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OPINION

Política

Por Maximiliano Montenegro

El informe que hoy publica Página/12, revelador de las sorprendentes cajas negras que manejan los legisladores provinciales en un país donde un tercio de la población vive en la pobreza, era guardado con la mayor precaución en los despachos del Gobierno nacional. "No puedo dárselo. Imagínese la reacción que puede provocar contra los políticos, contra la democracia, si esto sale a la luz. Es muy peligroso", dramatizó ante este diario más de un funcionario radical, excusándose de brindar la información.

  Sin embargo, el verdadero motivo del desinterés por difundir el informe es menos heroico. Debe buscarse en la coyuntura política, que plantea una delicada negociación entre gobernadores y funcionarios de Fernando de la Rúa para llevar el ajuste a las administraciones del interior, tal como reclama el Fondo Monetario Internacional. En el Ministerio de Economía calculan que podrían ahorrarse unos 235 millones de pesos al año si los legisladores provinciales podaran gastos en asesores, fondos reservados y otras fuentes de financiamiento de la política local.  

  Ahora bien, la mitad de esos fondos debería provenir del recorte de gastos en los Parlamentos de dos provincias: Buenos Aires y Santa Fe. Los técnicos de José Luis Machinea consideran que en ambos casos, si se aplicara con transparencia, la tijera podría rebanar el 40 por ciento del   Presupuesto. Pero claro, no es lo mismo pedirle un ajuste semejante a la clase política de las dos provincias más poderosas del país que a Formosa.

  Más aún, dicen que Federico Storani está especialmente preocupado por la situación en su propio territorio político: la Legislatura de Buenos Aires, hoy con mayoría de la Alianza.       

  También es cierto que la guadaña del FMI no podrá manejarse con la miopía que caracteriza a sus usuarios sin detonar estallidos sociales en las provincias más pobres. En algunas regiones del interior el clientelismo político es la base de subsistencia de muchas comunidades. Por ejemplo, en el municipio de Colorado, Formosa, sobreviven 200 familias, dependientes del empleo público, con un presupuesto de 58 mil pesos mensuales. Es lo que cobra en concepto de gastos varios un legislador de esa provincia.

 

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