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Además de caer bajo el peso de
una legislación racista votada en 1940 que hizo posible su masiva
deportación a los campos de la muerte, los judíos se vieron privados de
casi todos sus bienes. El monto impago de la deuda asciende hoy a 8800
millones de francos, es decir, unos 1400 millones de dólares. Esta cifra
comprende las expoliaciones financieras operadas por los organismos
financieros, 350 millones de dólares, el hurto de bienes, departamentos,
empresas y haberes bancarios de los judíos producto de la
"arianización" de las empresas, 500 millones de dólares, así
como las confiscaciones de las pertenencias de los judíos internados en
el campo de Drancy y otros campos de "tránsito" franceses. La
comisión, que hace una neta diferencia entre la expoliación organizada
en un marco legislativo y el robo directo, no incluyó en sus cifras el
valor que representan los objetos, las obras de arte, las joyas, el oro,
los muebles y los departamentos robados directamente por los alemanes en
el período de la ocupación. La Comisión Matteoli estima en 100.000 el número
de objetos robados, de los cuales 60.000 regresaron a Francia después de
la guerra y 40.000 fueron devueltos. Hoy hay poco más de 2000 cuadros
depositados en los museos nacionales cuyos propietarios son desconocidos o
jamás se presentaron.
Claire Andrieu, la responsable
de la investigación sobre las expoliaciones, precisó ayer que se trataba
de un acto "muy bien organizado, impresionante", en el que se
destaca "un ensañamiento evidente para expoliar". Según la
comisión, el Estado francés ya reintegró entre el 90 y el 95 por ciento
de los bienes sustraídos. El monto de los haberes judíos pertenecientes
a las víctimas del genocidio en manos del Estado, los bancos y las compañías
de seguro asciende a 400 millones de dólares. El equipo que trabajó en
la búsqueda de esos bienes anunció que ese dinero servirá para
organizar una futura Fundación para la Memoria que trabajará en torno de
tres ejes: la historia, la educación y la solidaridad. Si a partir de
ahora se producen demandas de indemnización individuales, los casos serán
estudiados individualmente por un organismo especial.
El trabajo de la Comisión
Matteoli pone punto final a un largo silencio de la historia francesa.
Recién en 1995 y por primera vez en los últimos 50 años, el actual
presidente conservador Jacques Chirac había reconocido públicamente la
responsabilidad del Estado francés en la persecución de los judíos.
Conmemorando la razzia antisemita del velódromo de invierno (1942) que
terminó con el arresto y la deportación de 13.000 judíos, Chirac dijo
que "Francia, ese día, cometió lo irreparable". Hasta esa
fecha, todos los presidentes franceses, desde el general De Gaulle hasta
el socialista François Mitterrand, se habían negado a reconocer la
responsabilidad francesa. Chirac rompió el silencio de la historia
oficial y la comisión viene ahora a saldar una deuda que hace medio siglo
espera ser pagada.
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