|
Por
Julian Borger
"¿Cómo van a apuntarle
con una ametralladora a la cabeza del chico? Y en Pascua, cuando todo el
mundo está recordando la crucifixión y la resurrección", dijo.
"Traje al Cristo aquí para que podamos rezar y oficiar misa. Pero si
vamos a decir la verdad, y es triste, nos sentimos como la mierda."
La policía había intentado
detenerlo mientras arrastraba su efigie devota hasta la Calle Segunda, a
la casa donde viven los parientes de Elián. Las fuerzas del orden pasaron
el día de ayer tratando de aplacar toda pasión en el suburbio de clase
trabajadora después de un día y de una noche de disturbios continuos que
siguieron a la captura del niño cubano al alba del sábado. Ramos fue más
hábil que la vigilancia policial. Hizo pasar la estatua, con sus estigmas
sangrantes debidamente pintados, por encima de los cercos, y la ubicó en
el jardín de un vecino comprensivo, donde estaba ayer, reflejando el
sentido melancólico de pérdida que impregnaba a una vecindad bajo shock.
La mayoría de la familia González
siguió a Elián a Washington, donde ya están haciendo lobby para verlo.
Dejaron atrás el detritus de una vigilia de cuatro meses fuera de su
casa, donde los cubano-norteamericanos prometían mantenerlo fuera del
alcance de los brazos del gobierno norteamericano, de Juan Miguel (el
padre de Elián), y de los comunistas ateos que, dicen ellos, están
siempre manipulándolo. Una cruz de madera con una imagen dorada de Cristo
pendía de los salientes del techo de la casa de los González, cerca de
un reproducción de la fotografía del agente apuntando al niño con la
ametralladora y la leyenda "Corrupción de menores por el gobierno
Federal".
Marta Ramos, que vive a dos
casas de los González, barría los restos del campamento de la puerta de
su casa con un aire de saber muy bien lo que estaba haciendo. "Me
siento llena de tristeza", dijo, con una voz todavía ronca por los
gases de pimienta que habían usado los agentes federales el día
anterior. "Esto es Pascua, nunca tendrían que haber hecho esto en
Pascua. Pero ellos no creen en Dios, ¿no? Ni Castro ni Clinton".
El senador demócrata por
Florida, Bob Graham, llegó ayer directamente para una entrevista
televisiva, y aludió inmediatamente al tema del sacrilegio y la
blasfemia. "El presidente se había comprometido, me había dicho
personalmente, que nunca iba a haber un raid nocturno. Y nunca tendría
que haberse hecho en el período de Pascua y Pesaj. Es un momento
intensamente religioso." Unas pocas horas más temprano, unos 80
cubano-norteamericanos se habían reunido para una misa a primera hora de
la mañana en la playa afuera de la iglesia de la comunidad, Nuestra Señora
de la Caridad. El sacerdote pidió que rezaran por el bienestar de Elián
y un murmullo recorrió la multitud. José Basulto, líder del grupo
anticastrista Hermanos al Rescate, llamó a la calma --al menos
temporariamente-- después del servicio. Pero la semana ya era otro
asunto. Una huelga general fue convocada para el martes, en otro intento
por que Miami se detenga por el caso Elián.
|