuda pública brasileña de corto plazo (a menos de un año) representan hoy (datos a marzo de 2000) un 278 por ciento de las reservas internacionales, lo mismo que representaban en julio de 1998.
En aquel entonces, Brasil debía afrontar en los siguientes doce meses vencimientos por 200.000 millones de dólares, 2,8 veces sus reservas. El mes pasado la deuda a futuro era de 108.917 millones, pero seguía equivaliendo a 2,8 las reservas por el intenso drenaje que éstas sufrieron en la larga batalla por evitar la devaluación. Hoy, tras una progresiva recuperación, las reservas están recién acercándose a los 40.000 millones. Según la FC, �este evidente exceso de la demanda potencial de dólares (representada por el endeudamiento de corto plazo) sobre la oferta potencial de divisas (esto es, las reservas del Banco Central), unido al todavía existente desequilibrio fiscal agregado (mientras el superávit primario ronda el 3 por ciento del PBI, los servicios de la deuda exceden el 8 por ciento del Producto) continúa explicando la probabilidad de que el real retome en algún momento su depreciación respecto del dólar estadounidense.�
El equipo de Machinea, ante la imposibilidad argentina de devaluar, se consuela con la teoría de que las devaluaciones reales terminan disolviéndose indefectiblemente. Esto valdría incluso para las exitosas. Es decir, las que consiguen evitar una suba de igual proporción en los precios (y costos) internos. En el caso brasileño, si bien la inflación se comió apenas un trozo de la devaluación (en los últimos doce meses los precios aumentaron un 7,6 por ciento), el ingreso de capitales, alentado por un fuerte diferencial de tasas (hoy la tasa Selic está en el 18,5 por ciento anual), remontó la cotización de la moneda local, dentro de un esquema de paridad flotante.
El estudio de FC pretende advertir que la luz amarilla sigue encendida, pese a los buenos indicadores que está mostrando la economía brasileña. En este sentido, luego de un suave crecimiento del 1 por ciento en 1999, contrastando con la caída del PBI argentino, esperan una expansión del 4 por ciento para este año. Esto es una buena noticia para la economía argentina, dado que cerca de un tercio de las exportaciones se dirige a Brasil. Pero el panorama se oscurecería si el real volviera al tobogán, porque la balanza competitiva volvería a inclinarse en contra de los argentinos. Esto renovaría las tensiones internas en el Mercosur y el reclamo de mecanismos compensatorios por parte de los productores nacionales.

 

PRINCIPAL