|
|
|
|
|
|
|
|
|
Por Mariana Carbajal  Con
un durísimo fallo, que califica de �negligente� e �imprudente� su
desempeño como médico, el famoso cirujano plástico Rolando Pisanú fue
condenado ayer como responsable por las lesiones sufridas por una paciente
que quedó cuadripléjica luego de una operación estética múltiple. El
tribunal oral a cargo del juez en lo correccional Nº 6, Eduardo
Etcharrán, lo condenó  a
seis meses de prisión en suspenso y a un año y seis meses de
inhabilitación para ejercer la medicina. También condenó al
anestesiólogo que actuó en la intervención. El magistrado consideró
que, por �acción u omisión�, ambos �violaron el deber de cuidado
de su paciente�. En un claro mensaje a la comunidad médica, Etcharrán
destacó que los profesionales debieron �cumplir adecuadamente la
función por la cual han realizado el correspondiente juramento
hipocrático�. Pisanú adelantó que apelará la sentencia. En el fuero
civil, mientras tanto, lo espera una demanda millonaria: la familia de la
mujer damnificada reclama una indemnización de 3,5 millones de dólares.
Además, será investigada su responsabilidad en el posible ejercicio
ilegal de la medicina de dos de sus instrumentadoras quirúrgicas que �según
surgió en el juicio oral y público� le habrían hecho, en su lugar, la
lipoaspiración a la mujer (ver aparte).�Mi conciencia sigue absolutamente tranquila�, aseguró el médico. La sentencia, sin embargo, lo sorprendió: el fiscal Mauro Di Vito, en su alegato, había pedido su absolución. Pisanú se había hecho famoso promocionando en las revistas del corazón sus operaciones a mujeres de la farándula, entre ellas su ex esposa, la modelo Daniela Cardone, la conductora de TV Andrea Frigerio y Zulemita Menem. A lo largo del juicio, iniciado por el marido de la víctima, Alicia Romagnoli de Piagentini, quedó en evidencia que Pisanú no tiene título de especialista en cirugía plástica. Alicia desconocía ese dato cuando lo fue a ver a su consultorio. La mujer quería sacarse dos arrugas que se le formaban en la cara al sonreír. Después de la intervención en la que Pisanú, finalmente, le realizó una lipoaspiración, un lifting facial y retoques en la nariz, el mentón y los párpados, la paciente quedó postrada. En ese momento tenía 42 años y regenteaba una agencia de seguros en la ciudad santafesina de Santo Tomé, donde vive con su familia. La cirugía estética tuvo lugar el 15 de agosto en 1996, en la Clínica Excelsitas, de Belgrano. Según se probó en el proceso judicial, la mujer tuvo un paro cardiorrespiratorio pocos minutos después de concluir la operación (cuando tanto Pisanú como el anestesiólogo Enrique Stelmaszewski ya se habían retirado del centro médico) y sufrió un daño cerebral irreversible. Pisanú y Stelmaszewski fueron encontrados responsables del delito de �lesiones culposas� por mala praxis médica. El anestesiólogo, quien al momento de la operación de Alicia hacía guardias en el Hospital Garrahan, recibió una condena de un año de prisión en suspenso y 3 años de inhabilitación. �Alicia necesitaba saber la verdad. Ahora está más aliviada porque no tiene el peso de la duda�, afirmó su esposo, Luis Piagentini, al finalizar la audiencia. Alicia, imposibilitada para hablar, siguió todas las jornadas del juicio desde su silla de ruedas. Ayer, cuando escuchó el veredicto, cruzó una mirada con su marido, que le tiró un beso en el aire y ambos se emocionaron hasta las lágrimas. No fue el resultado de la cirugía estética en sí mismo lo que se juzgó, sino el desempeño de Pisanú al concluir la operación. En el fallo, el juez acusó a Pisanú de incurrir durante sus declaraciones en �un sinnúmero de contradicciones�, para colocarse en una mejor situación procesal. Etcharrán consideró que Pisanú actuó con �negligencia� e �imprudencia� al permitir �como jefe del equipo médico� que la paciente fuera llevada del quirófano a una sala común, cuando Alicia no se hallaba �completamente recuperada�, y entre otros problemas, presentaba �dificultades pararespirar�, como quedó probado a partir de la declaración de varios testigos. En todo caso, apuntó, debió ser atendida en una sala de recuperación, de la cual carecía Excelsitas. En su defensa, Pisanú deslindó la responsabilidad de ese traslado en el anestesiólogo, aunque afirmó que cuando la vio por última vez, antes de dejar la clínica, la mujer se encontraba en buen estado de salud. Aunque el magistrado reconoció que la recuperación de la anestesia es una tarea autónoma de ese profesional, advirtió que cuando hay alguna complicación �como se probó en este caso�, la responsabilidad máxima es del cirujano, con quien la paciente acordó la intervención. La decisión �debió ser consensuada� y �en caso de duda, debió predominar la opinión del jefe de equipo�, sentenció Etcharrán. En el juicio quedó probado que la operación finalizó a las 20.50 y que diez minutos después tanto Pisanú como Stelmaszewski habían abandonado Excelsitas.
|
