Por J. N.
Federico Storani se comunicó ayer con Enrique Mathov, al que en un reportaje publicado por Página/12 había señalado como el funcionario político que �siguió de cerca� la brutal represión policial. La nota, que provocó el enojo del secretario de Seguridad, reavivó una interna que estaba latente. En la conversación de ayer, sin embargo, Storani intentó serenar las ánimos e invitó a Mathov a que lo acompañara mañana al Senado, en donde deberán explicar por enésima vez las inexplicables salvajadas policiales del miércoles a la madrugada.
Luego de supervisar el operativo de represión, Mathov esquivó cualquier explicación: guardó un segundo plano en la conferencia de prensa y desapareció después, a pesar de los insistentes llamados del ministro y de los medios. Mientras el resto de los funcionarios de Interior se turnaban para atender al periodismo, Mathov seguía sin dar señales de vida. Incluso Carlos Becerra, con el que Storani también se encuentra enfrentado, se puso a disposición del ministro.
La actitud de jugador solitario del secretario enfureció a Storani, quien, de todas formas, hizo esfuerzos para contener su enojo. Pero en el reportaje publicado ayer por este diario no pudo contenerse. Sostuvo que él sólo había dado �la orden genérica de colocar un vallado� y agregó que �Mathov es el funcionario que siguió el tema de cerca�.
Ayer, luego de leer Página/12, Storani decidió que se había excedido. Al mediodía levantó el teléfono y se comunicó con Mathov. Fue una charla corta, en la que el ministro lo invitó a que lo acompañara junto a Rubén Santos, jefe de la Federal, al Congreso. Mathov aceptó y mañana a las siete de la tarde los tres responsables de la Policía Federal se presentarán ante la Comisión de Labor Parlamentaria del Senado, en la que se sientan los titulares de los bloques, para explicar nuevamente los episodios del miércoles.
�Fue un gesto para serenar, bajarle el perfil a la interna y mostrarse todos juntos�, señalaron cerca de Storani. Sin embargo, hay una interpretación que es exactamente la opuesta: la invitación de Storani podría leerse también como una manera de obligar al secretario de Seguridad a la exposición pública �y a la voracidad de los senadores del PJ� que rehuyó en los últimos días.
El episodio refiere a una interna que viene de lejos, que comenzó prácticamente desde que Fernando de la Rúa le impuso a su ministro del Interior el nombre del secretario de Seguridad, quien reporta sin escalas a Presidencia.
En marzo, por ejemplo, polemizaron sobre las atribuciones de la Policía. Mientras Storani insistía con posturas garantistas, Mathov pedía una reforma del Código de Procedimientos para que la Federal pudiera nuevamente interrogar a los detenidos en el lugar del delito.
Los tironeos continuaron. Hubo roces vinculados al Consejo de Seguridad, que se potenciaron en abril, cuando ocurrió el pintoresco levantamiento filoguerrillero de José María Chelo Lima en Concordia. En esa oportunidad, Storani le criticó a Mathov lo mismo que en los últimos días: esquivar las explicaciones públicas.
Aunque suene extraño, la interna es parte de la estrategia de conducción de De la Rúa. La designación de dirigentes de perfil diferente �a menudo enfrentados� en la misma área es una constante que se repite con Graciela Fernández Meijide y Cecilia Felgueras, con Alberto Flamarique y Jorge Sappia y con Ricardo López Murphy y Angel Tello. La idea de De la Rúa es establecer contrapesos, que ningún funcionario asuma libertad total de movimientos y que todos reporten en última instancia sólo al Presidente. Puede parecer inteligente, pero también es obvio que tributa inevitablemente a las internas del poder.
De la Rúa contra nadie
Fernando de la Rúa aseguró ayer que no se encuentra enfrentado con la CGT rebelde que lidera Hugo Moyano. �El Gobierno no tiene enfrentamientos con nadie. Este es un mensaje para todos: nuestro proyecto no es en contra de nadie, pero es para bien de todos�, señaló el Presidente en San Martín de los Andes, donde descansa junto a su familia en la estancia del jefe la SIDE, Fernando de Santibañes. De todos modos, De la Rúa volvió a insistir con la necesidad de que el Senado le dé el okey a la reforma laboral, cuyo trámite fracasó el miércoles pasado después de la represión policial. �No podemos seguir con los niveles de desempleo que hay. Seguir esperando a ver si se arregla solo es muy doloroso. Los cuerpos institucionales son los que deben resolver el tema�, señaló. |
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