Por Horacio Bernades
�Edgardo Cozarinsky es el secreto mejor guardado de los cinéfilos del mundo entero�. La afirmación de Andrés Di Tella, director artístico del II Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, puede parecer exagerada. Pero también es posible que no lo sea. El festival proporcionará, a partir del viernes próximo, una nueva ocasión para redescubrir a este expatriado director argentino, de quien poco se ha difundido por aquí en los últimos años y cuyo cine no se parece a ningún otro. Dentro del apartado �Autores�, el Festival Internacional de Cine Independiente incluye una retrospectiva dedicada a Cozarinsky, llena de perlas clásicas y recientes, muchas de ellas desconocidas hasta ahora.
Testimonio de la diversidad de materiales, formatos y registros que caracterizan el cine de Cozarinsky, podrán verse largos y mediometrajes, films en color y blanco y negro, documentales y films de ficción. Pero sobre todo, habrá documentales cruzados con ficciones, máxima especialidad de la casa. Programada con la colaboración de Cinemateca Argentina, la retrospectiva Cozarinsky comenzará el viernes 7. Ese día se verá su film más famoso, La guerra de un solo hombre, que supo ganarle a su autor un lugar definitivo en el Parnaso de los más exquisitos cineastas contemporáneos. La guerra de un solo hombre se basa en los diarios del escritor y militar alemán Ernst Jünger, autor de Tempestades de acero. Simpatizante del nazismo hasta que se decepcionó de él, Jünger es una personalidad paradójica, que a su cultura erudita y aristocrática sumó el carácter de representante de Hitler en París.
Fascinado con toda clase de contrapuntos, lo que hace Cozarinsky en La guerra de un solo hombre es contrastar los diarios íntimos de Jünger con imágenes de archivo, que testimonian la vida cotidiana en París durante la ocupación alemana. El resultado es por demás complejo y está lleno de inquietantes resonancias. Así, los horrores de la guerra alternan con un desfile de modas en plena ocupación, mientras en off se pueden escuchar extractos de algunos pensamientos de Jünger, que a juzgar por sus palabras parecía estar pisando la capital francesa como quien visitaba un museo de tesoros perdidos. Como señaló en su momento Pascal Bonitzer en la revista Cahiers du Cinéma, �este film basado en mentiras (la de la propaganda y la más sutil de la literatura) es la descripción más verdadera, rica y envolvente sobre el período de la ocupación que jamás haya mostrado el cine�. En La guerra de un solo hombre está todo lo que es esencial y fundamental en el cine de Cozarinsky: su fascinación por expatriados y exilados del más variado pelaje, la minuciosa investigación de viejos archivos, la contraposición entre materiales diversos, los viajes al pasado y a tierras lejanas. Las intenciones son, como apunta el propio autor: �... Hacer una película a partir de citas... Citas que, al contraponerse, digan más de lo que dicen, un más que sea también otra cosa�.
Esos mismos principios rigen Autorretrato de un desconocido, otra de las películas que podrán verse en la retrospectiva. Allí, Cozarinsky reconstruye la figura de Jean Cocteau a partir de fragmentos. O, como él gusta llamar, �objetos encontrados�. Otro tanto ocurre en Domenico Scarlatti en Sevilla. O en Boulevards du Crépuscule, documental en primera persona en el que el realizador persigue hasta su exilio argentino los fantasmas de dos famosos expatriados franceses: Renée Falconetti (protagonista de La pasión de Juana de Arco) y Robert Le Vigan, legendario actor y notorio colaboracionista. A su turno, Citizen Langlois es la conmovedora investigación-homenaje sobre el célebre alma pater de la Cinémathèque Française. Podrán verse, además, sus dos últimos y notables trabajos, toda una novedad para el público argentino. Decidida incursión en el terreno de la ficción, El violín de Rotschild (1996) es también unode sus films más luminosos, y será exhibido en carácter de preestreno. En cuanto a Fantasmas de Tánger (1997), es la primera-primera vez que se verá oficialmente en Argentina. En ella se cruzan las huellas de Paul Bowles en tierras marroquíes con las de un nativo que intenta emigrar. Viajes, cruces, senderos que se bifurcan, cifran la obra entera de este cineasta que es, a la vez, y sin contradicciones, argentino y extranjero.
Para ir
La retrospectiva comenzará el viernes 7, a las 21, en la sala 8 del Complejo Hoyts-Abasto, con la proyección de La guerra de un solo hombre (1981). El resto de las funciones serán en la sala Lugones del Teatro San Martín, salvo donde se indica. El sábado 8 a las 19.30, se verá Autorretrato de un desconocido: Jean Cocteau (1983, repite el martes a las 17). El domingo 9, a la misma hora, Domenico Scarlatti en Sevilla (1990, repite el miércoles 12 a las 17). El 11, a las 22 en sala 8 del Hoyts, Fantasmas de Tánger (1997, repite el 14 a las 16.15, en la misma sala). Las restantes funciones son todas a las 19.30, repitiendo al día siguiente, a las 17. Miércoles 12: Boulevards du Crépuscule (1992); jueves 13, Citizen Langlois (1994); viernes 14, La barraca (1994); sábado 15, Van Gogh (1998). |
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