Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


UN FALLO QUE PUEDE HACER QUEBRAR A LAS TABACALERAS
La industria que se hace humo

Un tribunal de Miami ordenó indemnizar con 12,6 millones a tres fumadores con cáncer. El fallo abrió la puerta a 500.000 juicios.


t.gif (862 bytes) En una decisión que podría tener un efecto dominó fatal para la industria tabacalera, un tribunal del estado norteamericano de Florida condenó a las compañías productoras a pagar la suma de 12,6 millones de dólares para resarcir a tres clientes a los que fumar les provocó cáncer. Los tres casos forman parte de un paquete global de medio millón de juicios por una suma sideral estimada en el orden de los 300.000 millones de dólares. Si las demandas siguen imponiéndose, el resultado final significaría la quiebra, en unos años, de las empresas tabacaleras. Al mismo tiempo se conoció un informe de prensa según el cual la Philip Morris, líder mundial del sector, realizó una inversión de seis millones de dólares para desacreditar un estudio mediante el cual se intentó probar el peligro que significa el tabaco para los fumadores pasivos.

Los seis miembros de un tribunal de Miami resolvieron fallar a favor de los reclamos de los fumadores Angie Della Vecchia, Frank Amadeo y la enfermera Mary Farnan. Los familiares de Della Vecchia, que murió en julio, a los 53 años, por un cáncer pulmonar, obtendrán 4,2 millones de dólares, mientras que Farnan, de 44, quien padece de carcinoma alveolobronquial, un inusual tipo de cáncer pulmonar, recibirá 2,85 millones de dólares. En el caso de Amadeo, aunque triunfaron sus argumentos, no podrá cobrar los 5,8 millones que le correspondían por una mera cuestión procesal: presentó el reclamo ya vencido el plazo fijado por el tribunal.
El abogado de los demandantes, Stanley Rosenblatt, había pedido un resarcimiento global de 13,2 millones de dólares para los tres fumadores. El mismo jurado de Miami fue el que dictaminó, en 1999, que las empresas tabacaleras eran responsables de las enfermedades vinculadas con el consumo de cigarrillos, al fabricar un producto defectuoso y dañino para la salud que causa efisema y cáncer pulmonar, entre otros males.

La demanda colectiva es contra las firmas R.J. Reynolds Tobacco Company, Philip Morris, The American Tobacco Company, Brown and Williamson, Liggett Group, Dosal Tobacco, el Consejo de Investigación para el Tabaco y el Instituto del Tabaco. �Ustedes les mintieron a Mary, a Frank, a Angie y a millones de fumadores americanos que compraron sus productos, en los que ustedes gastan 5000 millones de dólares anuales para promocionarlos�, dijo Rosenblatt durante el juicio.

En el proceso fracasaron los argumentos de las tabacaleras, que presentaron testimonios médicos que señalaron que el cáncer de algunos de los demandantes pudo haber sido contraído por otras causas y no por fumar. Mientras se realizaba el juicio en Florida, algunos estados como Carolina del Norte, Virginia y Kentucky aprobaron leyes tendientes a evitar que la gran ola judicial arrase con las compañías asentadas en esas regiones.

La revista médica británica Lancet reveló que Philip Morris, la mayor empresa tabacalera, invirtió dos millones de dólares para minimizar las conclusiones de un estudio europeo de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). El trabajo concluyó que la exposición de una persona al humo de un fumador era nociva para la salud.

Philip Morris infiltró varios científicos en la IARC para retrasar el desarrollo y la publicación del estudio, neutralizar los resultados negativos y buscar la forma de contrarrestar el efecto que produciría en la opinión pública y en las políticas gubernamentales. Otros cuatro millones de dólares fueron usados para realizar otras investigaciones para contradecir las conclusiones de la IARC.

 

PRINCIPAL