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Por David Cufré Antes de que la luna de miel se transforme en un matrimonio convulsionado, el Gobierno definió una estrategia de acción para mantener el respaldo de los diferentes grupos empresarios o, al menos, evitar que comiencen las críticas frontales. En ese plan, se reservó al presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, un papel estratégico. Será él quien encabece el diálogo con cada uno de los sectores económicos. Ayer fue el turno de los banqueros. Acompañado por el ministro de Economía, José Luis Machinea, el jefe de Estado almorzó con los presidentes de once entidades financieras de primera línea. El encuentro fue distendido y hasta el propio Machinea declaró que las tasas de interés ya bajaron y no espera nuevos descensos en el corto plazo. Como ocurrió con los industriales la semana pasada, el cónclave estuvo ideado más para demostrar voluntad de escuchar inquietudes que para formular reclamos. Y el tema central fue la ley contra el lavado de dinero que acaba de sancionar el Congreso. El último sábado, De la Rúa se reunió en Olivos con Machinea, Fernando de Santibañes y Adalberto Rodríguez Giavarini. Allí se analizó en extenso cómo aceitar el diálogo con los diferentes sectores empresarios. La evaluación fue que resulta estratégico el apoyo del sector financiero, pero que es crucial mantener esa alianza. De allí la intención de convocarlos a una reunión. Pero también se resolvió continuar con la línea iniciada la semana pasada. Consiste en que el propio De la Rúa atienda a cada sector económico y le demuestre preocupación por sus problemáticas. Lo que se quiere evitar es que entidades como la Unión Industrial, las entidades ruralistas, los representantes de las pymes y la Cámara de la Construcción se declaren contrarias a la política económica. Ese grupo confrontó abiertamente con el gobierno menemista al final de su mandato. Aprovechando la buena imagen que conserva el Presidente, la estrategia es que sea él quien tienda puentes hacia los empresarios y demuestre que el Gobierno se mantiene activo. Por eso, la semana pasada concurrió a la reunión de la Pastoral Social, organizó un megaacto con los empresarios de sectores productivos y se difundió una lista con grandes evasores �aunque algo lavada�. Ayer fue el turno de los banqueros, y mañana De la Rúa recibirá a los presidentes de las cuatro cámara nacionales que agrupan a los ruralistas. El sector financiero es para el Gobierno un jugador que patea para su lado. Especialmente, a la hora de salir a respaldar el programa económico. El mismo grupo lo integran organismos como el FMI y el Banco Mundial e influyentes inversores extranjeros. Los banqueros eran prácticamente los únicos con quienes De la Rúa no se había reunido formalmente. Y más allá de su beneplácito por el rumbo de la gestión oficial, también tienen preocupaciones para plantear. Ayer le dijeron al Presidente que consideran excesivas las responsabilidades fijadas a los bancos en la ley contra el lavado de dinero. En concreto, presionaron para que se diluyan las penalidades en su contra cuando el Poder Ejecutivo reglamente la norma. La ley establece que los bancos serán condenados cuando exista �inobservancia de los deberes a su cargo�. Esto es, en caso de �administrar o transferir� dinero proveniente de actividades ilícitas. Los ejecutivos reclamaron que se busque la forma de reducir los castigos en la redacción del decreto reglamentario. Pero lo cierto es que el Gobierno ya consiguió que el Senado cambiara algunos artículos para acomodar la ley más a gusto de los banqueros. Otro tema que se mencionó en el almuerzo fue el proyecto del titular de la ANSeS, Melchor Posse, y de algunos diputados de la Alianza, para permitir a los afiliados a las AFJP regresar por una única vez al sistema jubilatorio estatal. El Gobierno descartó avanzar con esa iniciativa, y el comentario de los banqueros fue elogioso hacia esa decisión. En cuanto a la evaluación del encuentro con los banqueros, Machinea destacó el �sensible aumento� que se produjo en el otorgamiento decréditos hipotecarios, que durante abril llegó �en algunos bancos al 50 por ciento más que en abril del año pasado y en otros hasta el 70�. �Y en algún banco es sustancialmente mayor, casi cuatro veces lo que venía dando�, se entusiasmó, al señalarlo como uno de los indicadores que demuestran la reactivación de la economía. Respecto de la posibilidad de que sigan bajando las tasas de interés, el ministro sostuvo que �la reducción ya ocurrió y fue muy importante�. �Yo no esperaría cambios en el tema de la tasas�, concluyó.
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