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 �No es que la economía argentina esté saliendo (de la recesión) como un cohete, pero los síntomas de que el nivel de actividad económica está aumentando ya son abrumadores.� Despojado del lenguaje técnico, el ministro de Economía, José Luis Machinea, expresó ayer en términos llanos la sensación oficial sobre el estado de recuperación en el que habría ingresado la economía, aunque admitió que los efectos tardarán en llegar a la gente. La medición de producción industrial que elabora la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), cuyo adelanto se conoció ayer, respalda las apreciaciones del ministro: para marzo, observó un aumento del 8,7 por ciento en el nivel de actividad con respecto a un año atrás, de lo que resulta para el trimestre un crecimiento del orden del 9,4 por ciento en relación a igual período de 1999. Machinea disparó una serie de indicadores para demostrar la saludable evolución de la economía: nivel de producción industrial, consumo de gas y electricidad, paso de camiones por puestos de peaje en rutas, volumen físico de ventas en supermercados, exportaciones... Todos ellos estarían señalando que el 2000 arrancó con signos más auspiciosos que el año precedente. Vale recordar que entre diciembre de 1998 y marzo de 1999 se tocó el punto más profundo de la recesión, que venía perfilándose desde mediados del �98 y se profundizó tras la devaluación del real, en enero del año pasado. La mejora en el nivel de actividad económica �se va a derramar a la sociedad, lo que pasa es que necesitamos una tasa de crecimiento sostenida del orden del 4 ó 5 por ciento por año; pero no hay duda que si la economía crece a este ritmo, va a generar empleo�, explicó Machinea. Diferenció la actual situación de la vivida en la primera mitad de los 90, cuando un período de fuerte crecimiento coincidió con el proceso de apertura y privatizaciones, �un proceso muy expulsor de mano de obra y en el cual, como resultado de esas reformas estructurales, la productividad de la mano de obra aumentó mucho�, lo que le permitía a las empresas producir más con igual o menor plantel de trabajadores. �La economía crecía y no generaba empleo, al contrario, expulsaba mano de obra; pero esto se revirtió a partir del �96, el problema es que la economía dejó de crecer�, precisó. �Entonces yo estoy convencido de que si la economía argentina ahora crece, va a generar empleo, pero el crecimiento es una condición necesaria, no suficiente para la generación de empleo �agregó�. Nosotros lo que necesitamos son políticas más integradoras, una política para las pequeñas y medianas empresas�. Los resultados de la encuesta de FIEL son largamente más alentadores que los propios registros oficiales. El Indec había estimado un incremento en la actividad industrial en marzo del 3,8 por ciento (contra 8,7 de FIEL) y del 3,1 por ciento en el trimestre (FIEL, 9,4 por ciento), siempre en comparación con similares períodos del año pasado. La encuesta empresaria sobre nivel de actividad industrial de FIEL muestra, al mismo tiempo, la fuerza y las debilidades que aún arrastra el proceso de recuperación, a partir de sus signos contradictorios. Mientras los indicadores de producción revelan un fuerte despegue de los niveles de un año atrás, sólo el uno por ciento de los encuestados consideró a la tendencia de la demanda como alentadora, mientras el 59 por ciento la juzgó normal y una sorprendente proporción del 40 por ciento la observó como desalentadora. Sin embargo, la proyección para los próximos meses de los encuestados es que se avanza hacia un incremento en la producción de bienes industriales, de las ventas al mercado interno y de las exportaciones, respecto de los registros del trimestre terminado, de acuerdo con la opinión de la tercera parte de los entrevistados. Para el resto, se mantendrán los niveles actuales.
PRECIO DIFERENCIAL A CAMIONEROS
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