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La denuncia se basa en que los
ingresos del actual legislador nacional -�quien desde 1983 hasta 1997
fue empleado de la Cámara alta para luego convertirse en diputado-�
nunca fueron tan importantes como para que asegure que posee 220.000 dólares
en el extranjero, otros 50.000 en el país, el 25 por ciento de un
inmueble en Capital Federal y una casa en el exclusivo Yerba Buena Country
Club de Tucumán. Sin duda, padre e hijo son tal para cual ya que los
investigan por idéntico delito.
El que denunció la bonanza
económica que vive Bussi hijo es nada más y nada menos que un viejo
conocido, pero también acérrimo enemigo del militar, el ex diputado
nacional Exequiel Avila Gallo. Este político, de extracción conservadora
y que carga con la responsabilidad de haberle abierto la puerta para que
Bussi padre ingrese a la política en 1987, sostiene en su presentación
judicial que existen sobrados elementos para interpretar que el hijo del
dictador "se enriqueció de manera non sancta", ya que, hasta
que fue electo diputado, era empleado del Congreso.
Las cifras e inmuebles a los
que hace referencia Avila Gallo fueron
declarados por el propio Bussi junior cuando Página/12 publicó,
el 15 de setiembre de 1998, que éste poseía en una cuenta suiza los
dineros que su padre había negado tener en ese país. En esa oportunidad,
el hoy acusado dijo que los 150.000 dólares de la cuenta de su padre habían
sido destinados para la compra de dos lotes y la construcción de su casa
en el country de Yerba Buena. Extraño argumento si se quiere ya que hasta
1997 Bussi hijo sólo cobraba como empleado de la Cámara, tenía un cargo
ad honorem en la Casa de Gobierno tucumana y, a pesar de ser abogado,
reconocía que "no tenía tiempo para dedicarse a la profesión".
Según Bussi junior, entre sus
pertenencias está el 25 por ciento del departamento ubicado en Paraná
727 de Capital Federal. En los papeles figura que el predio fue adquirido
en 1988 por los cuatro hijos del genocida. En realidad el que puso el
dinero no fue otro que el ex dictador, quien les hizo firmar a sus hijos
una constitución de usufructo vitalicio a favor suyo. Hoy, el
departamento es el estudio jurídico que Junior comparte con su cuñado, Héctor
D'Amico y con el sobrino del suicidado Alfredo Yabrán, Omar Alí Yabrán.
De acuerdo con el escrito
presentado por Avila Gallo, hasta 1997 el único ingreso declarado por
Ricardito, como lo llaman propios y extraños, eran los 1500 pesos de la Cámara
alta. Sin embargo, en febrero de 1997 -�antes de mandar a construir su
casa y de asumir como diputado-� alquiló una propiedad en el country de
Yerba Buena. Pagó 3000 pesos por mes más una expensa de 1000 durante un
año y medio. "¿Cómo es posible que gaste 4000 con un ingreso de
1500?", se pregunta Avila Gallo.
Mientras pagaba este altísimo
alquiler para Tucumán, Bussi hijo compró dos lotes en dicho country y
mandó a construir una casona de dos plantas. Según sus propias palabras
lo hizo con un crédito de 105.000 pesos que le otorgó el Banco Río.
"El crédito apenas cubre el 80 por ciento del valor de la propiedad.
Mi padre me prestó los 150.000 que tenía en Suiza para construir la
casa�, dijo Ricardito cuando este diario desenmascaró la estrategia de
esconder los dineros suizos del genocida en una cuenta de su hijo. Para
justificar ese monto dijo en ese entonces que había vendido una propiedad
ubicada en San Isidro, provincia de Buenos Aires. Sin embargo, durante el
juicio político realizado a Antonio Bussi cuando era gobernador, se
demostró que esa propiedad estaba a nombre de Bussi hijo, pero el dinero
pertenecía a su madre.
Entonces, cabe preguntarse cómo
es posible que Ricardo Bussi tenga 220.000 dólares en el extranjero,
50.000 en la Argentina, propiedades en Tucumán y Buenos Aires, con un
ingreso histórico de 1500 pesos durante su experiencia como empleado y
con 6137 pesos que recibe desde que asumió la banca de diputado. La otra
pregunta que es preciso realizarse y que Avila no la hace es si
"Ricardito" es un simple testaferro de su padre. Tal vez la
investigación judicial devele el secreto.
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