Por Adrián De Benedictis
En un gran partido por lo que sucedió en el segundo tiempo, River le ganó a Vélez y alcanzó la punta del campeonato más por sus individualidades que por su juego colectivo. Vélez mereció al menos quedarse con un punto, pero la gran noche de Bonano y la falta de puntería de sus delanteros hicieron el resto.
En el inicio, ninguno tomó la iniciativa del partido, porque ni Bassedas ni Alvarez podían hacerse dueños de la pelota. Vélez estaba parado un poco más en la mitad de la cancha y tomó de a poco la delantera del partido, pero carecía de profundidad. Ni Cubero ni Castromán se desprendían por la derecha y todo quedaba supeditado a los desbordes de Eduardo Domínguez por el otro costado.
A los 23�, el local tuvo una clara situación cuando, tras un contragolpe, Berizzo sacó en la línea el gol de Camps. A esa altura, Darío Husaín complicaba él solo a toda la defensa rival con su velocidad, tirándose a ambas puntas: ni Trotta ni Lombardi podían tomarlo.
Recién a los 25� River llegó, con un tiro de Alvarez que Méndez sacó al corner, cruzándola. A partir de allí, el partido cobró emotividad y los dos tuvieron más oportunidades de abrir el marcador. De ese contragolpe de Alvarez lo tuvo Federico Domínguez. Cinco minutos más tarde, Bonano le saco un cabezazo a Eduardo Domínguez.
A los 40�, cuando se moría el período sin sacarse ventajas, Camps lo tuvo al cabecear un centro de Bassedas, el mejor del local, pero atajó Bonano. Eso fue un anticipo, porque tres minutos más tarde, luego de una jugada entre Castromán y Camps, vino el centro de éste y Trotta, anticipándose a su arquero, anotó infortunadamente en contra de su valla.
Pero River encontró el empate un minuto más tarde, cuando tras un error de Federico Domínguez al perder la pelota, un zurdazo de Cardetti se desvió en Méndez y sorprendió a Chilavert. Al toque, Alvarez tuvo un mano a mano clarísimo con Chilavert y, en lugar de picarla por arriba, tiró bajo y la tapó el arquero.
La segunda mitad fue a puro vértigo. Arrancó River un poco más adelantado, Gancedo comenzó a manejar la pelota en el medio y el equipo se acercaba con peligro a Chilavert. Sin embargo, fue el arquero el protagonista de la primera jugada de riesgo, ejecutando un tiro libre desde la medialuna, que Bonano tapó muy bien con la mano. Vélez solamente se acercaba con pelotas paradas. Bonano volvió a sacarle al corner un tiro libre a Chilavert, y no sería el último.
Lo tuvo Camps para convertir de media vuelta, y de contragolpe avisó Saviola, quien, un minuto más tarde, cayó en el área en un contacto con Federico Domínguez que no pareció penal. Baldassi lo cobró, y anuló el primer remate de Trotta por invasión de zona; convirtió el segundo picándola al medio, como burlándose del arquero.
Ya habían entrado Díaz y Franco, y River aguantaba, sólo con Saviola arriba, al que buscaban con pelotazos largos. En una réplica, Chilavert le gano el mano a mano a Franco, y al instante, entrando solo por el centro, Saviola tocó suavemente un centro de Franco. Tras el gol, River renunció al ataque con el ingreso de Ramos. Vélez apretó con más desorden que claridad, y el partido se jugaba en campo de River. Como consecuencia de este empuje descontó Obolo, que la paró de pecho entrando por el medio y definió de derecha al ángulo de Bonano. Los últimos minutos se jugaron con frenesí, porque Vélez se ilusionó con la igualdad. Pero Bonano le sacó al corner el tercer tiro libre a Chilavert, y ése fue el símbolo: era tarde para empatar.
UN EMISARIO MIRO JUGADORES DE VELEZ
Parma anduvo pispeando
Por A.D.B.
En la cancha de Vélez hubo un espectador muy interesado en tres jugadores del local: Sebastián Méndez, Claudio Husaín y Cristian Bassedas. Un emisario del Parma miró detenidamente el partido y tomó nota. El vicepresidente de Vélez, Juan Carlos González, confirmó que existen tratativas por los pases de Méndez y Husaín, que podrían tener final positivo la semana próxima. Méndez salió en el entretiempo por una molestia, y el mayor de los Husaín terminó el partido con un golpe en la rodilla.
El emisario deberá cumplir, antes de regresar a Italia, el último tramo de su misión: entrevistarse con Pablo Aimar, el volante de River que ayer no jugó porque, oficialmente, será dado hoy de alta por el médico de la Selección, Donato Villani, pese a que ya demostró que estaba en condiciones de retornar: simplemente, esa mecánica le permitió a River invocar el dichoso artículo 225 para hacer jugar a Roberto Trotta.
En River sorprendieron las declaraciones del volante chileno Rodrigo Tello, quien dijo ayer que el empresario argentino Gustavo Mascardi compró el 50 por ciento de su pase a la Universidad de Chile para dárselo en junio al club de Núñez. El tema que preocupa a Gallego es el retorno de Pizzi, que se producirá a fin del torneo: el técnico quiere retenerlo, pero el jugador volvería a jugar en España, ya que en junio vence la cláusula restrictoria impuesta por el Barcelona para impedir que el rosarino juegue en otro equipo.
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