|
|
|
|
|
|
|
|
|
Por Roque Casciero  En alguna medida, a Juan de Marcos González se le debe el reverdecer de la música popular cubana en el exterior. El líder de los Afro Cuban All Stars (que se presentan mañana a las 21, en el Gran Rex) acarició durante años la idea de crear una banda con artistas de diferentes generaciones para homenajear al sonido de las big bands isleñas de los años 50. En 1995, cuando ya estaba cansado de que nadie le �diera bola� �según él mismo dice�, Nick Gold, dueño del sello World Circuit, aceptó su propuesta y la aumentó, porque quiso, además, hacer un disco �con el sonsito oriental de los años 40, al estilo de Matamoros�. En esa conversación se gestó, sin que los protagonistas lo supieran, el germen del que sería el álbum cubano más vendedor de los últimos tiempos: Buena Vista Social Club, un fenómeno mundial que ganó un Grammy, facturó millones de placas (y de dólares), y revitalizó las carreras de músicos veteranos como Compay Segundo, Rubén González o Ibrahim Ferrer. Juan de Marcos fue una especie de director técnico en ese trabajo, aunque el mayor mérito se lo llevó Ry Cooder, el músico norteamericano que ofició como productor.�Cooder llegó a Cuba por sugerencia de Gold, pero ya estaba todo preparado �recuerda González, en comunicación telefónica con Página/12�. Yo había buscado a los músicos más viejos y los había ensamblado con otros de diferentes generaciones para el primer álbum de Afro Cuban All Stars, A toda Cuba le gusta. Para el disco Buena Vista se agregaron sólo Compay, Elíades Ochoa y Omara Portuondo, a quien me encontré en el estudio e invité a participar. El éxito fue tanto que las mismas compañías que a mí me decían que era una locura hacer un disco con viejos decrépitos después contrataron a esos viejos. Por eso no pudimos hacer más que tres conciertos todos juntos. Así son los negociantes de la música, que ahora siguen buscando viejos desaforadamente. En Brasil se está preparando un proyecto similar y en México también se están preocupando. Creo que hemos producido un elegante movimiento geriátrico (risas)�. �¿No le molesta que tuviera que aparecer un músico norteamericano para que le prestaran atención a su proyecto? �El disco íbamos a hacerlo fuera o no Ry Cooder. Pero tú sabes que en el Primer Mundo se sienten muy cómodos cuando ellos asumen el protagonismo. Para las mentes de los burgueses alemanes resulta muy cómodo pensar que uno de sus similares es el Cristóbal Colón de la música cubana (risas). Y realmente no es así, porque nunca hizo falta que vinieran Elvis Presley o Bill Halley para que Benny Moré vendiera discos. Sin embargo, como les resulta cómodo pensar así, la promoción se ha movido en torno de eso. De todos modos, en el balance ha resultado positivo, porque hemos logrado recuperar la posición que la música cubana tuvo en el mercado internacional por muchos años. �Hace unos días Pablo Milanés le dijo a este diario: �Que se ponga tanto dinero en difundir la música previa a la revolución es un acierto artístico, pero es también una patraña que les ha salido bien�. �Pienso que Pablo está sobreestimando el papel de Cooder en este proyecto. Mira, yo no puedo dividir la música por períodos políticos. Eso puede hacerlo Pablo, que es un artista oficialista. Pablo representa a la música de la Revolución Cubana y, como tal, es uno de mis cantautores favoritos. El hace una música partidista y nosotros hacemos música popular, sin intenciones políticas. En este caso, creo que Pablo está equivocado: no existe música pre y posrevolucionaria, existe la música. La Nueva Trova hizo una música cuya literatura estaba al servicio de la revolución. En cuanto a la forma, la Nueva Trova es un producto de la influencia de los grandes cantautores norteamericanos sobre la música cubana, una cubanización del espíritu de Bob Dylan, Joan Baez o Pete Seeger. Lastimosamente, el fenómeno del Buena Vista y lo que está sucediendo con la música cubana resulta bastante poco conocido en lapropia Cuba, porque no es un país comercial. Además, para nosotros, el Buena Vista o Afro Cuban All Stars no resultan ningún misterio, porque son el pan nuestro de cada día. �¿Cuál es el legado que dejan el Buena Vista y Afro Cuban hacia el futuro? �Para el segundo disco de Afro Cuban, Distinto, diferente, me planteé un tratamiento contemporáneo del son, que es la forma de expresión por excelencia de la música cubana. Eso resultaba necesario por dos cosas: en primer lugar, la música cubana se estaba norteamericanizando demasiado. Había demasiadas secuencias de acordes de free jazz y mucho unísono a lo Earth, Wind & Fire, cuando la forma de orquestar de la música cubana tiene muchos componentes armónicos. Y, además, mucha gente que descubrió la música cubana con los discos que hicimos en 1997 empezó a creer que todos los artistas cubanos eran viejos y que la única música que existía en Cuba era ésa. Por eso es que yo cambié la música. El Afro Cuban hace una reevaluación contemporánea de los patrones de la música cubana usando los elementos de la tradición. �En la canción �Distinto, diferente�, usted habla de que toda la música se está poniendo igual y de que eso perjudica al son. �Claro, había un sonido muy cacófono de las bandas cubanas. Pero eso no sólo ha ocurrido en Cuba, hay un momento de recesión de la creatividad en la música popular de todo el mundo. Si te ponés a escuchar a bandas de rock actuales como Jamiroquai u Oasis, están tratando de imitar el sonido del rocanrol de los años 70. Incluso pasa con los grupos pop porque, salvando las distancias, los Backstreet Boys son una copia blanqueada de los Temptations. O la salsa de Nueva York, que es completamente repetitiva. Y como todo suena igual, tienes que hacer algo distinto, diferente. Uno corre riesgos cuando se sale del camino, pero eso no me importa. Yo no hago las cosas por dinero. �Tampoco debe hacerlo por figurar, porque siempre está como en un segundo plano. Incluso, en la tapa de �Distinto, diferente�, el que aparece adelante es el cantante Puntillita. �Es que no me gusta imponer mi imagen a un producto artístico. No voy a decir que carezco de ego, pero me gusta más ser respetado desde el punto de vista intelectual que como figurín, asumiendo papeles protagónicos en fotografías. Y la mayor parte de la gente que sabe de música cubana conoce cuál fue el papel que jugué en todo este fenómeno. �Pero generalmente las cámaras le apuntan a Ry Cooder. �Ah, claro. Pero date cuenta de que la película la hizo su amigo Wim Wenders sin conocer absolutamente una palabra de cómo se había hecho Buena Vista Social Club. Pero incluso eso no me molesta. Lo que no me gusta de la película es el tono paternalista que tiene. �Sobre todo la parte en la que viajan a Nueva York. �Sí. Nueva York es una ciudad de hierro y plástico, donde no existe el sol, donde la libertad es de piedra y tiene una antorcha que no alumbra. Seguro, es una gran ciudad, pero a La Habana no la cambio por ella.
|
