Por Claudio Zlotnik
En la pelea por conseguir votos y ganar las elecciones de mayo, Domingo Cavallo prometió que, en caso de coronarse jefe de Gobierno, bajará los impuestos. Pero la gente no le cree. En un sondeo realizado por la consultora Catterberg y Asociados para la Universidad Torcuato Di Tella, el 79,6 por ciento de los encuestados respondió que el planteo del ex ministro �es sólo una promesa electoral� que no cumplirá. Sólo uno de cada cinco respondió que el candidato lo haría. Créase o no, el plan de Cavallo es disminuir la carga tributaria de los porteños en $ 331 millones en su primer año de gestión. El monto treparía a 1800 millones en el tercero.
El triunfo de José Manuel de la Sota en Córdoba a caballo de la promesa de bajar impuestos ganó adeptos entre los políticos en campaña. Y Cavallo fue uno de ellos. Su programa impositivo se iniciaría el 1º de septiembre con las siguientes medidas:
u Eliminación del impuesto a los Ingresos Brutos a las pyme instaladas en los barrios del sur de la ciudad (la Boca, Constitución, Villa Soldati, San Telmo, Parque Patricios, Nueva Pompeya, Villa Lugano y Mataderos sur).
u Eliminación de la tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) y de la contribución municipal que se abona junto con las facturas eléctricas -equivalente al 5 por ciento del consumo� para casas de familia y pyme de aquellos mismos barrios.
u Rebaja a la mitad en Ingresos Brutos para el resto de las pyme de la ciudad. En el distrito se considera pyme a las empresas que facturan hasta cuatro millones de pesos por año.
u Supresión del gravamen a la patente para los autos con más de 10 años de antigüedad.
u Condonación de las deudas impositivas de los clubes de barrio, siempre y cuando presten sus instalaciones a escuelas y centros de jubilados.
En total, el impacto fiscal del programa alcanzaría a $ 331 millones anuales. De esta cifra, 250 millones correspondería a Ingresos Brutos.
�¿Cómo piensan financiarlo? �le preguntó Página/12 a Juan Carlos Kusznir, coordinador del equipo económico de Cavallo.
�Mediante una reducción de gastos y una baja en los niveles de evasión y morosidad. Contemplamos achicar erogaciones entre 250 y 320 millones (el 10 por ciento del Presupuesto comunal) y una mejora en la recaudación de 244 millones. Entre estos dos ítem obtendremos una suma que superará con holgura el impacto de la reforma impositiva.
�¿Habrá despidos en la administración pública?
�Vamos a hacer ajustes en la planta, pero sólo afectando a los puestos políticos. Calculamos que existen 500 puestos de esta clase que sobredimensionan la administración.
El programa fiscal de Cavallo es ambicioso. En una segunda etapa, a partir de setiembre de 2001, se propone disminuir en un 50 por ciento la alícuota de Ingresos Brutos para todas las empresas, sean o no pyme. El costo de esta medida ascenderá a 900 millones de pesos anuales. A fines de 2002, Ingresos Brutos no existirá para nadie y el ex ministro deberá ingeniárselas para tapar el agujero de 1822 millones que le dejará lo que ahora recauda por año ese tributo. �Es necesario bajar impuestos porque existe una crisis de competitividad. Esa es la fórmula elegida para reactivar la economía y crear empleo�, señaló Kusznir.
Para lograr tamaño objetivo, el líder de Acción por la República trabajará en dos sentidos: el combate contra la evasión, que según sus cálculos alcanza a 1188 millones de pesos por año, y proponerle a Fernando de la Rúa recaudar los impuestos nacionales desde la ciudad, garantizándole la recaudación presupuestada.
�¿Es un gesto de generosidad? �preguntó este diario a Kusznir.
�No. Nuestra idea es quedarnos con el excedente (por encima del monto presupuestado) y, con esos fondos, que calculamos en unos 3500 millones de pesos anuales, eliminaremos Ingresos Brutos. Desde la Alianza no sólo rechazan esta última posibilidad: también rebaten la propuesta de Cavallo de bajar impuestos. �No es serio. ¿Quién controlaría si el excedente se genera en una mayor actividad económica o si es por hacer más eficiente el cobro de impuestos?�, se preguntó Roberto Feletti, miembro del equipo de Aníbal Ibarra, ante la consulta de este diario. Por otra parte, Feletti desaconsejó una rebaja generalizada de tributos. �En sí misma, la medida no tendría por qué ser beneficiosa para el desarrollo de la ciudad, ya que implicaría generarle más ganancias al sector empresario a costa de las finanzas del Estado. Lo que la Alianza hará es analizar caso por caso. Y se ayudará a los empresarios que realmente tengan planes concretos para generar empleo y desarrollar la ciudad�, dijo.
PETREI, CEREBRO DE LA REDUCCION DELASOTISTA
�Rebajar alícuotas no basta�
Por Julio Nudler
Humberto Petrei, ex director argentino en el BID, está hoy instalado en Washington como representante de Córdoba ante los organismos multilaterales de crédito. Es la única provincia que cuenta con un embajador financiero. Petrei, autor intelectual de la quita impositiva que aplicó José Manuel de la Sota, afirma que �la rebaja de impuestos es una demanda de la sociedad argentina. Es ineludible. El sistema impositivo argentino es particularmente injusto porque grava con tasas muy altas a un grupo relativamente reducido de personas, y a otras no las grava nada. Esta falta de equidad se puede corregir�.
�¿Rebajando impuestos? �le preguntó Página/12.
�Yo no recomendaría bajar impuestos si al mismo tiempo no se fortalece al ente recaudador. No podemos pecar de ingenuos. El solo hecho de bajar las tasas no hará que la gente pague más. Sólo creará una mejor disposición a pagar, pero eso no alcanzaría para compensar en la recaudación la reducción de alícuotas si no se mejora la acción recaudadora.
�¿Córdoba lo está haciendo?
�Sí, pero todavía queda mucho por hacer. Por suerte, el BID está contemplando un préstamo para la provincia con ese fin. Serían unos 15 millones de dólares para la Dirección de Rentas, dentro de un préstamo más amplio de 100 millones. El otro elemento importante es dar transparencia a las cuentas públicas, porque la gente tiene más predisposición a pagar si se le informa qué se hace con su plata. Además hay que reducir los gastos, o por lo menos no aumentarlos. Todo esto se está cumpliendo en Córdoba.
�Los datos (ver cuadro) dicen que, si se detrae el producido de la moratoria, la recaudación ha caído en Córdoba tras la rebaja de alícuotas...
�No mucho. El contraargumento es que en los períodos anteriores, que se toman para la comparación, había también ingresos provenientes de moratorias previas que los radicales habían sancionado. Es sin duda un argumento fuerte. Otro es que se redujo el nivel de actividad en el país y también en Córdoba. No hay ningún estudio econométrico que separe claramente la incidencia de todos estos factores, pero, en todo caso, si hay una caída de recaudación atribuible a la disminución de tasas, ella es muy pequeña. Machinea mismo habla de una caída del 8 por ciento, y las alícuotas han sido rebajadas mucho más. De hecho, la gente está pagando impuestos menores, pero los servicios que recibe son igual de buenos que antes o han mejorado. Más contundente que esto no hay nada.
�¿Usted recomendaría la misma política tributaria para la Nación?
�Sí, no tendría ninguna duda. Machinea tenía ideas buenas para la AFIP, pero ésta no funciona, y tampoco funciona el puente de Impositiva con la Justicia. No estoy seguro si a la AFIP le falta habilidad, o el problema son los jueces.
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