|
El jueves se cumplieron 111 años de nacimiento del Führer alemán Adolf Hitler. Para conmemorarlo, varios grupos neonazis en Alemania del Este montaron mítines y encuentros. Algunos culminaron en choques con la policía y destrozos. Pero resulta que el incidente más notorio pudo haber sido cometido por grupos de izquierda. Es el caso del atentado (sin éxito) contra una sinagoga en la ciudad de Erfurt, en el estado de Turingia. Cerca de la sinagoga se encontró una nota que reivindicaba el ataque. Al principio la policía dedujo lo que parecía evidente: que fue un atentado neonazi. Pero ayer la fiscalía local afirmó que la terminología de la nota no era ultraderechista. Aunque usted no lo crea, las palabras eran muy utilizadas por grupos de ultraizquierda. Por lo tanto, ayer la conclusión oficial fue que posiblemente el ataque sólo haya �simulado� ser neonazi. El jueves las autoridades en la ex Alemania del Este sabían que iban a tener un día agitado. Es que los grupos abiertamente neonazis tienen su mayor visibilidad en la ex DDR. En Dresde, Sajonia, 14 neonazis fueron detenidos luego de armar una gigantesca esvástica con tablas de madera en una de las riberas del río Elba. En la ciudad de Cottbus la policía irrumpió en una �fiesta de cumpleaños para el Führer� y detuvo a 22 hombres luego de que descubriera material propagandístico neonazi. Veinticinco personas gritaron �Sieg Heil� en la localidad de Dossow, el mismo lugar donde 20 neonazis ondearon la bandera de guerra del Tercer Reich. También en el oeste hubo incidentes neonazis. La policía incautó navajas y prendas con emblemas nazis en una fiesta en Weilmuenster. En Eschenburg, 30 neonazis fueron detenidos luego de gritar consignas nazis y racistas. Pero fue en Turingia donde se produjo el más publicitado ataque (suponemos) neonazi. La ultraderecha ciertamente no es ajena a ese estado. El número de militantes neonazis allí asciende a 1500 y la cantidad de crímenes neonazis está en franco aumento. Es por ese motivo que nadie se sorprendió demasiado cuando en la noche del 20 unos desconocidos arrojaron un cóctel molotov contra la sinagoga de Erfurt. El proyectil no alcanzó a entrar en el edificio y cayó en el patio. Los vecinos detectaron y apagaron rápidamente el fuego. A pocos metros de la sinagoga se encontró una carta en la que un grupo se adjudicaba la autoría. El nombre de ese grupo era tan curioso como desconocido: Die Scheiteltraeger (que se puede traducir como �los que se peinan con raya�). Más allá de esa excentricidad, la policía no dudó en afirmar que el ataque había sido obra de neonazis. El último ataque contra una sinagoga en Alemania ocurrió en la ciudad báltica de Lübeck en 1996. La reacción no se hizo esperar. La portavoz del canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder, Uwe Karsten-Heye, habló ayer de �ese cobarde atentado�. El presidente de la comunidad judía de Turingia, Wolfgang Vossen, aseguró que no estaba demasiado sorprendido por el atentado: �Los ultraderechistas en Turingia son cada vez más descarados�. Esa opinión fue compartida por las ramas locales del partido socialdemócrata (SPD) y postcomunista (PDS), los cuales condenaron la �defectuosa� política antinazi del gobierno estadual democristiano. �Ha ocurrido lo que veníamos temiendo desde hace tiempo�, denunció la presidenta del bloque postcomunista en el Parlamento local. A la noche de ayer, sin embargo, se produjo una abrupta corrección. O, al menos, tal corrección surgió como una posibilidad. Tras analizar la carta en detalle, la fiscalía de Turingia consideró que parecía haber sido escrita por grupos de ultraizquierda. Scheiteltraeger es, de hecho, el término con el que los ultraizquierdistas se refieren a los neonazis. La carta estaría supuestamente llena de palabras de igual popularidad entre la extrema izquierda. Para que nadie piense que se intentaba exculpar a los neonazis, las autoridades aseguraron que estaban �investigando en todas las direcciones�.
|