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Por Andrés Glass Hay un antes y un después de �Gasoleros� para Verónica Llinás, ex Gambas al Ajillo tentada por las tiras televisivas. Un día, la que se burlaba de todo se hizo parte del sistema de la tevé. Dejó el teatro off y el escenario alternativo y se enroló en las huestes de �las historias sencillas de hombres comunes�. �Con las Gambas nos reíamos del actor de televisión que esperaba en los pasillos que alguien le tirara un hueso. Las cosas cambiaron, y hoy todo está más mezclado. Además uno madura y se van yendo los prejuicios�, le dijo a Página/12 la actriz. Llinás no es la única que probó el trueque y le encontró el gustito. Es apenas la punta de lanza de una tendencia que crece: actores del under que llegan al terreno más tradicional de la pantalla chica. Pasan del escenario al estudio de grabación, y de la libertad total a los libretos, con una afirmación de por medio: �La marginalidad no es mi estandarte �explica. Quiero vivir de lo que hago�. La actriz, ahora, forma parte del elenco de �Buenos vecinos�, todo un éxito (con un promedio de 18 puntos de rating diarios), al que no pocos acusaron de copiar el planteo original de �Gasoleros�. Otra vez, después de dos años de verlos en la tira de Pol-ka, volvieron por Telefé los �hombres y mujeres de barrio a los que les pasan las mismas cosas que a nosotros�. Pero, por suerte, no se trata sólo de eso. Detrás de la excusa trillada brillan María José Gabin (otra ex Gamba), Gabriel Goity, Santiago Ríos y Claudia Schijman, un casting poco usual en el medio. Y también brilla Verónica, que viene de lucirse como la Chula en �Gasoleros� y hoy gana espacio como Estela en la tira de Telefé. Por ambos papeles �en una inédita postulación doble� está nominada para el Martín Fierro a en el rubro �Mejor Actriz de Reparto�. �¿Qué significa dejar de ser una actriz del off para integrar elencos de tevé? ¿Se resigna mucho en el camino? �Nunca me propuse ser una actriz under. No creo en los dogmas a ultranza, y no podría mantenerlos. Lo que es cierto es que en mi nuevo rol no estoy creando: soy una intérprete que habla y dice algo que otro está queriendo decir. El proyecto no es mío. La nostalgia es por el estado de ebullición creativa en el que no paraba de pensar y trabajar para las Gambas o en el elenco de (Antonio) Gasalla. Era una diarrea continua. Y también era la sensación de estar protegida por un ámbito común a mucha gente. �Tal vez, en la época de las Gambas hubiera satirizado a �Buenos vecinos�. ¿Cómo lo ves desde adentro? �Las Gambas encarnaron una reacción contra lo establecido. Queríamos explorar algo nuevo. Fue un momento necesario en la vida de las personas. Hay ciertos prejuicios que uno necesita tener en su momento, y después desaparecen. En tevé, también se puede poner el alma. Y me gusta mucho lo que me está pasando ahora: que la gente compre a esta pareja ridícula entre Manuel y Estela. Por la calle, me doy cuenta de que se hizo carne. �¿A tu cargo queda el trazo grueso y el grotesco que tiene la tira? �El programa es una novela, pero al mismo tiempo es una telecomedia. Se necesitan mutuamente. A mí me toca el humor, y otra gente tiene a cargo la parte más culebrona. En ambas, hablamos de personajes barriales, no de héroes. �Después de haber participado en �Gasoleros�, ¿no cree que seguir con esos mismos personajes es hacer una copia? �No creo que sea una copia. �Gasoleros� impuso la marca: ocuparse de la gente de clase media baja. Se puede tomar una idea que está flotando en el ambiente sin plagiarla. �Buenos vecinos� tiene más roce con lo grotesco, y se anima a experimentar integrando actores de ámbitos muy distintos. �¿Se forman nichos aparte entre los actores que provienen del under y los televisivos? �No, ésa es una división de otros tiempos �¿Su doble nominación para el Martín Fierro marca el ingreso definitivo al mundo de las figuras de la tevé? �Lo único que marca es que se dieron cuenta de que yo era una actriz. Antes pensaban que era una mujer que sólo hacía reír, como en la época de Gasalla. Ahora entendieron que puedo hacer distintos papeles y -.después de 22 años de carrera� me hicieron menos difíciles las cosas.
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