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JORGE GUINZBURG INICIA HOY LA CUARTA TEMPORADA DE �LA BIBLIA Y EL CALEFON�
�A mí no me cuesta reírme de mí mismo�

Canal 13 empieza y termina la semana con programas de Guinzburg en el competitivo horario de las 23. El humorista, quien también prepara un film y sueña con reeditar �Peor es nada�, sostiene que esa multiplicidad se debe a que le gusta �probar cosas nuevas�.

Guinzburg posa en el set durante la grabación de la emisión de esta noche de su programa.  Araceli González, Catherine Fulop, Enrique Pinti y Dady Brieva son sus invitados.

Por Patricia Chaina

t.gif (862 bytes) �Si tenés éxito sos un genio, si fracasás sos un imbécil�, indica el común denominador del mundo televisivo. Sin embargo, Jorge Guinzburg le quita dramatismo a las consecuencias personales de los fenómenos mediáticos. �Aprendí a no sentirme un genio con cualquier éxito, ni un imbécil ante cualquier fracaso�, explica. Que no le tiene miedo al fracaso, que conoce, es evidente: para iniciar el milenio Guinzburg se embarcó en varios proyectos que derivarán en que el 2000 sea uno de los años más ajetreados de su vida. �Soy inquieto, me gusta probar cosas nuevas, pero todavía tengo ganas de seguir con �La Biblia y el Calefón�. Digamos que es algo así como una de mis criaturas preferidas�, explica. 
Araceli González, Catherine Fulop, Enrique Pinti y Dady Brieva, son los primeros invitados de la cuarta temporada de �La Biblia...�. ¿Cuál es la fórmula del programa? �Juntar a cuatro personas y divertirnos los cinco�, explica Guinzburg al terminar la grabación del primer envío. Periodista, humorista, animador, actor, el polifacético Guinzburg asume así este año la apertura y el cierre de la semana en ese canal �lunes con �El club de la comedia� y viernes �La Biblia� �en la franja de las 23, un horario en el que el 13 apuesta fuerte. Prepara además una película, �una asignatura pendiente que es en realidad un homenaje a los grandes del cine nacional�, adelanta, y confiesa que su deseo insatisfecho (por ahora), �es poder hacer, además, dos especiales de �Peor es nada� con el Negro (Horacio) Fontova, obviamente, porque el programa era algo de los dos�. 
�¿Cuál es el secreto para mantener la tensión y la comicidad, en un programa de charlas cuya estructura el público ya conoce?
�Me parece que es un milagro de clima, porque no hay libretos ni conversaciones previas, sin embargo los invitados se sueltan, con temas que no todos aceptan conversar públicamente, quizá porque es parte de la premisa de que nada de lo que yo puedo llegar a preguntar es algo a lo que yo no pueda contestar. Y cuando uno recuerda cosas, anécdotas, o intenta salvar la imagen y quedar como un genio o acepta reírse de sí mismo. Como habitualmente a mí no me cuesta reírme de mí mismo, creo que eso se transmite y los invitados pueden terminar riéndose incluso de cada uno. �¿Qué invitados lo sorprendieron más o con cuáles se sintió lejano, sin contacto directo?
�Muchas cosas me sorprendieron en cada programa que hice, desde la pregunta de �La noticia rebelde� para romper el cubito, hasta la primera vez de �Peor es nada�. Todos los invitados se animaron a contar cosas y eso es fantástico. Pero a veces no se alcanza el resultado que uno hubiera querido tener, como cuando estuvieron aquí Víctor Manuel, Ana Belén, Serrat y Miguel Ríos. Aunque sentía el orgullo de tener esos cuatro monstruos en el programa, sabía que no estaba logrando el clima ideal.
�¿Cómo hará este año para seguir renovando invitados y tema? ¿no le preocupa que se le acaben? 
�Mientras yo siga teniendo ganas de hacer �La Biblia� habrá temas y ojalá que al público le sigan pareciendo interesantes, y siga teniendo éxito el programa. Por ahí en algún momento empezamos a invitar figuras extranjeras, pero lo que intento, más allá de quiénes sean, es que con los cuatro invitados seamos cinco personas que se divierten y transmiten esa alegría a la gente que los ve.
�Ser el responsable de abrir y cerrar la semana en la franja de las 23, ¿qué sensación le genera y qué perspectiva cree que le abre esta doble pantalla? 
�Si a las 23 es un éxito, soy maravilloso, si es un fracaso, soy un idiota, porque la TV es así. Pero siempre que uno hace cosas tiene éxitos y fracasos. Yo digo: �frente a cualquier éxito no me siento un genio y frente a cualquier fracaso no me siento un idiota�. Y realmente es así porque uno trata de hacer las cosas bien, de ser profesional, de laburar, de buscar, porque uno sabe cómo seguir transitando un camino andado, a mí me gusta intentar cosas distintas. Por eso grabé �El club de la comedia�, que me parecía novedoso y muy interesante. 
�¿Cómo toma el enfrentamiento con �Maldito lunes� con Andy Kusnetzoff por Telefé, que lo acusa de no haberle reconocido virtudes cuando en sus inicios le pidió trabajo?
�El anda diciendo que me dejó material. Yo no me acuerdo. Pero si no lo vi debe haber sido una cagada lo que dejó. Ahora creció, es bueno y me gusta mucho, pero es difícil este planteo de competencia entre nosotros, porque los que compiten son los canales, el 13 y Telefé en este caso. El orgullo, si te va bien, es lógico tenerlo. Pero una rivalidad es no poder encontrarse y divertirse con el otro, y Andy es un tipo al que quiero mucho, de hecho me llamó para participar del piloto de �Trip� y acepté, porque era un programa de él, y viajamos a Mar del Plata con Andrea Pietra un fin de semana. Por eso el planteo nunca puede ser de competencia entre nosotros. Y si esos son los términos, me parece abominable.


�Me sorprendió y me molestó�

�¿Qué siente por no haber sido nominado al Martín Fierro por este programa?
�Lo más conveniente en estos casos es hacer una respuesta de compromiso y decir: ningún problema, hay muchos programas buenos. Pero la verdad es que me sorprendió y me molestó. Creo que �La Biblia...� tendría que haber estado. No sé si ganar, pero sí nominado, no me cabe ninguna duda. Me llama la atención que todos los periodistas que me hicieron notas cuando hice el programa donde estaban Sabina, Charly, Maradona y la Alfano, no me tuvieran en cuenta luego. Ese sólo programa ya valía una nominación porque esa producción, todo el mundo sabe, es muy difícil de hacer. Y cuando pienso en producción no hablo de mí, sino en la gente que labura conmigo. Me parece que se trabajó como para al menos estar nominados, así que la verdad, mucha gracia no me hizo. Y como programa y labor humorística, creo que también tendríamos que haber tenido un lugar. 

 

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