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Por Romina Calderaro  Hubo
momentos teatrales, como cuando Domingo Cavallo mostró una boleta
ampliada y enmarcada de la lista de la UCeDé que apoya a la fórmula de
la Alianza, o cuando Patricia Walsh, candidata de Izquierda Unida,
explicó desde la platea que no se iba a sentar a la mesa con Domingo
Cavallo �porque fue funcionario de cinco dictaduras militares�, ni con
Raúl Granillo Ocampo �que firmó los indultos a los genocidas desde la
Secretaría Legal y Técnica�. Fue el punto culminante en el encuentro
que organizó la DAIA: parte del auditorio la chiflaba para que se fuera y
parte la aplaudía. Antes y después no hubo debate sino sucesivas
exposiciones de los candidatos. Aníbal Ibarra llegó tarde y se divirtió
viendo cómo Walsh atacaba a su rival.Convocados por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) participaron, además de Ibarra y Cavallo, Irma Roy (PAIS), Raúl Granillo Ocampo (PJ), Antonio Cartañá (Buenos Aires para Todos) y Walsh. El periodista José �Pepe� Eliaschev tuvo la difícil tarea de ser moderador. Difícil por las barritas de militantes que interrumpían a cada rato. Especialmente gritando contra Ibarra: es que el Mingo, como siempre, se encargó de llenar de simpatizantes el salón Roof Garden del Hotel Alvear. El orden de los oradores se decidió por sorteo. El primero fue Cartañá, que utilizó sus ocho minutos para explicar que el actual gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es �de baja intensidad� y �se ocupó de administrar, pero no de conducir�. Ibarra, segundo en el sorteo, repitió que para él �es un orgullo ser oficialista�, ponderó la gestión de Fernando de la Rúa y prometió seguir la línea de su gestión en la ciudad e incluso mejorarla. A su turno, Cavallo marcó diferencias con la Alianza: �Nosotros queremos reducir los impuestos y aumentar la jubilación mínima para los jubilados y él no�, dijo, amén de mostrar una enorme boleta enmarcada en la que se lee claramente que la lista de la UCeDé de Julio Crespo Campos apoya a la fórmula Ibarra-Felgueras. Irma Roy propuso dejar de lado �los grandes números para apoyarnos en la realidad tangible y sí rescatar los valores humanos�. Cuando se cumplieron los ocho minutos de Roy, Eliaschev le dio la palabra a Walsh. �Quiero explicar, en primer lugar, por qué no estoy sentada junto al resto de los candidatos�, arrancó. �No me siento en esa mesa porque está Domingo Cavallo, cómplice de cinco dictaduras militares: la de Levingston, la de Onganía, la de Lanusse, la de Bignone y la de Viola�, siguió la candidata. Los fotógrafos, que ya intuían lo que se venía, empezaron a gatillar sus flashes. Walsh culpaba a Cavallo �de un modelo que dejó a cuatro millones de argentinos en situación de pobreza�, y a Granillo Ocampo �de haber redactado los indultos de los genocidas�. Eliaschev trataba de preservar el orden en medio de aplausos y chiflidos del público. Cecilia Felgueras, sentada al lado de Walsh, miraba con cara de póquer y Sonia Cavallo, sentada detrás de ambas, aplaudía y gritaba. Nadie supo si lo hacía por entusiasmo o para que no se escucharan las palabras de Walsh. Granillo Ocampo, último expositor, tuvo sus ocho minutos. Y habló como si nadie lo hubiera nombrado.
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