Por Laura Vales y Adriana Meyer
 Los testimonios reunidos por la Oficina Anticorrupción comprometen cada vez más a Angel Tonietto. Los investigadores que deben establecer si el ex interventor del PAMI utilizó su situación de poder para favorecer a una clínica dirigida por su esposa, Juana Castagnola, interrogaron ayer a José Amorín. Amorín fue el máximo responsable de la dudosa evaluación con la que se recategorizó al hogar terapéutico de la mujer de Tonietto, el Florida II. Era, además, un subordinado directo del ex interventor. Ayer dejó en claro que su antiguo jefe le hizo saber en dos oportunidades que seguía de cerca el trámite para la recategorización. Todo indica que la Oficina presentará su dictamen el próximo lunes, cuando también podría elevar a la Justicia la correspondiente denuncia penal.
Al mismo tiempo, la Sindicatura General de la Nación encontró irregularidades en otro expediente que benefició a la clínica Florida I, a la que también aparecería vinculada la familia Tonietto. Y en la Justicia federal un fiscal activó una tercera presentación sobre el caso �del diputado cavallista Franco Caviglia� y dio curso a la autodenuncia del propio Tonietto. Es decir, consideró que existe un posible delito a ser investigado.
Amorín �ex subinterventor de Prestaciones Sociales del PAMI� y el arquitecto Aldo Zeta, quien firmó el dictamen que recategorizó al Florida II, son los principales sospechosos de la maniobra investigada. �Pero arrastran a su vez a Tonietto�, aseguraron ayer en la Oficina Anticorrupción. Básicamente, se cree que Amorín presionó a dos funcionarias del Instituto para que dieran un tratamiento preferencial al hogar terapeútico, luego de que no alcanzara el puntaje requerido. Las mujeres terminaron pidiendo un traslado y la clínica obtuvo finalmente el beneficio perseguido.
Ayer, el ex funcionario reconoció que tuvo encendidas discusiones con las funcionarias. Pero alegó en su defensa que nunca las presionó por un trámite favorable. �Tonietto y yo teníamos muchas diferencias sobre los modelos prestacionales del PAMI �les dijo a los fiscales anticorrupción-; había una situación de tensión entre nosotros que era pública y notoria. Por eso me interesé en el trámite: temía que un dictamen adverso a la clínica de su esposa fuera interpretado como una represalia de mi parte�.
Amorín contó después que en dos oportunidades Tonietto le habló sobre el punto. La primera vez le comentó que su mujer era directora del Florida II y que había pedido una recategorización. La segunda fue cuando la clínica no alcanzó los puntos necesarios. Amorín dijo que Tonietto nunca le pidió nada, pero su testimonio desmiente la absoluta prescindencia del tema alegada por el ex interventor. A modo de prueba, Tonietto esgrime, ni Cecilia Felgueras ni Horacio Rodríguez Larreta, las máximas autoridades del PAMI, se enteraron nunca de que su esposa era prestadora del PAMI justamente para que esto no fuera interpretado como una presión. Parece en cambio que sí se encargo de poner en autos al responsable de la evaluación.
Mientras tanto, en la Justicia federal el fiscal Gerardo Di Masi impulsó una denuncia del diputado Franco Caviglia que, haciendo eje en los mismos hechos, abarca a los tres interventores. Caviglia los acusó de incumplimiento de los deberes de funcionario público, negociaciones incompatibles con la función pública y de haber violado la Ley de Etica. El requerimiento, en el que el fiscal no calificó la conducta de Tonietto, será resuelto la semana próxima por el juez Gabriel Cavallo junto con la autodenuncia que Tonietto presentó para que se investigue toda su gestión.
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