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En una rueda de presos-policías, reconocieron a los extorsionadores

El comerciante que denunció a la comisaría 30ª señaló a dos de los policías que lo presionaron para que pagara. Contó a Página/12 cómo descubrieron que los grababa y casi lo matan.


Por Horacio Cecchi
t.gif (862 bytes) El comerciante chaqueño que acusó a la comisaría 30ª por extorsión, provocó su descabezamiento y la detención de cuatro policías y el subcomisario, reconoció ayer en rueda de presos a dos de los cinco imputados. También repitió ante el juez Carlos Bourel, con lujo de detalles, el violento apriete al que fue sometido en la seccional el martes pasado y las peripecias vividas el jueves cuando, con una cámara oculta, grabó la entrega de 2000 pesos para que lo dejaran seguir trabajando. "Cuando vas a cargar mercadería avisame a mí también", le había dicho el subinspector Mario Machado --uno de los policías detenidos--, durante el apriete, según confesó a Página/12 Desiderio, el comerciante. Por la noche, finalizada la declaración ante el juez, el vapuleado denunciante iniciaba su mudanza hacia un destino tan desconocido como su apellido. "No tengo miedo por mí --aseguró--, pero tengo mujer y once hijos, y en la Justicia no creo demasiado."

  El jueves pasado, tres policías de la comisaría 30ª de Barracas fueron agarrados in fraganti cuando cobraban 2000 pesos de "colaboración" de manos de Desiderio en un bar próximo al autódromo del parque Almirante Brown. Dos días antes, el comerciante había sido intimado en la misma seccional a entregar la suma bajo golpes y amenazas: "Cuando estaba en la comisaría me dijeron: 'Si no colaborás te inventamos una causa. Ahora cuando salgas vas a ver qué fácil que es'. Y cuando salí encontré en mi camioneta una granada y una escopeta recortada con varios cartuchos", recordó Desiderio.

  El mismo martes 11, a las 16.30, después de abandonar la comisaría, el comerciante detalló su caso a los abogados María del Carmen Verdú y Daniel Stragá, de la Correpi, con quienes estableció una estrategia. Desiderio entregaría el dinero. La cita fue concertada para el jueves, a las 18, en un bar cercano al Autódromo Municipal. Allí se presentó el comerciante, con una campera de la producción de Telenoche en la que ocultaba una cámara, y dos fajos de mil pesos en los bolsillos. En una mesa próxima había un equipo del programa televisivo y disimulados en el bar y en los aledaños una comisión de Defraudaciones y Estafas de la Federal.

  "Eran tres. Uno alto y morocho, otro rubio, y el subinspector (Mario) Machado, que es el que me pidió la plata en la comisaría", relató Desiderio a este diario. "Nos pusimos a hablar. Uno me preguntó: '¿Trajiste la plata?', y yo les contesté que sí, que soy un hombre de palabra. 'Sí ya sé que sos de palabra', me contestó." En ese momento, sonó el celular de Machado. "Ahá --decía el policía--, ahá."

  "Alguien le estaba avisando que era una cama", aseguró Verdú. La conclusión fue fácil: apenas apagó el celular, Machado dijo "nos vamos ya", y se levantó. "¡Esperen! Esperen que les pago", sugirió Desiderio, pero no hubo caso. El trío salió y con ellos el comerciante. "Subí a mi camioneta y uno de ellos, morocho y alto, se subió conmigo. Le di la plata y la contó. Después me indicó que recorriera unos treinta metros. Los otros dos nos siguieron en un Chevy azul. Apenas si tuve tiempo de frenar que el rubio, que venía atrás, se apareció por la ventanilla, se me abalanzó medio cuerpo adentro y me empezó a destrozar la campera. '¡Este hijo de puta tiene un grabador!', gritaba. El otro, Machado, sacó la pistola y decía 'a éste hay que ponerlo'. Además de la campera, destrozaron la cinta grabada. En ese momento apareció la policía."

  "¡Nosotros también somos policías!", gritó uno del trío e intentó explicar que estaban en un operativo. Fue inútil, los tres fueron detenidos. Poco después, el subcomisario de la 30ª Edgardo Cejas también fue apresado. "Estaba en la comisaría cuando me pedían la plata", aseguró Desiderio. "Entró donde yo estaba y uno le dijo: 'No hay problema, éste va a colaborar'." Además de Cejas, y el subinspector Machado, fueron detenidos el sargento Domingo Castiglione, el cabo primero Roque Mona y el cabo Jorge Fernández. Poco después, el jefe de la Federal, Rubén Santos, ordenó la remoción del cargo del titular de la seccional Daniel Martino y del otro subcomisario, Roberto Pérez. "Alguien les dio una ayudita", denunció Stragá. "La plata, que en el momento del hecho ya la tenía en el bolsillo del pantalón uno de los policías, apareció prolijamente guardada en las mangas de la campera de Desiderio, que había caído al piso."

 

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