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ALBERTO FUJIMORI INICIO LA CAMPAÑA PARA EL BALLOTTAGE EN PERU
El regreso de un hombre duro

Mientras crecen los datos sobre su intento de fraude, el presidente peruano realizó un acto en Lima. Hubo incidentes y heridos.

Alberto Fujimori de nuevo en la palestra, ante 5000 personas en el centro de la capital Lima.
Acusó a su contrincante Toledo de promover la violencia y elogió que fuera censurado por los medios.


Por Carlos Noriega
Desde Lima

t.gif (862 bytes) Después de haber sido obligado a retroceder por las multitudinarias protestas internas y las fuertes presiones externas en su voluntad de hacerse re-reelegir el domingo pasado, el presidente Alberto Fujimori inició en la noche del viernes su campaña para la segunda vuelta electoral, esa contienda que trató, sin éxito, de evitar a toda costa y en la que tendrá que competir contra el candidato de la oposición democrática, Alejandro Toledo. En su reaparición ante la población, Fujimori se esforzó por borrar de su rostro el impacto del golpe sufrido al no lograr ganar en primera vuelta y, como es su estilo, recurrió al ataque para intentar mejorar su devaluada imagen. Después del agresivo discurso de Fujimori, la violencia verbal se transformó en un enfrentamiento a pedradas entre sus simpatizantes y quienes se oponen a un tercer mandato consecutivo del autoritario presidente peruano. Hubo varios heridos.
Su debut en la campaña para el ballottage no fue auspicioso para el presidente peruano. Menos de cinco mil personas se reunieron para escucharlo en la plaza del distrito de Puente Piedra, al norte de Lima. Fujimori descargó su artillería verbal contra Toledo, al que acusó de promover la violencia por haber encabezado las protestas antifraude. A pesar de que las masivas manifestaciones contra las maniobras fraudulentas para darlo ganador en la primera vuelta se desarrollaron en forma pacífica, Fujimori no dudó en torcer la realidad y las calificó como �una respuesta inesperada de violencia y disturbios callejeros�. Acto seguido, se autoproclamó como el único garante de la paz y la no violencia y elogió la actitud de la televisión peruana de silenciar esas manifestaciones.
Recurriendo a una vieja táctica de su gobierno, Fujimori acusó a sus opositores de representar �el caos del pasado� y, desafiante, aseguró que �no les vamos a dejar el paso libre�. En ese tono mesiánico que lo ha acompañado todos estos años, aseguró que el país lo necesita para �no retroceder�. Sus frases eran constantemente interrumpidas por la tecnocumbia de �El baile del chino� que salía de los poderosos parlantes. �Chino, chino, chino, Y se baila así, y se mueve así, me gusta a mí y te gusta a ti, es el baile del chino...�, tronaban los parlantes, mientras Fujimori intentaba, sin mucho éxito, moverse al ritmo de su canción. Detrás de él, el acartonado ex canciller Francisco Tudela y el empresario y actual vicepresidente, Ricardo Márquez, sus compañeros en la fórmula presidencial, intentaban seguir sus desacompasados pasos.
�Algunos periodistas extranjeros y también otros locales dicen que la gente viene obligada. No es cierto�, aseguró Fujimori. Sin embargo, los periodistas que asistieron al mítin pudieron comprobar que los manifestantes llegaban en buses contratados para trasladarlos. Las denuncias de amenazas a los beneficiarios de los programas de ayuda social para que asistan a las manifestaciones de Fujimori bajo pena de perder esa ayuda alimentaria han sido una constante durante la campaña electoral. 
Mientras el presidente peruano comenzó su campaña para la segunda vuelta, continúan saliendo a la luz interminables pruebas .-como la existencia de un millón de votos más que los votantes que asistieron a las urnas, votos fantasma que favorecieron a Fujimori� de lo que habría sido un escandaloso fraude electoral para inflar la votación del presidente peruano. La sospechosa demora en la entrega de resultados oficiales ha sido interpretada como una prueba que en el interior del gobierno se estaban evaluando las consecuencias de las presiones internacionales y de la magnitud de las protestas internas antes de tomar la decisión de proclamar la victoria de Fujimori. Finalmente, tuvieron que retroceder.Rafael Roncagliolo, de la organización de observadores Transparencia, calificó los resultados finales como �una decisión política�, que habría sido tomada para calmar las protestas internas y externas.
Las denuncias de fraude en el conteo de votos no son sino la culminación de un proceso marcado desde su inicio por serias irregularidades para favorecer la re-reelección de Fujimori. Eduardo Stein, jefe de la misión de observadores de la OEA, ha señalado que si esas condiciones se repiten su organismo no avalaría las próximas elecciones. El mismo criterio han expresado gobiernos como el de Estados Unidos y los de la Comunidad Europea. El gobierno ha respondido atacando a quienes han criticado un proceso electoral considerado como el más irregular y tramposo de los últimos tiempos. Fujimori ha llegado a decir que �finalmente se ha comprobado que el proceso del 9 de abril se ha llevado a cabo con toda normalidad y que ha sido claro y transparente�.
Toledo ha exigido que la segunda vuelta se desarrolle en condiciones distintas a lo que fue la reciente campaña electoral. Conseguir esas condiciones será su primera gran batalla. En este empeño cuenta con el apoyo de la comunidad internacional. Sin embargo, la forma como el fujimorismo ha retomado la campaña muestra que no parece dispuesto a dejar de lado las tácticas que ha venido empleando. Si no consigue estas condiciones mínimas, Toledo ha dejado abierta la posibilidad de no participar en la segunda vuelta. Aunque las cifras oficiales lo ubican en segundo lugar, Alejandro Toledo inicia el camino a la segunda vuelta con la imagen de triunfador, al haber logrado arrancar una segunda vuelta en una lucha en extremo desigual y a pesar del fraudulento conteo de votos. Mientras tanto, Fujimori ha perdido su fama de invencible.

