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OPINION

Teorema del flexiobrero

Por Julio Nudler

¿Oyeron hablar del teorema de Coase? Más que su formulación, un poco árida como todas, quizá les divierta más conocerlo a través del ejemplo del patrón y el obrero. El caso es que un empresario muy normal quiere despedir a un trabajador porque ya no le resulta productivo. Si éste no tiene ningún derecho a la estabilidad en su empleo, como ocurre en los regímenes flexibilizados, el dueño lo echa sin más trámite. Si, en cambio, la legislación laboral le otorga al asalariado un derecho de propiedad sobre el puesto que ocupa, como sucede en los regímenes regulados, el patrón deberá comprárselo al precio establecido por las normas. A eso llamamos indemnización.

  Tanto en uno como en otro caso, el trabajador se queda en la calle, con lo cual la empresa gana en eficiencia, suponiendo que, efectivamente, ese obrero era improductivo. Si lo que impera es la flexibilización laboral, el patrón embolsa todo el beneficio de la mayor productividad lograda. Si, en cambio, debe indemnizar a su operario, éste compartirá el beneficio con el empresario. El aumento en la eficiencia es igual en ambos casos. Lo que varía es la distribución de la ganancia. Con flexibilización, todo para el dueño, nada para el trabajador. Con regulación, una porción para cada uno.

  El economista Richard Freeman, según cuenta recientemente The Economist, apeló al teorema de Coase en un ensayo en el que sostiene que las leyes de protección laboral afectan muy poco el nivel general de empleo, y que regímenes de flexibilidad en el mercado de trabajo, como hay en Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá o Nueva Zelanda, no mejoran sensiblemente la eficiencia de la economía respecto de lo que ocurre con regímenes más regulados, como los de Alemania, Francia u Holanda. La diferencia no radica en la productividad o el empleo sino en la distribución del ingreso. A menor flexibilidad, más equidad, sin por ello sacrificar productividad.

  Estas conclusiones de Freeman, de la norteamericana Oficina Nacional de Investigaciones Económicas, contradicen a los convencidos de la "convergencia", según los cuales todos los modelos de capitalismo van a parar al estadounidense, que supone entre otras cosas un bajísimo nivel de sindicalización y de negociación colectiva. Pero mientras algunos detractores del capitalismo único dan por sentado que el modelo norteamericano genera mayor eficiencia, aunque a costa de mayor injusticia e infelicidad, y por eso prefieren sacrificar algo de riqueza para preservar una mayor equidad, Freeman cuestiona de cuajo la ventaja productiva de la desprotección laboral. Coase le da la razón.

 

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