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El jueves pasado, tres policías
de la comisaría 30ª de Barracas fueron agarrados in fraganti cuando
cobraban 2000 pesos de "colaboración" de manos de Desiderio en
un bar próximo al autódromo del parque Almirante Brown. Dos días antes,
el comerciante había sido intimado en la misma seccional a entregar la
suma bajo golpes y amenazas: "Cuando estaba en la comisaría me
dijeron: 'Si no colaborás te inventamos una causa. Ahora cuando salgas
vas a ver qué fácil que es'. Y cuando salí encontré en mi camioneta
una granada y una escopeta recortada con varios cartuchos", recordó
Desiderio.
El mismo martes 11, a las
16.30, después de abandonar la comisaría, el comerciante detalló su
caso a los abogados María del Carmen Verdú y Daniel Stragá, de la
Correpi, con quienes estableció una estrategia. Desiderio entregaría el
dinero. La cita fue concertada para el jueves, a las 18, en un bar cercano
al Autódromo Municipal. Allí se presentó el comerciante, con una
campera de la producción de Telenoche en la que ocultaba una cámara, y
dos fajos de mil pesos en los bolsillos. En una mesa próxima había un
equipo del programa televisivo y disimulados en el bar y en los aledaños
una comisión de Defraudaciones y Estafas de la Federal.
"Eran tres. Uno alto y
morocho, otro rubio, y el subinspector (Mario) Machado, que es el que me
pidió la plata en la comisaría", relató Desiderio a este diario.
"Nos pusimos a hablar. Uno me preguntó: '¿Trajiste la plata?', y yo
les contesté que sí, que soy un hombre de palabra. 'Sí ya sé que sos
de palabra', me contestó." En ese momento, sonó el celular de
Machado. "Ahá --decía el policía--, ahá."
"Alguien le estaba
avisando que era una cama", aseguró Verdú. La conclusión fue fácil:
apenas apagó el celular, Machado dijo "nos vamos ya", y se
levantó. "¡Esperen! Esperen que les pago", sugirió Desiderio,
pero no hubo caso. El trío salió y con ellos el comerciante. "Subí
a mi camioneta y uno de ellos, morocho y alto, se subió conmigo. Le di la
plata y la contó. Después me indicó que recorriera unos treinta metros.
Los otros dos nos siguieron en un Chevy azul. Apenas si tuve tiempo de
frenar que el rubio, que venía atrás, se apareció por la ventanilla, se
me abalanzó medio cuerpo adentro y me empezó a destrozar la campera. '¡Este
hijo de puta tiene un grabador!', gritaba. El otro, Machado, sacó la
pistola y decía 'a éste hay que ponerlo'. Además de la campera,
destrozaron la cinta grabada. En ese momento apareció la policía."
"¡Nosotros también somos
policías!", gritó uno del trío e intentó explicar que estaban en
un operativo. Fue inútil, los tres fueron detenidos. Poco después, el
subcomisario de la 30ª Edgardo Cejas también fue apresado. "Estaba
en la comisaría cuando me pedían la plata", aseguró Desiderio.
"Entró donde yo estaba y uno le dijo: 'No hay problema, éste va a
colaborar'." Además de Cejas, y el subinspector Machado, fueron
detenidos el sargento Domingo Castiglione, el cabo primero Roque Mona y el
cabo Jorge Fernández. Poco después, el jefe de la Federal, Rubén
Santos, ordenó la remoción del cargo del titular de la seccional Daniel
Martino y del otro subcomisario, Roberto Pérez. "Alguien les dio una
ayudita", denunció Stragá. "La plata, que en el momento del
hecho ya la tenía en el bolsillo del pantalón uno de los policías,
apareció prolijamente guardada en las mangas de la campera de Desiderio,
que había caído al piso."
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