Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


La Pascua de la Pequeña Habana

Tras un día de furia, la vecindad de Elián  en Miami celebró la Pascua "sacrílega". Para el martes, convocaron una "huelga general".

Por Julian Borger
 Desde Miami

t.gif (862 bytes) Reynaldo Ramos cargaba sobre su envejecida espalda una estatua de Jesucristo tamaño natural, envuelta en una túnica de terciopelo púrpura, para instalarla en la casa del barrio de la Pequeña Habana donde Elián González solía vivir. Allí pasó un domingo de Pascua de ojos llorosos, en cuclillas a los pies de la serena estatua de plástico.

  "¿Cómo van a apuntarle con una ametralladora a la cabeza del chico? Y en Pascua, cuando todo el mundo está recordando la crucifixión y la resurrección", dijo. "Traje al Cristo aquí para que podamos rezar y oficiar misa. Pero si vamos a decir la verdad, y es triste, nos sentimos como la mierda."

  La policía había intentado detenerlo mientras arrastraba su efigie devota hasta la Calle Segunda, a la casa donde viven los parientes de Elián. Las fuerzas del orden pasaron el día de ayer tratando de aplacar toda pasión en el suburbio de clase trabajadora después de un día y de una noche de disturbios continuos que siguieron a la captura del niño cubano al alba del sábado. Ramos fue más hábil que la vigilancia policial. Hizo pasar la estatua, con sus estigmas sangrantes debidamente pintados, por encima de los cercos, y la ubicó en el jardín de un vecino comprensivo, donde estaba ayer, reflejando el sentido melancólico de pérdida que impregnaba a una vecindad bajo shock.

  La mayoría de la familia González siguió a Elián a Washington, donde ya están haciendo lobby para verlo. Dejaron atrás el detritus de una vigilia de cuatro meses fuera de su casa, donde los cubano-norteamericanos prometían mantenerlo fuera del alcance de los brazos del gobierno norteamericano, de Juan Miguel (el padre de Elián), y de los comunistas ateos que, dicen ellos, están siempre manipulándolo. Una cruz de madera con una imagen dorada de Cristo pendía de los salientes del techo de la casa de los González, cerca de un reproducción de la fotografía del agente apuntando al niño con la ametralladora y la leyenda "Corrupción de menores por el gobierno Federal".

  Marta Ramos, que vive a dos casas de los González, barría los restos del campamento de la puerta de su casa con un aire de saber muy bien lo que estaba haciendo. "Me siento llena de tristeza", dijo, con una voz todavía ronca por los gases de pimienta que habían usado los agentes federales el día anterior. "Esto es Pascua, nunca tendrían que haber hecho esto en Pascua. Pero ellos no creen en Dios, ¿no? Ni Castro ni Clinton".

  El senador demócrata por Florida, Bob Graham, llegó ayer directamente para una entrevista televisiva, y aludió inmediatamente al tema del sacrilegio y la blasfemia. "El presidente se había comprometido, me había dicho personalmente, que nunca iba a haber un raid nocturno. Y nunca tendría que haberse hecho en el período de Pascua y Pesaj. Es un momento intensamente religioso." Unas pocas horas más temprano, unos 80 cubano-norteamericanos se habían reunido para una misa a primera hora de la mañana en la playa afuera de la iglesia de la comunidad, Nuestra Señora de la Caridad. El sacerdote pidió que rezaran por el bienestar de Elián y un murmullo recorrió la multitud. José Basulto, líder del grupo anticastrista Hermanos al Rescate, llamó a la calma --al menos temporariamente-- después del servicio. Pero la semana ya era otro asunto. Una huelga general fue convocada para el martes, en otro intento por que Miami se detenga por el caso Elián.

 

PRINCIPAL