Por Carlos Noriega
Desde Lima
El Perú es un hervidero. Ayer se registraron manifestaciones en Lima y otras ciudades contra el fraude electoral que le daría la victoria al presidente Alberto Fujimori en primera vuelta. La sangre todavía no llega al río, pero su proximidad pareció verificarse en el último resultado divulgado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), que bajó marginalmente las cifras manufacturadas a favor de Fujimori: con un 90,8 por ciento de los sufragios escrutados, el cuestionado organismo le dio al candidato presidente un 49,79 por ciento de los votos, lo que representa una baja respecto al 49,96 por ciento que le había dado a comienzos del día, con un 77,7 por ciento del recuento. Los resultados finales serán divulgados hoy.
Luego de conocidos al comienzo de la tarde de ayer nuevos resultados oficiales de la ONPE, con un escrutinio al 86,78 por ciento, que le daba a Fujimori un 49,96 por ciento y a Alejandro Toledo 40,28 por ciento, el candidato de la oposición democrática improvisó un mítin en la puerta del hotel Sheraton, convertido en su cuartel general, ante más de 10.000 personas que gritaban enfervorizadas contra el fraude. Terminada la manifestación, el candidato a la primera vicepresidencia en la fórmula de Toledo, Carlos Ferrero, reveló a la prensa que Toledo mantenía contactos con altos jefes militares. No dio detalles sobre el contenido ni el propósito de estas reuniones. A esa hora, en Lima circulaban fuertes rumores de una reunión de un grupo de generales en la ciudad de Arequipa, la segunda en importancia del país. El candidato opositor le envió en la tarde una carta al presidente Fujimori solicitándole una �reunión urgente para buscar una salida pacífica� a la crisis precipitada por las denuncias de un fraude electoral. Hasta el momento del envío de este despacho no había recibido respuesta.
Lo que ocurrió hasta el último cómputo de ayer en el Perú podría definirse como un fraude en cámara lenta. De a poco la cuestionada ONPE empujaba al candidato oficial al límite del 50 por ciento que necesita para quedarse en el poder por cinco años más. Ese juego al suspenso deja la sensación de un tanteo por parte de las autoridades de las reacciones, tanto internas como externas, que traería un resultado oficial que liquide una segunda vuelta. Esas reacciones han sido las protestas internas y las advertencias externas de que un triunfo fujimorista en primera vuelta sería interpretado como producto de un fraude. Ayer martes, la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright hizo una declaración en tono de advertencia: �Está en juego la legitimidad de las elecciones si no se aclaran las irregularidades�. Y la mayor irregularidad en este momento es el conteo sin testigos ni fiscalización de los votos y que, sospechosamente, arroja resultados que ponen a Fujimori al borde de ganar en primera vuelta, lo que contradicen todos los conteos paralelos.
Alejandro Toledo se enteró de esos resultados oficiales cuando ofrecía una conferencia de prensa. �Me dicen que Fujimori ya está en 49,96 por ciento, esto es increíble�, fue su primera reacción. Enseguida reflexionó. �Es claro que el gobierno está administrando los resultados. Están haciendo el fraude a cuentagotas, es un golpe a pausas.� Toledo ratificó su anuncio de desconocer los resultados de la ONPE, aunque decidió retroceder respecto a su proclama de antenoche. Esta vez dijo que desconocerá los resultados �en el caso de que no haya segunda vuelta� y ya no �sea cual sea�, como había dicho antes. De esta forma el candidato opositor dejó abierta la puerta a su participación en un eventual ballottage, aunque agregó que �una segunda vuelta sólo tendría credibilidad y legitimidad si se hacen modificaciones sustantivas del proceso�. Toledo estuvo acompañado por otros cinco candidatospresidenciales �Alberto Andrade, Luis Castañeda, Abel Salinas, Víctor Andrés García Belaunde y Máximo San Román�, de su candidato a la vicepresidencia, Carlos Ferrero, y de su esposa, Eliane Karp.
Toledo aseguró que, si el fraude se consuma, recorrerá el país convocando a manifestaciones públicas para denunciarlo, pero aclaró, con especial énfasis y con insistencia repetitiva, que �las protestas deben ser pacíficas, la violencia sería hacerle el juego al otro lado. Alejandro Toledo no será aquel que lidere disturbios, la violencia no es mi característica, hay que evitar exacerbar los ánimos, pero seremos tercos y firmes en defender la democracia�. Aseguró que varias ciudades del interior del país �están levantadas� y que estaba empeñado en �evitar un desborde popular�, pero que la explosiva situación que vive el país �no es nuestra culpa�. Habló de �un plan de contingencia� de la oposición en su conjunto, aunque no quiso revelar sus puntos centrales.
El candidato opositor criticó las declaraciones de Fujimori la noche anterior, en que fustigó con dureza a la oposición en su conjunto y aseguró que �los únicos resultados legítimos son los que dé la ONPE y si dice que hay un ganador en primera vuelta, eso se tiene que respetar�. �Deseaba encontrar en las palabras del presidente Fujimori gestos que pudieran servir para reconciliar, para cerrar heridas, pero no he escuchado nada de eso�, dijo Toledo antes de anunciar su pedido de una entrevista con el presidente.
Mientras Toledo estaba con la prensa en el hotel Sheraton, la gente comenzaba a reunirse en las puertas del hotel. Cerca de 2000 personas, en su mayoría estudiantes, exigían a gritos la presencia de Toledo y desfogaban su ira en consignas contra Fujimori. �Chino maricón, lárgate al Japón� y �La ONPE es una mierda, el chino la compró�, eran las más coreadas. Los reporteros de la prensa local, muy cuestionada por su favoritismo hacia la candidatura de Fujimori, no escaparon a la ira popular. �Prensa nacional, prostituta electoral�, gritaba la multitud mientras saltaba y señalaba con dedo acusador a algunos reporteros de la televisión. Y acto seguido remataban: �Prensa extranjera, ésa es la verdadera�. Cuando se enteraron de que ningún canal de TV, excepto uno de cable, había transmitido la conferencia de prensa de Toledo, aumentó su ira contra la prensa nacional. Los manifestantes iban aumentando y cuando, entre gritos de �que salga el presidente�, Toledo salió a la terraza del hotel una hora después; el número de ellos pasaba los 5000.
Siempre acompañado de los otros cinco candidatos presidenciales, Toledo empezó diciendo que el país vivía �momentos extraordinariamente difíciles� y mirando a sus ex rivales y ahora compañeros dijo que estaban sólidamente unidos �para defender la democracia�. Abajo gritaban �unidad, unidad�. �Vengo a rendir homenaje a estos jóvenes que no claudican en sus convicciones por más que los presionen. Los jóvenes no son el futuro, los necesitamos ahora�, dijo a una multitud que coreaba �somos estudiantes, nadie nos maneja� y pedía �movilización�. Toledo les respondió �movilización sí, pero pacífica y constructivamente�. El candidato les pidió permanecer en el lugar hasta la noche, en que se esperaba se conozcan los resultados finales. �La lucha está en las calles, no en los balcones� era el grito que subía como una exigencia perentoria. Toledo respondió que lo dejen trabajar y que después bajaría para marchar con ellos hasta el local de la ONPE. Eso sería cuando se conozca el escrutinio final. A medida que se acercaba la noche, la multitud iba creciendo.
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