 


 

FIN DE PROTESTAS EN BOLIVIA Y COMIENZO DE OTRAS
La calma que precede a la tormenta

Ayer finalmente concluyeron del todo las protestas populares que convulsionaron a Bolivia en las últimas dos semanas. Un acuerdo pactado el viernes entre las organizaciones campesinas y el gobierno posibilitó ayer que se levantaran los últimos cortes de ruta. Por otra parte, la calma de ayer podría ser nada más que una tregua. Las organizaciones universitarias y sindicatos de maestros confirmaron ayer que iniciarán una ola de protestas el miércoles en reclamo de mejoras presupuestarias. 
El ministerio de Educación adelantó que no aceptaría las demandas de los estudiantes, en gran medida porque carece de los fondos para hacerlo. Siempre cauto, Banzer prometió que el estado de sitio seguiría hasta que concluya su límite constitucional de 90 días. Pero el estado de sitio tendría escaso valor si las fuerzas de seguridad no están dispuestas a implementarlo. Y ese es precisamente el escenario que barajó ayer el diario La Prensa. El motivo sería el mismo que causó una ola de motines policiales durante las protestas: los bajos salarios. Banzer había logrado contener esa crisis inicial con aumentos de salario de última hora. Pero La Prensa subrayó que �no ha resuelto del todo las exigencias salariales de los policías y los militares que amenazaron con amotinarse�. El ministro de Defensa, Jorge Crespo, ya se reunió con representantes de los cuadros inferiores de las Fuerzas Armadas. Habría presentado la misma excusa que su colega en el ministerio de Educación. Si eso no convence a los suboficiales, es posible que la movilización estudiantil del miércoles esté acompañada por un motín militar a gran escala. 
De todos modos, ayer el gobierno boliviano se concentraba en resolver algunos cabos sueltos dejados por las últimas protestas. Un problema es el del francotirador militar Robinson Iriarte, el responsable de la muerte de un joven en Cochabamba. Las cámaras de TV habían filmado al capitán vestido de civil disparando contra una multitud de manifestantes. Ayer el titular de las Fuerzas Armadas Jorge Zabala argumentó que Iriarte sólo �actuaba en defensa propia y en el cumplimiento de su deber�. Pero el presidente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), Waldo Albarracín, subrayó que �el militar cometió un delito común al actuar clandestino y sin el uniforme de reglamento�. En materia de derechos humanos, al gobierno de Banzer ya tiene otro frente abierto en relación al linchamiento de un capitán del Ejército en una zona rural. La policía arrestó ayer a seis campesinos, tres de ellos menores de edad, en conexión con el crimen. El informe preliminar también indica �que estas personas también estarían implicadas en el robo de armamento�. 

 

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