Por Fernando Cibeira
El jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno, le reclamó al Senado la aprobación de las leyes que necesita el presidente Fernando de la Rúa para superar la grave situación fiscal. Fue durante su primer informe en el Congreso, para el que promovió un nuevo reglamento, algo que fuera más dinámico y televisivo que las soporíferas sesiones de Jorge Rodríguez durante el menemismo. El bloque mayoritario del PJ lo recibió con un baño de realidad. Primero, cuando podó muchas de las innovaciones del nuevo mecanismo reglamentario. Luego, con el riojano Jorge Yoma, que llegó a decir que el ministro de Obras Públicas, Nicolás Gallo, tenía que renunciar por haber canjeado la rebaja de los peajes en las autopistas por el reconocimiento de una deuda �trucha� a las empresas concesionarias.
Terragno quiso evitar la postal típica de estos informes: un jefe de Gabinete de espaldas al recinto, pronunciando un discurso monocorde de tres horas, respondiendo a preguntas previamente acordadas. Por eso propició un reglamento con muchas modificaciones que incluyó un discurso inicial de 30 minutos de pie y de frente a los senadores, una presentación de los jefes de bloque de sólo 10 minutos y luego el inicio de la ronda de preguntas que no podían durar más de 3 minutos. Mientras Terragno permanecía en la antesala, el jefe del bloque del PJ, Augusto Alasino, se dedicó a la poda. Entre otras cosas, consiguió que la presentación pasara de 10 a 20 minutos y las preguntas de 3 a 10 minutos cada una, lo que mandó buena parte del pretendido dinamismo del informe al diablo.
Con el primer traspié a cuestas, el jefe de Gabinete apareció en escena acompañado de un minigabinete de segundas líneas. Entre sus laderos estuvieron los secretarios de Trabajo, Jorge Sappia; de Empleo, Horacio Viqueira, y de Provincias, Walter Ceballos.
En un mensaje de 20 carillas, Terragno solicitó el tratamiento de los proyectos de reforma laboral, de creación de fueros penales tributarios y de emergencia fiscal, leyes que preocupan a De la Rúa y que ya cuentan con media sanción. �La grave situación fiscal ha obligado y sigue obligando a tomar medidas excepcionales�, justificó. Y advirtió que si el problema no se solucionaba afectaría la estrategia de mediano y largo plazo.
Luego del discurso, Terragno y Alasino mantuvieron un breve romance con cruce de flores. Alasino alabó la buena predisposición del jefe de Gabinete para ir a visitarlos todos los meses, mientras que Terragno destacó la buena predisposición del PJ a aprobar las leyes de De la Rúa. Alasino sólo mencionó dos elementos irritantes: la supuesta frase del ministro Alberto Flamarique sobre la tarjeta Banelco y otra de José Luis Machinea, que en el exterior habló de un Senado �dormido�. �La invención de la frase de la Banelco ha ofendido al ministro Flamarique, ha ofendido al Gobierno y me ha ofendido a mí�, apoyó Terragno.
El encantamiento se cortó con la intervención de Yoma. Planteó diferencias con el paquete antievasión, con el nombramiento de funcionarios del Gobierno como el secretario de Transporte, Jaime Kogan �dijo que fue vicepresidente de una empresa ferroviaria que ahora debe controlar�, pero lo más grueso lo dejó para los peajes y la supuesta compensación pactada por Gallo con las concesionarias. �Estamos frente a un monumental acto de corrupción�, gritó Yoma.
Entonces el novedoso informe pensado por Terragno derivó en una de esas alteradas sesiones de costumbre. El jefe del bloque de la Alianza, José Genoud, dijo que Gallo podía ir al Senado en cualquier momento a responder �las temerarias y casi calumniosas acusaciones� de Yoma. �Quiere ensuciar al gobierno de la Alianza hablando de un negociado�, siguió Genoud, exaltado. A cargo de la sesión que levantaba temperatura, el vicepresidente Carlos �Chacho� Alvarez le dio la palabra al justicialista Enrique Martínez Almudevar. �Senador Almodóvar�, anunció, impertérrito. �No soy Almodóvar ni tengo un Oscar�, le respondió el pampeano. Riendo, Chacho aseguró que el equívoco era para romper el clima. �Eso sí, a Cecilia Roth no se la doy.�
ALFONSIN CANDIDATO A SENADOR
A negociar con todos
Raúl Alfonsín reconoció ayer públicamente la �posibilidad� de candidatearse a senador nacional por la provincia de Buenos Aires en el 2001. El ex presidente, cuya imagen positiva se ha elevado a niveles inéditos, aceptaría presentarse sólo si consigue el consenso de la UCR y el Frepaso.
Ayer al mediodía, poco antes de que se iniciara un acto oficial de la Sociedad Argentina de Cardiología, el jefe del radicalismo reconoció que estudia la alternativa de volver a la competencia electoral por primera vez desde las elecciones para convencionales constituyentes de 1994. �No tengo mayores ganas y creo que puedo ser más útil desde mi casa. Pero también es cierto que si mi partido me lo pide, no podré negarme�, señaló.
La declaración confirma la información publicada por Página/12 en febrero pasado. En esa oportunidad, este diario adelantó que Alfonsín analizaba su posible postulación y que incluso había conversado el tema con Chacho Alvarez durante un almuerzo secreto en el departamento del ex presidente en la Avenida Santa Fe.
Luego de recuperarse velozmente del accidente que el año pasado casi le costó la vida, Alfonsín retomó con todo la actividad política: trabaja todo el día en el Comité Nacional, todos los días encabeza un acto en la Capital por las elecciones del 7 de mayo y mañana partirá a Bruselas para participar de la reunión del Consejo de la Internacional Socialista, de la que es vicepresidente.
Pero, más allá de estas actividades, el ex presidente tiene objetivos políticos de mediano plazo. Aunque aún no la ha acepta-do de manera contundente, cerca de Alfonsín aseguran que la postulación a senador ya está firme. Como argumento, sus seguidores esgrimen los sondeos que demuestran que Alfonsín es el tercer político con mejor imagen de la provincia, superado sólo por Fernando de la Rúa y Carlos Ruckauf.
Claro que, para confirmar su candidatura, Alfonsín espera contar con el apoyo del radicalismo, que ya tiene otros postulantes: el senador Leopoldo Moreau se lanzó tempranamente con una pegatina de afiches, pero admite que está dispuesto a resignar sus aspiraciones en caso de que Alfonsín finalmente se decida.
La boleta debería complementarse con un dirigente del Frepaso. Además, la ley de cupo establece que debe tratarse de una mujer, por lo que lo más probable es que el partido de Chacho Alvarez designe a Graciela Fernández Meijide para acompañar al ex presidente.
Con la candidatura de Alfonsín, la Alianza busca reforzar sus chances en la provincia frente al justicialismo, que analiza candidatear a Eduardo Duhalde. Será una elección clave para el Gobierno, ya que en el 2001 se renueva la totalidad del Senado, en donde la Alianza se encuentra en minoría.
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