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Por Luciano Monteagudo �Abrónchese los cinturones, porque éste va a ser un mes agitado�, diría Bette Davis �parafraseando a su célebre Margo Channing de La malvada� si supiera cómo va a ser abril en Buenos Aires para el público cinéfilo. Durante treinta días el cine será protagonista absoluto en la ciudad, empezando por el Festival de Cine Independiente, que comienza el próximo jueves y cuya oferta supera los 200 títulos, entre cortos y largometrajes. Página/12 ya brindó una información inicial sobre la segunda edición de la muestra porteña y a partir de mañana irá ofreciendo una cobertura diaria con todo lo que hay que saber sobre el festival, que culmina el domingo 16. Pero la cantidad y la calidad de estrenos que llegarán durante todo abril a las salas de Buenos Aires, más una nueva Semana del Cine Francés y Español, con una veintena de preestrenos y visitantes, que ocuparán las salas del Village Recoleta a la semana siguiente de haber concluido el Festival de Buenos Aires, hacen de los días por venir todo un extraño paraíso en las sombras. Conviene ir por partes. Este mismo jueves, cuando el festival comience a recibir a su centenar de invitados �cineastas, críticos, programadores extranjeros� y se proyecte en la función especial de apertura The Hole, el film del malayo Tsai Ming Liang premiado por la crítica en el Festival de Cannes, las salas de estreno también tendrán sus novedades a punto. Empezando por Magnolia, el opus más reciente del director norteamericano Paul Thomas Anderson, que viene de ganar, hace apenas un mes, el Oso de Oro de la Berlinale. Coronada por un elenco encabezado por Tom Cruise, Jason Robards y Julianne Moore, entre muchos otros, la nueva película del celebrado director de Boogie Nights es un film coral, de gran ambición y mayor duración (tres horas nueve minutos) que viene dividiendo a la crítica desde su estreno en Estados Unidos, a fines del año pasado. Simultáneamente, y junto a otros dos estrenos de menor relevancia, este jueves también llega una auténtica curiosidad, Un diván en Nueva York, de la realizadora belga Chantal Akerman, con Juliette Binoche y William Hurt en los personajes protagónicos. Será el primer film que se estrene en Argentina de Akerman (Bruselas, 1950), una directora que viene haciendo sonar fuerte su nombre en el circuito de festivales internacionales desde que, a fines de los 70, se dio a conocer con Les rendezvous d�Anna. El jueves 13, cuando el Festival de Buenos Aires esté alcanzando su clímax, el primero de sus dos centenares de films llegará al estreno comercial. Se trata de Ghost Dog, el camino del samurai, la película que marca el regreso con gloria de Jim Jarmusch, el director de Extraños en el paraíso y Down by Law. Este auténtico independiente norteamericano está en su mejor forma en esta original relectura del film noir, con Forrest Whitaker como un killer suburbano que hace su trabajo con la misma parca eficacia que un personaje del cine de Jean-Pierre Melville, cruzado con Toshiro Mifune. Como para compensar tanta austeridad, ese mismo jueves llega a la cartelera porteña todo el sonido y la furia del nuevo Oliver Stone, Un domingo cualquiera, que viene de competir en la reciente Berlinale. Protagonizada por Al Pacino y Cameron Diaz, la película de Stone es una glorificación de los jugadores del llamado fútbol americano, a quienes el film compara �sin vueltas� con los gladiadores de la antigüedad. Se verá una versión con unos cuantos minutos menos que la copia de estreno en Estados Unidos, por decisión del propio Stone, que entendió que había detalles muy localistas, que no interesaban salvo a los seguidores de este deporte. Sin confirmación aún, ese mismo jueves 13 puede también aparecer en la cartelera de Buenos Aires Agnes Browne, la segunda película dirigida por Anjelica Huston, una comedia social de ambiente típicamente irlandés, que funciona como un homenaje a la memoria familiar. Y con esa fecha aseguradaya se anuncia Erin Brockovich, el nuevo vehículo de lucimiento de Julia Roberts, que viene batiendo records de boletería en Estados Unidos. La película fue dirigida por Steven Soderbergh, de quien en el Festival porteño se verá su film inmediatamente anterior, The Limey. Para el jueves 20, el maratón cinéfilo habrá terminado, pero la carrera continúa. Varios de los títulos presentes en la muestra aprovecharán para desembarcar inmediatamente en la cartelera. Y no son films de nombres menores. Tres realizadores norteamericanos de primera línea encabezan el lote. De Martin Scorsese se estrena Vidas al límite, su opus más reciente, protagonizado por Nicolas Cage. De Lawrence Kasdan llega Mumford, una comedia suburbana que viene precedida de elogios desde su paso por el Festival de San Sebastián. Y de David Lynch se verá Una historia sencilla, una de las cumbres de Cannes 98 y la revelación del director de Terciopelo azul y Carretera perdida como narrador nato. Como si eso fuera poco, ese mismo jueves 20 se pone en marcha una nueva Semana del Cine Francés y Español, con un ramillete de preestrenos y delegaciones de ambos países. De París vendrán, entre otras, ¿Qué es la vida?, de Francois Dupeyron, ganadora de San Sebastián 99, La enfermedad de Sachs, de Michel Deville, El pequeño ladrón, de Erik Zonca, y Una relación particular, de Frédéric Fonteyne, que le valió a Nathalie Baye (muy probable visitante) el premio a la mejor actriz en la última Mostra de Venecia. A su vez, de Madrid están previstas Paris, Tombuctú, del eterno pornógrafo Luis García Berlanga, Goya en Burdeos, de Carlos Saura, y Solas, celebrada opera prima de Benito Zambrano, un sevillano formado en la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños, Cuba. Finalizando el mes, el 27 será el turno de Humo sagrado, la película más reciente de la realizadora neocelandesa Jane Campion. La directora de Un ángel en mi mesa y La lección de piano se reencuentra aquí con Harvey Keitel y lo enfrenta a Kate Winslet, en una lucha que es tanto espiritual como sexual. También el 27 llega La última puerta, de Roman Polanski, en coincidencia con una minirretrospectiva de su obra en la Sala Lugones. Protagonizada por Johnny Depp y Emmanuelle Seigner, sería un regreso de Polanski a la atmósfera de El bebé de Rosemary. Por su parte, el cine argentino estará presente en abril con no menos de cinco estrenos, entre los que se cuentan Acrobacias del corazón, de Teresa Constantini, Cerca de la frontera, de Rodolfo Durán, Sólo gente, de Roberto Maiocco y los documentales Los libros y la noche, de Tristán Bauer, sobre el universo de Jorge Luis Borges, y Botín de guerra, de David Blaustein, sobre la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo por recuperar a sus nietos desaparecidos.
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