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Por Pedro Lipcovich Ella tiene 14 años. El hombre que quiere casarse con ella tiene 37 y está preso porque hace dos años la sedujo, la dejó embarazada y le contagió a sabiendas el VIH; ese matrimonio lo libraría de una condena a nueve años de cárcel por estupro calificado. La madre de ella, que a su vez tiene hijos con el hombre que embarazó a la niña, aprueba el casamiento que, según el abogado de él, permitiría �reestablecer el grupo familiar�. El caso lo debe decidir la Cámara en lo Penal de Villa Dolores, ante la cual la chica declaró estar �totalmente enamorada� de ese hombre. Los jueces postergaron su decisión hasta contar con los resultados de una pericia psicológica sobre la chica. José Alfredo Ponce tiene 37 años, nació en el paraje de Loma Bola, a 25 kilómetros de Villa Dolores, Córdoba. A los 20 fue a probar suerte en Buenos Aires, trabajó como empleado de maestranza y, cuando perdió el empleo, volvió a su lugar de origen. Allí consiguió trabajo en un tambo y empezó a convivir con una mujer dos años menor que él y con una hija de ella que entonces tenía 7 años. Tuvieron dos hijos, pero cuando la tercera, una niña, falleció, en el hospital les hicieron a los padres la prueba del VIH, que dio positiva para ambos; desde entonces recibieron tratamiento e indicaciones para evitar la trasmisión del virus. La hija de la mujer tenía 12 años cuando Ponce empezó a tener relaciones con ella. Aprovechó el hecho de que la madre había empezado a trabajar en el tambo los fines de semana, y él quedaba solo con los chicos. El no tomó precauciones y, según se estableció, la chica está infectada con el VIH. A su vez ella quedó embarazada; el bebé nació hace un año y la prueba dio positiva para él también, pero a esa edad todavía tiene chances de negativizarse. Cuando la menor se embarazó, su abuela materna le preguntó de quién había sido y ella le contó la verdad. La abuela hizo la denuncia en el juzgado de menores de Villa Dolores, y la jueza Elba Allende de Anglada le quitó la guarda de la menor a la madre. La chica fue a vivir a casa de la abuela, donde nació su bebé. La jueza había dado intervención a la Justicia en lo Criminal que, cuando nació el bebé, en marzo del año pasado, estableció la paternidad por análisis de ADN y le fijó a Ponce prisión preventiva por �estupro calificado�. �Estupro�, por haber tenido sexo con mujer mayor de 12 y menor de 15; �calificado�, es decir, agravado por el vínculo de hecho con la menor. La pena va de 6 a 15 años, no excarcelable. Ponce también está procesado como �responsable de contagio de enfermedad venérea�, con pena de 3 a 15 años; aunque el sida no se considera exactamente una venérea, su trasmisión a sabiendas recibe la misma sanción. El caso pasó a juicio oral. Según explicó a este diario Eduardo Cúneo, abogado defensor de Ponce, �cuando me di cuenta de que lo iban a condenar a ocho o nueve años, le planteé la alternativa del casamiento, como estrategia procesal, y él por su parte me dijo que estaba enamorado de la chica�. El abogado habló entonces con la madre de la niña: �Me dijo que, si quieren casarse, que se casen�. También la abuela acuerda ahora con el matrimonio. �En lugares como éste, donde los hogares se estructuran a partir del trabajo del varón, la prisión del hombre es una condena económica�, afirmó Cúneo. La eximición de prisión mediante el matrimonio con la víctima en casos de violación, estupro o abuso deshonesto se incluye en el antiguo texto del artículo 132 del Código Penal, que fue modificado el año pasado, pero rige para delitos cometidos previamente. Sin embargo, según señaló a este diario una fuente de la Justicia de Menores cordobesa, �aplicar ese artículo en este caso es condenar y victimizar todavía más a la víctima; es una disposición machista que permitía a los hombres no pagar por delitos efectivamente cometidos�. En todo caso, por tener menos de 16 años, la chica sólo podría casarse con autorización de la Cámara en lo Criminal y Correccional de Villa Dolores, integrada por Mario Morán, Teresa Recalde de Carranza y (en reemplazo de un miembro con licencia), la misma jueza Allende de Anglada. El fiscal de la cámara, Miguel Angel Ferreyra, todavía no fijó su opinión: �He pedido una pericia psicológica para establecer si la menor tiene verdadera comprensión de lo que sucede�, explicó a este diario. �Lo curioso es que la menor se muestra totalmente enamorada del hombre; en su testimonio siempre trata de favorecerlo y dice que no puede vivir sin él�. Según el funcionario, �en estas zonas rurales es lamentablemente muy común que las chicas sean iniciadas sexualmente por un familiar o allegado�. La pericia estará dentro de diez días, y el tribunal dictaminaría antes de fin de mes.
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