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ELBA BAIRON, GUMIER MAIER Y CRISTINA SCHIAVI
Formas de una función futura

El trío resume una de las líneas que se  impuso en las artes plásticas de Buenos Aires durante la década del noventa.   


Por Fabián Lebenglik
t.gif (862 bytes) Elba Bairon (1947), Gumier Maier (1953) y Cristina Schiavi (1954) resumen una de las líneas dominantes del arte surgido en la década del noventa en Buenos Aires. Aunque ésta es la primera muestra que presentan como trío, los tres se conocen hace tres lustros y Gumier, como curador de la Galería del Centro Cultural Rojas, convocó a las otras dos artistas a realizar exposiciones en aquel espacio, durante la década pasada, formando parte del núcleo estético que irradió el Rojas. Ese núcleo fue explicitado fundamentalmente en la muestra El Tao del Arte (Centro Recoleta, 1997), con la que Gumier cerró su etapa curatorial en el Rojas y donde participaron, entre varios otros, estos mismos tres artistas. Finalmente, a modo de antecedente más inmediato de la actual reunión, se puede tomar la muestra que presentaron Bairon, Schiavi y Ariadna Pastorini, curada por Gumier Maier, en julio de 1998, en el Centro Cultural Parque de España, en Rosario.

  Los tres artistas resaltan la cualidad de lo decorativo como centro de su interés. En sus obras las nociones de forma, color, valor, tamaño, escala, proporción, textura, resultan componentes que se juegan con equilibrio y simetrías. El resultado es una sensación general armónica, donde se subraya el sentido de unidad y pertenencia a través de un patrón común que, con sus bemoles, remite a cierta serenidad compositiva.

  Las obras de los tres desplazan el eje de interés de la tradición artística de la obra en sí hacia los márgenes. Es decir, que las referencias culturales no son necesariamente la pintura y la escultura, sino lo supuestamente accesorio y menor: los útiles de trabajo, los marcos, los moldes, los carteles... El trío, a su modo, refuerza la relación de larga data entre arte, arquitectura y decoración. En este sentido reivindican la jerarquía de la decoración como abarcativa del concepto arquitectónico y de interiores y como amalgama de la "obra de arte" incorporada integralmente a ese espacio mayor, que las excede. Pero aquí no hay un salto cualitativo porque el acento decorativo no está explicitado de manera enfática; todo aquí oscila entre lo decoroso y lo solapado.

  El predominio decorativo es tal que las obras transforman la sala en una suerte de "decorado", donde la relación entre las paredes y el piso --en su función de paneles-- pasa a formar parte de ese escenario en la medida en que los objetos "artísticos" allí colocados la destacan y complementan. Aquí se juegan, además de las características intrínsecas de las piezas, cuestiones como la relación, ubicación, disposición, etc. Las obras fijan su horizonte en un paisaje que se compone del espacio interior.

  Elba Bairon presenta una serie de trabajos en relación genérica con moldes y molduras. Las cajas (similares a la que integró su envío a la edición '99 de la Feria Arco de Madrid) sugieren ser maquinarias (rodillos ensamblados) que, puestas en funcionamiento, generan moldes y patrones de diseño. Son algo así como fábricas portátiles de material "artístico" y "decorativo". Por otra parte, sus relieves escultóricos, rítmicos y sensuales, apuntan también a esa mirada lateral (que pone el ojo en las molduras de pared) según la cual se elige un detalle menor, se magnifica y estiliza. Estos relieves (uno de ellos teatralmente echado sobre una mesa) lucen como el revés de trama de la "maquinaria" intuida en las cajas. Aquí se trata de lo producido por la máquina artística.

