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Por Diego Fischerman Cesaria Evora dice algo que es bien sabido para cualquiera que haya escuchado su voz grave, espesa, indeciblemente triste. �Soy una mujer africana�, se define. Una mujer, podría agregarse, del Africa Portuguesa. De una pequeña colonia en una isla llamada Mindelo, en un pequeño archipiélago conocido como Cabo Verde y situado frente a la costa de Senegal. O sea, una hermana cultural de los otros africano-portugueses, los descendientes de los esclavos traídos al Brasil. Será por eso que entre sus admiradores incondicionales está Caetano Veloso. O será, más bien, por esa extraña cualidad de su música, a mitad de camino entre el fado y cierto hamacarse rítmico con bastante poco de europeo. La música de Cesaria Evora se llama morna. Un género en que las letras, en el portugués mestizo de la región, hablan invariablemente de soledad, amor y distancia (¿de qué otra cosa podría hablarse en una isla?).
DICCIONARIO HISPANOAMERICANO La palabra �imperialismo� ha caído en un discreto desuso. Si se piensa en las interminables discusiones francesas sobre el uso internacional del inglés y en las protestas españolas por la ablación de la �eñe� en las computadoras, el tema está lejos de haber caducado definitivamente. Y uno de los puntos donde es más evidente es en la confección de diccionarios y enciclopedias, ni más ni menos que los lugares donde se deposita el compendio del saber. Para parafrasear a McLuhan, lo que no está en una enciclopedia no existe. Y si de enciclopedias de música se trata, algo bastante fácil de verificar es la desproporción entre las voces inglesas y las hispanas en cualquiera de las existentes hasta ahora. Que el oscuro compositor inglés Joseph Raff ocupe en algunas de ellas más lugar que Silvestre Revueltas es una buena prueha. Por eso, el primer Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, una obra verdaderamente titánica en la que participaron 23 coordinadores y más de 750 especialistas de cada uno de los países involucrados, es, además de una herramienta indispensable para el trabajo futuro de musicólogos e investigadores, un acontecimiento político. El diccionario, editado por la Sociedad de Autores de España, incluye 26.000 entradas, el 80 por ciento de ellas ausente en las enciclopedias preexistentes. En esta obra de diez volúmenes cuya segunda edición, en CD rom, será actualizada anualmente, es en la única, por ejemplo, en la que �cuarteto�, además de ser un género de cámara y una conformación instrumental, es una especie musical de la provincia de Córdoba. Y es el único, con certeza, donde �almendra� es otra cosa que una fruta. Las trece páginas dedicadas a la voz �tango� (escritas por musicólogos argentinos y uruguayos), por su parte, están entre lo mejor �y más conciso� que se haya escrito nunca sobre ese tema.
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