Por Eduardo Febbro
Desde París
El
espectacular anuncio hecho la semana pasada por la empresa norteamericana
Celera Genomics sobre la secuenciación del genoma de una persona suscitó
en Europa agrios comentarios y dudas persistentes. Estas son más que
comprensibles cuando se establece el paralelo entre el anuncio y el
comportamiento de la Bolsa de Valores donde el título de Celera ganó
más del 32 por ciento de su valor. �Se trata de un magnífico golpe
bursátil que en el plano científico carece de toda trascendencia�,
afirma en París el profesor Jean Weissenbach, director del Genoscopio,
uno de los laboratorios que a través del mundo participan en la vertiente
pública del Proyecto internacional sobre el Genoma Humano (HGP).
La pugna mundial entre el sector público y privado por el control de los
datos que componen el mapa del genoma humano es tal que, según adelantan
los expertos franceses, los �anuncios impactantes constituyen una
peripecia lógica de la estrategia por la supremacía�. �Esa carrera
se parece a la imagen en un espejo�, acota otro experto cuando recuerda
que la declaración de Celera Genomics se produce una semana después de
que un laboratorio británico miembro del ala pública del proyecto
anunciara que �los investigadores públicos habían logrado cartografiar
más del 70 por ciento del genoma humano�.
El Genoscopio francés señala la �necesidad� que tiene el presidente
de Celera, Craig Venter, de �tranquilizar regularmente a los accionistas
de su empresa�. En todo caso, para el director del organismo, Jean
Weissenbach, cabe preguntarse �qué tienen de más hoy que hace 15 días
los resultados anunciados por Celera�. Y como la empresa estadounidense
extrae mucho de sus �tesoros de la información disponible con los
trabajos públicos�, Weissenbach admite que �es incuestionable que
Celera Genomics, al asociar sus trabajos con los nuestros, dispondrá de
una base de datos más completa que la nuestra�, al tiempo que agrega:
�Su falta de honestidad intelectual es irritante�.
Al igual que la gran mayoría de los laboratorios públicos, el francés
le reprocha a Celera Genomics su pretensión de reivindicar la paternidad
del genoma humano cuando en realidad las tres cuartas partes de sus datos
provienen de las investigaciones llevadas a cabo por los laboratorios
públicos. Celera detenta hoy millones de pares de ADN y la firma asegura
que puede �armarlas� en apenas seis semanas. Una afirmación falaz ya
que, según explica Pascal Brandys, director de la empresa francesa
Genset, �el mapa del genoma humano es apenas un punto de partida cuyo
valor sólo será real cuando sepamos utilizarlo. Y harán falta muchos
años para analizarlo y varias décadas para comprender la función de los
genes�. Las �etapas serán largas y costosas�, advierte Jean
Weissenbach, quien espera que la primera etapa del Proyecto Genoma Humano
concluya en el 2001 mientras que la versión definitiva recién estará
lista, con suerte, en el 2003. Entre tanto, las manipulaciones bursátiles
serán tan vertiginosas como lo son ya las manipulaciones genéticas.
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