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El "Encuentro de
Primavera" organizado por el FMI y el Banco Mundial iba a girar sobre
las perspectivas saludables de la economía mundial para este año. Pero
hubo dos sorpresas que desviaron el centro de las discusiones y las
charlas informales entre los funcionarios. Una, la virulenta caída de las
acciones en Wall Street que abre un gran signo de interrogación sobre si
se está en presencia de una nueva crisis internacional. Los papeles
tecnológicos, cuya marcha ascendente parecía imparable, cayeron 35 por
ciento en promedio en un solo mes. Y el índice Dow Jones, en el cual se
encuentran listadas las grandes compañías estadounidenses, tuvo su caída
más importante de su historia el último viernes. El otro sobresalto tuvo
que ver con las multitudinarias manifestaciones de protesta en las calles
de Washington, organizadas por grupos que culpan al FMI por las
consecuencias sociales de su política de ajuste (ver recuadro).
Summers y Stanley Fischer,
titular interino del Fondo, coincidieron en el diagnóstico. Fischer le
dijo directamente a Machinea que la Argentina no va a sufrir ningún
traspié a consecuencia de las turbulencias en los recintos bursátiles.
"No veo peligros. Van a crecer porque la economía argentina luce muy
sólida", le comentó. Tanto Fischer como Summers elogiaron la marcha
de la economía argentina. Pero ambos le apuntaron al ministro que debían
realizarse "reformas estructurales" (léase reforma laboral, por
ejemplo) para incrementar las exportaciones. Pero Machinea retrucó:
"A su vez, los países desarrollados tendrán que bajar los subsidios
que dan a los productos agrícolas y el FMI, abaratar los costos de sus préstamos
contingentes".
La fortísima caída en Wall
Street, que arrastró a los demás mercados, puso en alerta a los
gobiernos. Pedro Malan, ministro de Hacienda brasileño, advirtió que el
ajuste de las acciones podría poner en "peligro" la recuperación
económica de su país. Y el propio Larry Summers se dirigió por televisión
a los financistas para pedirles calma. "Recuerden que la economía
real continúa en expansión", suplicó.
A pesar de los problemas, en
Economía son optimistas. Un estrecho colaborador del ministro ensayó el
siguiente análisis, en diálogo con Página/12. "Las acciones tecnológicas
(del Nasdaq) podrían caer un 10 por ciento adicional y ahí se
estabilizarán. Puede seguir el pánico algún día más. Pero en una
segunda instancia, cuando afloje el nerviosismo, los inversores volverán
a confiar en los activos de riesgo intermedio que les ofrecen los países
emergentes, como el argentino. Si yo fuera usted, mañana (por hoy)
compraría acciones. Va a salir ganando", sugirió el funcionario. No
obstante, admitió que si hoy la Argentina fuera a buscar dinero en los
mercados internacionales, no lo conseguiría. "Los mercados están
cerrados. Pero no sólo para nosotros, también para cualquier país
emergente", señaló.
Las turbulencias no serán obstáculo
para que Economía salga esta tarde a colocar, entre inversores locales,
bonos-pagaré a un año de plazo por 100 millones de pesos. Hace un mes,
por una colocación similar, Machinea pagó una tasa de interés del 9,92
por ciento anual. "No vamos a postergar la emisión. A lo sumo, en
este contexto, pagaremos medio punto más caro", señaló a este
diario un alto funcionario del Palacio de Hacienda.
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