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Eramos pocos y se quebraron 
las FF.AA. en la Bolivia de Banzer

Un nuevo movimiento de al menos 8000 oficiales de rango bajo del ejército agrava las dificultades para imponer el estado de sitio.

Un policía tira piedras hacia el interior de la universidad estatal de San Andrés.
Decenas de estudiantes se amotinaron en la sede ayer en demanda de aumentos de presupuesto.


Por Oscar Guisoni
Desde La Paz

t.gif (862 bytes) El Congreso boliviano terminó aprobando el estado de sitio dispuesto por el gobierno del general Hugo Banzer, pero una nueva situación creada en el interior de las fuerzas armadas planteó la duda de si el presidente podrá seguir contando en las próximas horas con las fuerzas para respaldar la medida. Después de una tumultuosa sesión parlamentaria, que terminó a las 4 de la mañana con un intento de pugilato entre Carlos Sánchez Berzaín, el presidente del bloque del MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario, principal partido opositor) y el senador oficialista Leopoldo López del MIR, el gobierno logró imponer su mayoría parlamentaria con el voto a mano alzada y, según la oposición, sin realizar el conteo correspondiente. Pero en horas de la madrugada se supo también que oficiales de rango bajo del ejército estarían a punto de rebelarse, en reclamo de un aumento de sus salarios. Un comunicado anónimo recibido por algunos medios de comunicación da cuenta de una lista de 12 puntos que los militares estarían reclamando al Ministerio de Defensa, para �acabar con el trato inhumano que reciben los oficiales, el desequilibrio en la escala salarial y las limitaciones en el acceso a estudios superiores y a la obra social del ejército�. 
En Cochabamba, un civil que no quiso identificarse entregó a los medios de comunicación un video de filmación casera en donde se observa a soldados uniformados disparando con fusiles FAL a la multitud, en la zona de la ciudad donde se produjeron los disturbios más fuertes durante la �guerra del agua�. Para hoy se espera la llegada a La Paz de los principales dirigentes políticos y sindicales confinados en la selva desde que comenzó el estado de sitio, ya que ha prosperado ante la Corte de Justicia el recurso de hábeas corpus interpuesto por la defensora del Pueblo, Ana María Campero. La sesión parlamentaria que el gobierno no quiso convocar el lunes porque suponía que no iba a lograr la cantidad de votos suficientes para aprobar el estado de sitio, fue finalmente realizada durante la tarde del miércoles, culminando a altas horas de la madrugada del día siguiente. En el debate, los diputados opositores acusaron al gobierno de ser el principal responsable de la crisis, por su incapacidad para manejar el descalabro económico en el que se encuentra inmersa Bolivia desde que el precio del petróleo se disparó, trayendo recesión e inflación al país. Y aludiendo a la inutilidad de una medida que, a esta altura de los acontecimientos, nadie respeta. De hecho la población continúa manifestándose en las distintas ciudades del país, se convocan huelgas, se realizan mitines en las universidades y los muy juerguistas se permiten violar los horarios nocturnos de restricción a la circulación, sin que la policía o el ejército tomen medidas para impedirlo.
El diputado del MNR Manuel Suárez Avila llamó a la desobediencia civil, advirtiendo que �el sistema democrático se está hundiendo y la medida de excepción es incapaz de detener esta situación�. Avanzada la madrugada, un intento de pugilato entre el diputado del MNR Sánchez Berzaín y el senador López del MIR, fue aprovechado por el presidente de la Cámara, el vicepresidente Jorge Quiroga, para llamar a votación, en medio de la confusión y asegurar que la medida estaba adoptada, al ver que los diputados oficialistas levantaban las manos. La oposición denunció que nadie se hizo cargo de contar las manos alzadas. 
A todo esto, un grupo de militares de bajo rango, que según algunas fuentes podrían llegar a ser entre 8.000 y 20.000, agregó en horas de la noche una preocupación mayor al gobierno. Los militares, que se quejan porno �poder expresarse libremente, como lo hacen otros trabajadores�, denunciaron �la odiosa discriminación salarial� que reciben del alto mando militar, que �año tras año incrementa sus salarios� dando preferencia a los oficiales. Los militares se manifestaron además molestos con la clase política, por haber dictado el estado de sitio. �Nos sacan a las calles para cumplir una misión para la que no estamos preparados�, declararon algunos de ellos, pidiendo absoluta reserva, al diario La Prensa de esta capital. �Nosotros sabemos disparar, tirar granadas y conducir tanques de guerra, y los políticos tendrían que saber manejar con pinzas a las fuerzas armadas�. Otro motivo de protesta es el uso que el gobierno hace de ellos, �como si fuéramos policías. Estamos cansados de cuidar plazas o ir a erradicar cultivos de coca al interior, dejando las armas y cargando machetes y palos... no es esa nuestra tarea.�
Una publicación llamada Viva Roja, de la denominada �tendencia revolucionaria de las fuerzas armadas�, circuló en la mañana de ayer confirmando la noticia de la rebelión y detallando con precisión los reclamos que hacen los militares rebeldes. El gobierno ha guardado el más absoluto hermetismo en torno de esta cuestión y en horas de la noche de hoy se esperaba una conferencia de prensa del ministro de Defensa, en la que se especulaba que las autoridades iban a negar la existencia de este supuesto complot. 
Mientras tanto, diputados y dirigentes de la oposición consultados por Página/12 dejaron entrever que existe una gran preocupación en medios políticos respecto del asunto. Y en las últimas horas se sumó otro motivo de tensión: el diario Presencia, de tendencia católica progresista y conocido por haber sido el único de oposición durante la dictadura de Banzer, recibió una amenaza de bomba, y varios periodistas de diversos medios fueron amenazados de muerte. La sangre está llegando al río.


Claves

  El gobierno constitucional del general retirado Hugo Banzer impuso el estado de sitio el pasado sábado 8 en respuesta a una guerra campesina contra el aumento del precio del agua.
  El gobierno dio marcha atrás en ese aumento, pero el conflicto ya se había generalizado, con protestas policiales, obreras y estudiantiles contra el aumento general del nivel de vida.
  Ayer en el Congreso se aprobó entre gallos y medianoche refrendar el estado de sitio, que de todas maneras el gobierno se muestra incapaz de poner en vigor. A esto se suma una revuelta de oficiales de rango bajo.
  Hasta el momento hay 6 muertos, 74 heridos y 92 detenidos.

 

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