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Por Victoria Ginzberg Hebe Bonafini y Vicente Zito Lema están corriendo de un lado al otro, ultimando los detalles para el inicio del ciclo lectivo de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo. A partir del lunes, la presidenta de las Asociación de Madres y el escritor se convertirán en rectora y director académico. El escritor Osvaldo Bayer y el sociólogo James Petras presiden, respectivamente, el consejo académico nacional e internacional de la nueva casa académica. �No hay en el mundo ningún caso de unas madres que salieran a pedir por la vida de sus hijos y cárcel para sus asesinos que haya dado esta continuidad�, dice Hebe, para quien la universidad es un legado para la juventud. �¿Cuándo es la inauguración de la Universidad? Hebe: �El jueves a las 18 vamos a hacer una conferencia de prensa en el aula magna. A las 19, en la calle, va a ser la inauguración. Van a participar el rector de la Universidad de Salamanca, el vicerrector de Investigaciones de la Universidad del País Vasco, gente de Barcelona, de Cuba y de Chile, y el vicerrector de la Universidad del Comahue. �¿Qué carreras se van a dictar en la Universidad? H.: �Derechos humanos, psicología social, periodismo de investigación, arte y economía política. Todas duran tres años, menos psicología social, que tiene cuatro. Estamos cerrando la inscripción y hay alrededor de 600 alumnos. Si no estuviera cubierta la capacidad física, podríamos seguir. Zito Lema: �Además vamos a tener seminarios anuales de Educación popular, Lectura crítica de El Capital; Psicoanálisis, marxismo y capitalismo y Literatura y política. Después va a haber talleres de arte, de cine documental, de mural y arte callejero, de video y de fotografía. �¿Cómo hicieron las Madres para concretar este proyecto? H.: �Ayudadas por miles de personas. Aprovecho para agradecerles a los pibes de los conjuntos de rock, que fueron los que dieron la patada inicial para que juntáramos dinero para que compremos la casa. Con los festivales y el CD hicieron posible esto, porque donaron todo y con ese dinero compramos la casa (Hipólito Yrigoyen al 1400). Eso dio pie para que fuera una casa para la cultura. Un día hablando con Vicente y otros salió: �Che, ¿no se animan a una universidad?�. Y nos animamos. Después se unió más gente. A todos les llamó la atención que sea una universidad combativa, revolucionaria, que no le pide permiso al Gobierno para abrirla, que tiene el aval de una cantidad enorme de universidades del mundo. Z.L.: �Obviamente, sin las Madres esto no se hubiera hecho, pero si la gente no lo hubiera querido apoyar, tampoco se hubiera podido hacer. Pero también era imposible hacer esto si a la vez no contábamos con una buena parte de los mejores intelectuales argentinos. Y no hubo uno solo al que hayamos convocado y no haya venido. H.: �La cuarta pata nuestra ha sido Página/12. �¿Cuál es el perfil de la gente que se anotó? Z.L.: Cuando empezamos, no teníamos claro qué público iba a venir. El sueño de las Madres es que esté dirigido a la gente joven. Pero tenemos claro que hay que reparar ese tejido social que el terrorismo de Estado rompió. Por lo tanto, no pusimos ningún obstáculo, al contrario, en recibir a cualquier generación. Hay un público muy variado: profesionales, docentes universitarios, gente que no terminó el secundario, jóvenes, de las generaciones intermedias y mayores. A todos los recibimos. �¿En qué va a consistir la carrera de Derechos Humanos? Z.L.: Vamos a buscar que no haya una visión de los derechos humanos entendida de manera tradicional, ligada a las libertades públicas, sino que se entienda como la lucha histórica de los seres humanos para encarnar esos derechos humanos. No es un llanto sino una visión de la lucha y desde la vida. �¿Aspiran a tener un reconocimiento institucional desde el Ministerio de Educación? Z.L.: �Lo que nosotros buscamos es la legitimidad por la seriedad con que trabajamos, por la seriedad que históricamente han tenido las Madres y por el rigor que aportan los intelectuales convocados. H.: �¿Cómo le vamos a pedir al Ministerio de Educación de un gobierno que hizo la Obediencia Debida y el Punto Final? No tienen autoridad moral para autorizarnos. 30 mil desaparecidos, 23 años de lucha, la palabra de las Madres en la que cree todo el mundo; queremos que eso sirva como derecho propio para que los diplomas tengan peso en todos los niveles. Z.L.: �Las Madres tienen un reconocimiento público de legitimidad ética y ésa es la base de nuestro certificado. La otra parte es una rigurosa formación científica e intelectual de quienes estudian aquí. El desafío era legitimidad ética e intelectual, y no legalidad burocrática. �Hebe, ¿va a dar clase? H.: �Tal vez alguna en Derechos Humanos. Z.L.: �Hebe va a dar clases en Derechos Humanos y también en el seminario de Educación Popular, porque las Madres tienen una larga práctica en esos temas. �¿Cuál es el próximo proyecto? Z.L.: �Para el próximo año hay que duplicar el espacio, porque empezamos con casa llena. H.: �Y la educación a distancia, porque nos llaman muchos del interior. El 30 de abril cumplimos 23 años de lucha, en diciembre es la Marcha de la Resistencia número 20 y se la vamos a dedicar a los niños.
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