  Gumier Maier presenta sus cada vez más barrocos pistoletes y plantillas en gran escala. Transformadas en objetos, estas piezas también van tomando distancia de las paredes y conteniendo complejas combinaciones y multiplicaciones formales, así como el color va integrando complicadas y sutiles secuencias. "Creo --dice-- que intento recuperar el misterio que experimentaba en mi infancia frente al mundo, mirándolo todo en busca de sentidos: muebles, espejos, manteles estampados. Sólo después de mucho tiempo pude reconocer esas resonancias en mis ornamentaciones. Pero a la vez siempre aparece algo inesperado, que me desconcierta y que no me atrevo a desechar. No se trata de algo concreto como un color, sino más bien de la sensación de que no llego a descifrar lo que hago."

  La obra de Cristina Schiavi es tal vez la que más incomoda del conjunto, por su apariencia simultáneamente ingenua y perversa, por su sentido crítico y por ser también la que más juega con una falsa funcionalidad. Schiavi es la única que no ha conseguido aún una galería de arte que la represente. Ya en 1991 (Espacio Giesso) presentó una muestra notable, donde se la agarraba con el mobiliario como emblema del orden burgués: allí, su "Línea de amoblamientos", proponía una colección de muebles inútiles que perforaba el vínculo entre el mobiliario y la estructura familiar. Las víctimas inanimadas de su impiedad fueron el sofá cama, la cómoda, la mesa de luz y la mesa ratona, entre otros males necesarios. En otra ocasión se dedicó a hipertrofiar la estética culinaria. Ahora la artista presenta dos extrañas instalaciones en las que subyace cierta idea de familia: la primera, una especie de grupo de familia marciano --aunque marcianos de medio pelo, es decir, marcianos de clase media argentina�-, hecho con estructuras azulejadas y personajes entre cómicos y corrosivos. La segunda instalación está integrada por una formación de siete cajas con luz que también ironiza sobre las relaciones sanguíneas --reproducción, clonación�-, a través de formas que esquemáticamente remiten a la idea de rostro.

  El fuerte componente de diseño que rige el conjunto de obras de los tres artistas no deja de ser una ficción de diseño, porque aquí se quiebra la relación entre forma y función. Las piezas del trío son formas sin función o cuya función está perdida o, en última instancia, son formas que buscan una función futura más allá de su presente "ocioso". (Centro Recoleta, Junín 1930, hasta fin de mes.)

 

Inauguran en la semana

  * Francois Marie Banier, artista francés; fotos y pinturas, hoy, en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930.
 
* Marta Ares, fotografía digital y videoinstalación, hoy, en Gara, Honduras 4952.
 
* Colectiva de docentes de la Asociación Estímulo de Bellas Artes, hoy, en Córdoba esquina Maipú.
 
* Hernán Santos, dibujos y pinturas, mañana, en El Taller, Serrano 1595.
 
* José Menéndez Hume, pinturas, mañana, en el Centro Recoleta, Junín 1930.
 
* Eugenio Daneri (1881-1970), óleos, el lunes 24, en Arroyo, Arroyo 830. 

Duchamp  por ATC

  Hoy a las 22.30 por ATC se presenta un programa de Play-Rec, dedicado a la apropiación y la cita en el arte contemporáneo. El historiador del arte Hugo Petruschansky presentará algunos aspectos de la obra de Marcel Duchamp (el objeto encontrado o Ready Made). Además, se emitirán trabajos de Andrés Di Tella, Fabián Hofman, Margarita Paksa, Pablo Rodríguez y Graciela Taquini.

Una visita oportuna

  En su primera visita a la Argentina, uno de los mayores videastas de la actualidad presentará una variada muestra de su obra, en el marco de Experimenta 2000, en el Centro Recoleta. Entre el 17 de mayo y el 4 de junio, Gary Hill mostrará instalaciones de video realizadas durante este año y Solstice d'Hiver, una obra de 1990, video color, sonoro. También presentará, en el Auditorio del Centro Recoleta, una performance multimedia, mientras que en el microcine se proyectará una retrospectiva en video (1973-1998). La visita se completa con una conferencia, el viernes 19 de mayo y un workshop para artistas de distintas disciplinas, con fecha a confirmar.

 

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