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![]() ![]() Boca salió con su clásica postura para los partidos de visitante en la Copa: a la retranca. Con los volantes contenidos y los marcadores de punta dedicados a la función defensiva, las posibilidades de Boca se limitaron a lo que podía generar Riquelme. Para colmo, Barijho y Barros Schelotto se comieron todos los anzuelos que tiró el fondo de la Católica cuando daba el paso adelante y quedaron casi siempre en posición adelantada. Claro que comparado con la tibieza del equipo chileno, la sensación que quedaba es que si Boca aceleraba el ritmo, no tendría inconvenientes en llevarse la victoria. Pero como el equipo de Bianchi tardó en entenderlo, llegó la sorpresa. Cuando Córdoba no había pasado ningún sobresalto y las chances más claras habían sido para Boca, llegó el bombazo de Núñez que puso el injusto 1-0. Más allá del golpe inicial, el tanto de la Católica fue lo mejor que le pudo pasar a Boca. Obligados por el resultado, los visitantes se adelantaron en el terreno y empezaron a forzar el desarrollo. Primero lo tuvo Basualdo, pero remató débil. Y en la mejor maniobra colectiva del primer tiempo llegó el empate. Combinaron Traverso, Ibarra y el Mellizo, el volante mandó un centro de primera que cabeceó con precisión Barijho. Consciente de que si atacaba se llevaba la victoria, Boca arrancó con mayor decisión la segunda parte. Además se dio cuenta de que con la llegada de los volantes o la subida por afuera de los laterales podía romper el fuera de juego que intentaban los chilenos. De esa manera lo perdieron Riquelme y Navas, pero la insistencia rindió sus frutos. Luego de un corner del Mellizo, un frentazo de Bermúdez fue rechazado en la línea pero rebotó en la espalda de Tapia y se metió. El gol terminó de tranquilizar a Boca, que se dedicó a cuidar la pelota y lo definió de contra. Con poquito le alcanzó para llevarse de Chile lo que fue a buscar.
EN LA FINAL LAZIO-INTER DE LA COPA ITALIA
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