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Por Roque Casciero Era hora. Los fans de �Los Expedientes Secretos X� debieron esperar siete temporadas para ver cómo los agentes Fox Mulder y Dana Scully �entre quienes siempre hubo una tensión que, se supone, trascendía la amistad� se daban un peso. Que, por otra parte, no fue de esos que dejan al planeta sin aliento. Cuando Mulder y Scully se besaron, no se acabó el mundo, aunque estuvo muy cerca. El capítulo cuatro de los �X-Files� del año 2000, que se estrenó el miércoles y repite hoy a las 17, por Canal Fox, será algún día mítico, más que probablemente. El episodio en sí fue uno de los más espeluznantes que ha mostrado la serie. Y tuvo varios atractivos, además del beso final entre los personajes interpretados por David Duchovny y Gillian Anderson. El título (�Millenium�) era una doble referencia a la llegada del año 2000 y al programa del mismo nombre producido por Chris Carter, el creador de �Los Expedientes...�. En la ficción, el criminalista Frank Black, protagonista de la serie �Millenium�, fue consultado por Mulder y Scully, quienes se enfrentaron a un complicado caso de necromancia (o sea, muertos que vuelven a la vida). La verdad es que, para poder seguir bien el capítulo, hay que conocer un poco la trama de la otra serie de Carter. Frank Black (interpretado por Lance Henriksen) formaba parte de un grupo de agentes del FBI que �se suponía� trabajaban por su cuenta luchando contra el crimen, pero que finalmente se revelaron como propiciadores del apocalipsis. Black sufrió la muerte de su esposa y quedó hecho una ruina. De a poco se recuperó y volvió al trabajo, aunque ya no se le hizo tan sencillo resolver crímenes. La historia se sustentaba en su tensa relación con el grupo Millenium, que podría ser vista como una metáfora de la lucha del hombre entre el bien y el mal. En el capítulo de �Los Expedientes...�, Mulder y Scully son llamados porque cuatro ex agentes, todos pertenecientes al grupo Millenium, se habían suicidado y sus tumbas habían sido profanadas. Pero Fox Mulder encuentra indicios de que esos muertos habían sido vueltos a la vida por un necromante. Entonces piden ayuda a Frank Black, quien se hallaba en un hospital psiquiátrico por su propia voluntad, como modo de limpiar su imagen de obsesivo del trabajo y del fin del mundo. Black sólo quiere recuperar la tenencia de su hijita, así que no quiere involucrarse con nada que tenga que ver con Millenium. Mientras el necromante cambia una rueda de su camioneta �en la que lleva a un muerto vivo�, un policía le ofrece ayuda. Pero, alertado por el olor pestilente, el uniformado le ordena abrir el vehículo. El muerto vivo mata al policía, que es enterrado con su boca llena de sal gruesa. Black les da algunas pistas a los agentes del FBI, así que, mientras Mulder se dedica a rastrear la posible dirección del necromante, Scully va a la morgue, ya que suponen que el policía puede ser vuelto a la vida. Cosa que sucede cuando le sacan la sal, al hacerle la autopsia. Entonces ataca a la forense y a Scully, pero el necromante lo mata de un tiro en la cabeza, la única forma de volver a mandarlo al más allá. Al mismo tiempo, Mulder llega a la casa donde, supone, están los cuatro muertos vivos. Estos encarnan a los jinetes de un apocalipsis que el grupo Millenium propicia esa misma noche, la del 31 de diciembre de 1999. Antes de entrar, el agente se provee de sal, que lo salva (traza un círculo a su alrededor) cuando es atacado por el horroroso cuarteto en el sótano de la vivienda. Mulder mata a uno y el necromante se alegra cuando ve aparecer a Frank Black, porque piensa que él podrá reemplazar al jinete perdido. Pero Black lo amarra, mata a dos de los muertos vivos y cuando se queda sin balas, aparece Scully para volarle la cabeza al último. Black se reencuentra con su hija pocos minutos antes de la llegada del nuevo milenio. Cuando dan las 12, Mulder y Scully se besan en los labios. Un beso tan ambiguo como la resolución de muchos capítulos de la serie: esmás que una demostración de amistad, dura unos cuantos segundos, pero distó de convertirse en un derroche de pasión. Después, los agentes se miran a los ojos y se dicen que, al fin y al cabo, el mundo no se acabó. Un mensaje especial para los fans que convirtieron a un simple beso en un debate encendido a través de Internet.
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