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CLARA DERROTA DEL CENTROIZQUIERDA EN ITALIA
Los monstruos están de vuelta

La derecha de Berlusconi obtuvo más del 50 por ciento en las elecciones regionales. Le arrebató tres regiones al Olivo. El premier D'Alema presentó su renuncia, pero le fue rechazada.


t.gif (862 bytes) Silvio Berlusconi sacaba cálculos en base al total de votos a nivel nacional. Y festejaba. El premier Massimo D'Alema se resistía a creer en la derrota. Por eso prefería esperar a que el total apareciera desglosado en regiones. Y cuando apareció ayer, el que festejó fue, otra vez, Berlusconi. Según la cuenta del megamagnate multimediático y candidato del Polo de las Libertades, fue el 50,7 por ciento de los votos contra el 45,1 por ciento del Olivo centroizquierdista en el poder. Según la cuenta del premier, fueron ocho regiones para la derecha de Berlusconi y siete para el oficialismo: el gobierno perdió en tres regiones, dos del sur de Italia y en el Lazio. La derecha salió a defenestrar a D'Alema y a rugir por "elecciones legislativas anticipadas". De acuerdo a los cánones de la política italiana, D'Alema le presentó la renuncia al presidente Carlo Azeglio Ciampi, quien la rechazó relegando la cuestión al parlamento. También con arreglo a la tradición peninsular, hoy comenzarán los arreglos entre bancadas volátiles para ver si D'Alema obtiene o no el voto de confianza para seguir en el poder.

  "Esperamos que se abra una nueva fase, y que no se caiga en el teatro de los políticos romanos", advirtió Berlusconi. Quien fuera premier en 1994 y que actualmente acumula varias sentencias judiciales en primera instancia en su contra se manifestó contento de que se haya premiado "la fórmula liberal". "No creo que este gobierno pueda legítimamente seguir gobernando --continuó Berlusconi--, el resultado es inequívoco. Hay que restituir al pueblo su soberanía." Los aliados de Berlusconi elevaron aún más el tono. El líder de la secesionista y xenófoba Liga del Norte, Umberto Bossi, dijo que "D'Alema debe renunciar", y aprovechó para llevar agua a su molino. "Nuestras regiones van a pedir ahora al gobierno central que le devuelva más poderes al Norte", dijo Bossi. Y el dirigente de la postfascista Alianza Nacional, Gianfranco Fini, responsable de la victoria de la derecha en el Lazio, espetó que "cada día que pasa con D'Alema al gobierno es un insulto a la soberanía del pueblo".

  Del lado de D'Alema, la resignación era más que evidente. "Estimé justo desde el punto de vista político y no como deber institucional renunciar como primer ministro después de la dura derrota electoral de la coalición gubernamental en las elecciones regionales del domingo", declaró. Se reunió con el presidente Ciampi, y luego manifestó que de todos modos "sería un gran error disolver ahora el Parlamento". Es en el Congreso donde D'Alema debe obtener el apoyo necesario para seguir en el gobierno. En este sentido, el premier volvió a declararse a favor de una reforma de la ley electoral "que permita una mayor estabilidad y un gobierno con mayor autoridad". Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, Italia ha tenido la friolera de 56 gobiernos. El próximo 21 de mayo se celebrará un referéndum sobre la reforma electoral.

  La derecha, además de sus tradicionales bastiones de Lombardía (Milán), Piamonte (Turín) y Véneto (Venecia), conservó la presidencia de Apulia (Bari, en el sur), ganó en Liguria (Génova) y le arrebató al Olivo las regiones de Lazio, donde está Roma, y también, sorpresivamente, las regiones sureñas de Basilicata (Potenza) y Calabria (Reggio). Incluso donde el centroizquierda mantuvo las presidencias regionales, en el centro del país y en la sureña Campania (Nápoles), también perdió votos frente a la derecha. "Es una derrota política inequívoca y clara. Ninguno ha sido capaz de percibir lo que estaba pasando, de reconocer los cambios de una sociedad que ha aprendido a viajar por su cuenta", reconoció el secretario general de los Democráticos de Izquierda (DS, el partido de D'Alema), Walter Veltroni.

  Ahora, el destino del gobierno italiano está en los pasillos del Parlamento.

 

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