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Por Patrice Burchkalter Desde Imola Michael Schumacher (Ferrari) esta vez no necesitó del abandono de su rival Mika Hakkinen (McLaren-Mercedes) para ganar el Grand Prix de San Marino, tercera prueba del Mundial de Fórmula 1 corrida aquí. El piloto alemán tuvo que batallar hasta el último metro para superar al campeón por apenas un segundo y una décima, al cabo de un verdadero combate de grandes potencias. Fue un duelo formidable y una victoria de Ferrari. Una combinación suficiente para que toda Imola, todos los tifossi rugieran de placer, rojos sus rostros y sus banderas. A pesar de todo, esta victoria, la número 38 de su carrera y tercera consecutiva de la temporada, fue difícil de asegurar para el alemán, que tuvo una largada un tanto hesitante, al contrario de Hakkinen, quien tomó la punta. Luego pudo conservarla tras la primera entrada a boxes, efectuada al mismo tiempo que Schumacher, en la 27ª vuelta. El finlandés logró mantener un pequeño capital de segundos de ventaja sobre su adversario (entre 4s8 y 2s6) antes de cambiar los neumáticos y llenar el tanque de combustible por segunda vez, en la vuelta 44. El alemán, que había cargado más combustible en su primera parada, esperó otras cuatro vueltas, mientras aumentaba su ritmo. Los mecánicos italianos cambiaron gomas y reabastecieron en 6s2, lo que permitió a Schumacher salir de boxes en primera posición. �Mi largada fue muy mala, patinaron mucho las gomas �reconoció Schumacher�. La estrategia era la prevista, porque no sabíamos qué iba a hacer Hakkinen, así que antes de la segunda parada le di a fondo porque sabía que iba a ser decisiva. La clave estuvo en las cuatro maravillosas vueltas que hice después de que Hakkinen parase en boxes�. Una estrategia perfecta, un segundo reabastecimiento modelo en su género y Ferrari ganaba su duelo con MacLaren-Mercedes; Schumacher el suyo con Hakkinen. El finlandés se jugó el todo por el todo, pero solo logró terminar apenas un poco más de un segundo detrás de Ferrari. �El único punto positivo es que terminé la carrera�, comentó Hakkinen. Tras sendos abandonos en las dos primeras carreras, su McLaren-Mercedes pudo completar por primera vez en el campeonato la distancia total de un Grand Prix. �Alrededor de la décima vuelta, o inmediatamente después del primer reabastecimiento, ya no me acuerdo, golpeé una pieza metálica que estaba en la pista y se abolló el fondo plano �explicó el finlandés� y luego, justo antes de la segunda entrada a boxes, el motor se detuvo. Para la perfección todavía falta.� En Imola, Schumacher y Hakkinen fueron maestros solitarios. David Coulthard y Rubens Barrichello, sus coequipers, quedaron relegados a un combate en segundo plano, en el que el escocés se impuso al brasileño en la segunda entrada a boxes. Detrás de ellos, la diferencia fue aún mayor. El canadiense Jacques Villeneuve (BAR-Honda), quinto desde la primera vuelta, cruzó la meta en esa posición pero con una vuelta de ventaja sobre Mika Salo (Sauber-Patronas). El finlandés se vio beneficiado por varios abandonos, especialmente los del alemán Heinz-Harald Frentzen (Jordan-Mugen Honda) y Ralf Schumacher (Williams-BMW).
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