La
visión mediática de la política que convierte al ciudadano en mero
espectador y a los dirigentes en actores de una realidad virtual,
donde la palabra sustituye a la práctica social, se ve ratificada en
la campaña electoral para elegir el jefe de Gobierno de nuestra
ciudad. Efectivamente, se instalan como "temas" que
preocupan a nuestro pueblo, los que no son nada más que los efectos
del capitalismo salvaje que se expresa a través de las políticas
neoliberales. Así, tanto para oficialistas, como para los que
"juegan" a opositores, la preocupación central de los
vecinos es la "seguridad", y no la miseria y la falta de
trabajo.
Para
"resolver" la inseguridad, Ibarra y Cavallo proponen
aumentar las facultades de la Policía Federal. No pueden ignorar
ambos candidatos, uno porque fue fiscal y el, otro funcionario de la
dictadura militar, que esta "fuerza de seguridad" ha estado
seriamente comprometida con el terrorismo de Estado, que muchos de sus
jefes y oficiales participan en el tráfico de drogas, y en todos los
hechos delictivos que se produjeran en la ciudad en los últimos
quince años. Que, además, algunos de sus integrantes están
sospechados de intervenir en los atentados a la AMIA y a la Embajada
de Israel. En suma, que pensar que la supuesta inseguridad se
soluciona de esta forma es como dejar al zorro para cuidar el
gallinero. Este incremento de funciones supone legalizar la tortura y
el comportamiento mafioso de "la fuerza".
Ambos contendientes,
en tanto defensores del modelo económico hegemónico, ocultan que éste
ha determinado que un tercio de la población de nuestra ciudad esté
por debajo de la línea de pobreza; que más del 20 por ciento de la
población activa se encuentre desocupada; que miles de habitantes de
Buenos Aires vivan en villas de emergencia, en casas
"tomadas" y en inquilinatos, en suma, que la "Reina del
Plata" sea un espejo del país diseñado por Alfredo Martínez de
Hoz y los dictadores militares y luego "ejecutado" por los
gobiernos civiles posteriores.
Por eso los que nos
preocupa a todos y genera gran escepticismo, que se traduce en la
falta de interés que se observa en este proceso electoral, es la
inconducta de los profesionales de la política, con sus promesas y
programas incumplidos, con su desentendimiento de las necesidades de
sus representados y con el vaciamiento de las formas participativas.
Esta ausencia de moral y ética se observa en la publicidad de esta
"campaña", con la que, en el fondo, se está preparando la
represión, no a los que delinquen desde los despachos oficiales o en
los grandes bancos, sino a los que luchan contra la injusticia y
reclaman participación para construir una ciudad más humana en un país
libre.
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Abogado, candidato a jefe de Gobierno por el Frente de la Resistencia. |