Líderes y representantes del mundo en vías de desarrollo se encontraron ayer en La Habana. El tema principal fueron las deudas externas de esos países, que condicionan sus posibilidades.
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Ayer comenzó en La Habana la cumbre de los 133 países del G-77, la agrupación de los países en vías de desarrollo. El presidente de la Cámara de Diputados Rafael Pascual representó allí a Fernando de la Rúa, quien no pudo asistir a causa de �obligaciones impostergables�. El tema excluyente para esta cumbre es la deuda externa de los países subdesarrollados. Todos los oradores hicieron hincapié ayer en la necesidad de que los países avanzados �borren esas deudas de sus cuentas�. Fidel Castro sintetizó que la deuda externa ya �no es un problema económico, sino político; y por lo tanto requiere una solución política�. Pero el G-77 no parece depositar sus esperanzas solamente en pedidos dirigidos al �Norte�. También comienzan a esbozarse planes para la acción colectiva. Informalmente se habla incluso de organizar un �Club de La Habana� de deudores, la respuesta del Tercer Mundo a los clubes de París y de Londres. Un aspecto notable de la cumbre ayer fueron los cambios que se notaron en los viejos líderes tercermundistas. Muchos ex comandantes guerrilleros se encontraron en la ceremonia de apertura como jefes de Estado, y rompieron el protocolo para saludarse. Fidel Castro, vestido con un traje azul marino, se abrazó con el líder palestino Yasser Arafat. En otros tiempos Castro había roto sus relaciones diplomáticas con Israel en muestra de apoyo a Arafat. También pudieron encontrarse varios héroes de las luchas anticolonialistas del continente africano. Robert Mugabe de Zimbabwe se encontró con Sam Nujoma, actual presidente de Namibia y en los �70 titular de la organización guerrillera Swapo. José Eduardo Dos Santos representó a Angola, país donde tropas cubanas combatieron por 16 años contra una fuerza de intervención sudafricana. Se notó que el venezolano Hugo Chávez fue el único jefe de Estado representante de América del Sur. Los oradores que inauguraron la cumbre incluyeron a exponentes tanto del ala �dura� como de la �moderada� del G-77. El líder de estos últimos era el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo. Este remarcó que la caída del orden bipolar del pasado no había producido su reemplazo por uno más equitativo. Obasanjo fustigó además a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esta, a su juicio, no tiene en cuenta los �legítimos intereses del Sur�. Se lamentó del enorme peso que constituye la deuda externa para los países subdesarrollados. El nigeriano concluyó con una exhortación a los �países del Norte�, a que consideren la posibilidad de declarar una moratoria al pago de las deudas externas. El siguiente orador, el secretario general de la ONU Kofi Annan, pareció creer que el tiempo para considerar una moratoria ya había pasado. Debía ponerse en práctica lo antes posible. �Instó a los países avanzados a que borren de sus libros todas las deudas de los países pobres altamente endeudados�, recalcó. El presidente sudafricano Thabo Mbeki agregó su voz al pedido por un �alivio de la deuda externa�. También sugirió que para que el Sur establezca relaciones más �fructíferas� con el Norte, �sería necesario que siempre coordinemos nuestro trabajo�. Lo mejor vino al final. Como podía esperarse, el discurso del mandatario cubano Fidel Castro �que cerró el primer día del encuentro�, fue mucho más agresivo que el de sus antecesores en el podio. Comenzó pidiendo la �demolición� del Fondo Monetario Internacional (FMI): �para el Tercer Mundo es de vital importancia hacer desaparecer esta siniestra institución�. Abogó por un nuevo Fondo, uno para el Tercer Mundo. Estaría financiado por un impuesto del 1 por ciento a las transacciones �especulativas�. Nunca impondría condiciones �injerencistas� para sus préstamos. La deuda externa es �un mecanismo de sometimiento y explotación�, y también es lisa y llanamente �impagable�. Y el actual �hipócrita sistema ultraliberal� asegura que lo sea al exigir que los países subdesarrollados abran completamente sus fronteras al comercio exterior. Al concluir, Castro reiteró el pedido de Mbeki por una mayor cooperación en el mundo subdesarrollado. Pero con un poco más dedramatismo recordó que el lema cubano era �Patria o muerte�. Para el Tercer Mundo, la alternativa era similar: �O nos unimos y cooperamos estrechamente, o nos espera la muerte�.
PUEDE SER INMINENTE LA ENTREGA DEL BALSERITO Por fin parece haber algo de movimiento serio en el caso de Elián González, el balserito cubano de 6 años reclamado tanto por su familia cubano-americana de Miami como por su padre Juan Miguel, que viajó de La Habana a Washington con el fin de llevarse el niño �sobreviviente de un naufragio en que murió su madre� a casa. Ayer, por primera vez en varios días, Elián abandonó de la mano de su tío abuelo Lázaro la residencia de éste en Pequeña Habana, juntos se trasladaron a buscar a su prima Marisleysis y los tres encontraron refugio en la casa de la religiosa Juanne O�Laughlin, presidenta de Barry University, mientras el gobierno de Bill Clinton �que favorece el regreso de Elián a Cuba� admitía la posibilidad de una mediación de la Iglesia Católica, cuyo primer paso sería el encuentro de las dos familias en la Nunciatura Apostólica en Washington. Por otro lado, la secretaria de Justicia estadounidense Janet Reno viajó en la tarde de ayer a Miami para conferenciar con los familiares de Elián González en esa ciudad sobre los detalles de la devolución del niño cubano a su padre. El Departamento de Justicia informó que, además, envió una carta oficial a la familia del niño instruyendo entregarlo mañana a la mañana en el aeropuerto de Opa Locka, cercano a Miami.
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