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LOS POLICIAS DE LA RIOJA SE AUTOACUARTELARON
Motín con olor a política 

Los uniformados se atrincheraron desde la madrugada. El gobernador 
pidió el auxilio de la Gendarmería. Posibles relaciones del paro con internas políticas y con un crimen irresuelto cometido en la campaña.

Los rebeldes se autoacuartelaron en la madrugada de ayer en el camping del Círculo de Suboficiales.
Dieron una conferencia de prensa difundiendo sus reclamos salariales. Recibieron una cerrada negativa.


Por Irina Hauser

t.gif (862 bytes) El ministro de Coordinación del Gobierno de La Rioja, Luis Beder Herrera, no pudo ni acercarse a los policías autoacuartelados desde la madrugada de ayer en el camping del Círculo de Suboficiales, a unos 11 kilómetros de la capital. Lo recibieron encapuchados y, entre abucheos, le aclararon que no querían hablar con él sino con alguien que tuviera poder de negociación como el gobernador Angel Mazza, ejemplificaron. La rebelión policial que sacudió a todo el territorio riojano llegó a juntar a cientos de uniformados atrincherados en reclamo, ante todo, de mayores salarios. Pese a todo, a la noche Herrera anunció que no tenía solución alguna para ofrecer. Entre las filas del justicialismo y de la Alianza riojanos pocos creían que el problema tuviera origen sólo en una demanda de plata e intentaban leer la lógica de las internas policiales y políticas. 
La reunión que ayer a la noche mantuvieron los gobernantes con el abogado de los policías, Carlos de la Fuente, no dio frutos. Al final del encuentro el ministro de Coordinación, de quien depende la policía, anunció que no podía atender a los reclamos, tal como venía anticipando el gobernador Mazza. Ante lo que se perfilaba como un conflicto que iría ganando magnitud, el ministro del Interior, Federico Storani, ya había ordenado a la tarde �a pedido de la gobernación� el envío de más de 200 gendarmes para suplir la falta de seguridad en la provincia. Lo que más preocupaba era la desprotección de los bancos en el día de hoy. 
A la hora de la cena, los policías amotinados esperaban ansiosos a su representante legal mientras cocinaban un guiso de arroz y desafiaban una llovizna molesta que caía en la quebrada, aunque algunos prefirieron quedarse en sus carpas. �Estamos firmes, ahora más que nunca; ya somos unas 1200 personas, están acuarteladas varias unidades regionales e incluso se nos acoplaron algunos policías retirados�, relató a Página/12 una de las oficiales alzadas, que prefirió no decir su nombre. Para ese entonces se habían sumado a la protesta efectivos de Sanagasta, Chamical, Ainogasta, Chepes y Chilecito. �Cuando vino más temprano, Herrera nos patoteó, no nos dan solución, así que seguiremos reclamando�, añadió ofuscada. 
El abogado De la Fuente explicó a este diario los ejes de un petitorio que el sábado habían elevado ya al jefe de la policía local, Paulino Cobresi: �Un aumento sustancial del salario básico; la incorporación de adicionales al salario tales como los que corresponden a riesgo de vida, insalubridad, riesgo profesional, responsabilidad funcional�. �Lo que se pide es que se contemple la obligación impaga que surge de los decretos 233, 234 y 1121, de 1991, que ya preveían aumentos. Pedimos además que todo lo que no se implementó se cumpla tomando como referencia los beneficios de que goza la Policía Federal, lo que se conoce como sistema de enganche; y que se reforme el reglamento policial, que data del corazón del Proceso y es demasiado favorable al poder administrador�, explicó. 
Pese a todo, varios políticos locales miraban este pedido con cierta desconfianza. No hay que olvidarse, coincidían en indicar funcionarios justicialistas y aliancistas, que las policías de las provincias suelen funcionar como fuertes mecanismos de control político. �Eduardo Menem y Jorge Yoma se tiran con lo que tienen a mano�, acusaban desde la Alianza. �Igual todo esto es muy confuso�, decían todos a coro. 
  Dos legisladores de la Alianza y uno del justicialismo señalaron como posible origen del amotinamiento un mismo hecho: en marzo del año pasado, mientras Mazza y el actual diputado Ricardo Quintela se disputaban la interna justicialista por la gobernación riojana, fue detenido Cristian Ruiz, un joven que pegaba afiches para el sector de Quintela. El pegatinero apareció muerto en el calabozo del área de investigaciones de la policía, que estaba a cargo del actual jefe de la fuerza local. En principio la causa fue caratulada como suicidio, pero la semana pasada el expediente fue recaratulado. La Justicia reconoce un homicidio y culpa a tres policías. Uno está preso. Según una de las hipótesis, elautoacuartelamiento podría ser una reacción corporativa ante esa decisión. 
  Otra versión indica que en realidad a Cobresi, el jefe policial, un hombre del riñón de Eduardo Menem, le conviene verse obligado a dejar el cargo para que no se juzgue su responsabilidad como funcionario. 
  Hay quienes dicen también que todo es una cuestión de internas en la policía, un acto de presión de los que quieren correr a Cobresi. 
  Otras teorías prefieren ubicar como telón de fondo a las históricas internas del justicialismo riojano, que se verán en juego nuevamente cuando se renueven tres bancas en el Senado en el 2001 y la gobernación en el 2003. Los seguidores de Jorge Yoma dicen que la pelea es en realidad entre el gobernador Mazza, que quiere la reelección, y Herrera, que sueña con ser senador primero y gobernador después. Los simpatizantes de Eduardo Menem (que podría intentar ser reelecto como senador) acusan a su vez, a Yoma de instigar la rebelión para desestabilizar al gobierno provincial. 

 

Zulema Yoma y el comisario

Las relaciones tormentosas entre el gobierno de La Rioja y la policía provincial tienen un antecedente en un episodio doméstico de la familia Menem ocurrido en el verano de 1984. �Loca de mierda, te voy a matar�, le gritaba el entonces gobernador Carlos Menem a su mujer. Zulema Yoma �según se relata en el libro El jefe de la periodista Gabriela Cerutti� soportaba los golpes sobre su cuerpo. El entonces presidente del Banco de La Rioja, Bernabé Arnaudo, entró en el despacho alarmado por los gritos y la mujer aprovechó para salir corriendo. Una vez en el auto le indicó al chofer que la llevara a la casa de Héctor García Rey, quien era el jefe de policía. Zulema pasó la noche ahí. A la mañana siguiente la mujer y García Rey se presentaron en el cuartel general para hacer la denuncia. Una semana después Menem se trasladó a la casa de la Quebrada y Zulema permaneció en la residencia del centro de la ciudad. El gobernador decidió entonces tomarse un mes de vacaciones en Mar del Plata, pero cuando llevaba una semana recibió un llamado telefónico del ministro de Gobierno que le informó que desde que se había ausentado de la provincia un hombre dormía en la residencia: era García Rey. El 14 de mayo de 1984 el ministro de Gobierno le pidió la renuncia a García Rey. El comisario se negó a renunciar y el gobernador lo destituyó. Pero el policía se atrincheró... en la casa de Menem. Allí fue refugiado junto con su esposa y sus hijos por Zulema y desde allí brindó una conferencia de prensa. El episodio terminó con la destitución de García Rey y su alejamiento de la provincia. 

 

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