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 La mano viene muy dura para el ex mano dura. En un fallo histórico, y por unanimidad, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó ayer la aplicación de la Ley de Amnistía, sancionada en 1978, en el caso de la Caravana de la Muerte, el primer gran episodio de represión brutal de la dictadura chilena. Esto implica que no existe ningún impedimento para que Augusto Pinochet pueda ser juzgado como responsable de aquel hecho, en el que murieron 75 opositores al régimen militar. El único obstáculo podría ser que Pinochet, ahora senador vitalicio, conserve sus fueros. La incógnita comenzará a develarse la semana próxima, cuando comience el juicio de desafuero. Por lo demás, los últimos días fueron cruciales para demostrar la conexión directa entre Pinochet y la Caravana de la Muerte. Si el ex dictador es desaforado, su futuro parece más negro que nunca.La Caravana de la Muerte fue una comitiva militar que recorrió varias ciudades del norte de Chile y fusiló a 75 dirigentes sindicales, profesionales y políticos de izquierda en octubre de 1973, un mes después del golpe contra el gobierno de Salvador Allende. El episodio es a la Ley de Amnistía chilena lo que el caso del robo de bebés es a las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en nuestro país: el resquicio legal para lograr el procesamiento de lo que por ley no se podía juzgar. La amnistía firmada por Pinochet en 1978 para los casos de represión de ese año hacia atrás no incluía lo que años después demostraron los abogados de las víctimas de la Caravana de la Muerte: que el delito de secuestro y desaparición de personas continúa en el tiempo hasta que no aparezcan los cuerpos de esas personas. Esta es la razón por la que la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó la aplicación de la Ley de Amnistía. �Hemos conseguido la gran victoria que estábamos esperando�, declaró Hugo Gutiérrez, representante de las familias de las víctimas de la Caravana de la Muerte. �Es una resolución de mucha trascendencia�, agregó Gutiérrez, ya que �abre un paso� para poder procesar a los inculpados en esa represión. �Es una ficción jurídica establecer que los fallecidos se encuentran secuestrados�, contraatacó Miguel Retemal, defensor del brigadier Pedro Espinoza, quien integró la caravana militar bajo el mando del general Sergio Arellano Stark. El caso de la Caravana de la Muerte culminó en la prisión y procesamiento de Arellano y de Espinoza, quien justo después de cumplir la sentencia por el asesinato del ex canciller socialista Orlando Letelier en 1976, tuvo que quedarse tras las rejas por este caso. Ahora, las derivaciones pueden llegar directamente a Pinochet. En enero, el coronel retirado Sergio Arredondo, quien también participó de la Caravana de la Muerte, dijo que Arellano Stark era �oficial delegado� de Pinochet, que sabía que la misión era fusilar a opositores y que en tanto tal había manifestado que �la responsabilidad era del mando�. Más tarde, Oscar Haag Blaschke, ex comandante del Regimiento Atacama de Copiapó, declaró que el mismo Arellano le mostró en aquellos días el documento donde Pinochet lo nombraba �oficial delegado� para �acelerar los procesos� de los prisioneros. Pero la relación más contundente de la vinculación entre Pinochet y la Caravana de la Muerte fue ofrecida hace una semana por el ex ministro de Defensa y ex vicecomandante en Jefe del Ejército, general Carlos Forestier Haensgen, quien declaró que durante los fusilamientos en Iquique y Pisagua (norte del país) recibió la visita de Pinochet. Y el general Joaquín Lagos, a la sazón jefe de la I División del Ejército, confirmó la presencia de Pinochet. �Traté de comunicarme con él a fin de informarle lo sucedido (por los fusilamientos, con los cuales Lagos en teoría no estaba de acuerdo), pero nunca me devolvió el llamado�, declaró Lagos.
OTRO JEFE MILITAR RECHAZA PEDIR PERDON
�RECEN POR MI�, PIDIO EN JUEVES SANTO
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