Por Roque Casciero
En
vivo, Simply Red no ofrece demasiadas sopresas. Cualquiera que conozca sus
álbumes sabe que su funky-soul blanco suena estilizado y prolijo, que sus
canciones de amor los han provisto de hits, y que su cantante Mick
Hucknall tiene una dicción impecable y una de las voces más potentes que
el género puede ofrecer hoy en día. Exactamente eso fue lo que mostraron
sobre el escenario de un Luna Park repleto. Si no fuera porque su
pelirrojo vocalista se la pasó bailando y haciendo bailar a un montón de
treintañeros �extrañamente enfervorizados�, uno podría haber
cerrado los ojos y creído que estaba en el living de su casa, escuchando
un CD con el más relajado de los estados de ánimo. Porque Simply Red es
capaz de sonar prístino incluso en un ámbito con una acústica tan pobre
como la del estadio porteño.
Aunque el show era, supuestamente, la presentación del álbum más
reciente de Simply Red, Love and the Russian winter, en realidad se trató
de una suerte de �grandes éxitos� en vivo. Y
Hucknall y compañía tiene hits a montones para elegir. Si el funky-soul
y las baladas souleras son su marca de fábrica, el agregado de reggae y
dance, sobre todo en sus últimas producciones, le han dado un nuevo color
a la música de Simply Red. Precisamente, un tema bien bailable fue el que
abrió el show: �Spirit of life� comenzó a sonar cuando el cantante
todavía no había salido a escena. En la parte en la que el beat pasa a
dominar la canción, Hucknall apareció, haciendo gala de sobriedad en el
vestir (aunque sus botines de fútbol 5 no concordaban demasiado con su
atuendo elegante) y de exuberancia en sus dotes vocales. Luego, la banda
encadenó un par de reggaes (�Night nurse� y �More than a dream�)
y los exitosos �Your mirror�, �It�s only love�, �A new flame�
y �Stars�. Aunque el recital parecía la emisión de una FM melódica,
el estadio ardía y las chicas se peleaban con los encargados de seguridad
como si se tratara de un festival de punk rock.
Para �Blue� y �Thank you�, un piano de cola se ubicó en el centro
de la escena. Detrás se pararon las dos coristas, el contrabajista, los
dos guitarristas y Hucknall, quien se comunicó con el público en un
extraño cocoliche (actualmente vive en Italia). El hit de los comienzos
�Holding back de years� comenzó con el vocalista y su acústica, a la
que se acopló el resto de la banda en la segunda parte. De ahí en más,
todo fue puro funky, con �Look at you now�, �Something�, �The
right thing� y �Money�s too tight�.
Los bises fueron otro single (�If you don�t know me by now�) y un
par de temas dance nuevos (�Ain�t that a lot of love� y �Fairground�),
con Hucknall bailando de un lado a otro del escenario, mirando a los ojos
a cada uno de los que estaban en las primeras plateas y saludando a las
populares. Con una rosa en la mano, el pelirrojo intentó un bailecito
sexy, saltó una vez más y pidió un aplauso para sus músicos. Fue
merecido porque, aunque ninguno se destaca demasiado, conforman un
conjunto refinado y sólido. Si en algún momento Simply Red se había
transformado en un cantante con sesionistas, la gira de presentación de
Love and the Russian winter ha demostrado que la banda volvió a ser tal.
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