Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


REUNION INCRUENTA CON LA CUPULA DE INTERIOR
Mathov salió del Senado sin renunciar

Los peronistas planeaban cargar duramente contra el secretario de Seguridad, pero la actitud de Storani de asumir toda la responsabilidad política diluyó los ataques planeados por la oposición. Los misterios.

Federico Storani y Arturo Mathov en la reunión del Senado. Al final, sin sangre


Por Felipe Yapur
t.gif (862 bytes) A pesar de que los senadores justicialistas especularon que durante la reunión que mantendrían con el ministro del Interior, Federico Storani, el principal perjudicado iba a ser el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, el ministro sorprendió a propios y extraños al asegurar que toda la responsabilidad política de la represión del miércoles pasado recae sobre su persona. Aseguró además que no hubo una sola razón que desatara la violencia. Remarcó por ejemplo una supuesta interna policial, a pesar de que en la misma reunión el jefe de la Federal, Rubén Santos, la descartó. Los aliancias salieron conformes con el encuentro, pero los justicialistas insistieron en que "todavía continúa sin esclarecerse quién dio la orden de reprimir".

  Tanto Storani como Mathov --e incluso el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, quien también formó parte de la comitiva que acompañó al ministro--, no se desviaron un centímetro de la versión oficial: "No hubo una orden de reprimir". Sostuvieron durante la reunión que existen varios motivos que pudieron haber provocado la represión. Por un lado dijeron que "la violencia se desató por excesos emocionales fruto de la juventud e inexperiencia de los efectivos policiales". Pero a pesar de que Santos lo negó, el ministro insistió en que no se puede desechar la teoría del choque interno. Lo hizo en estos términos: "Es imposible entender que los efectivos que reprimían continuaban haciéndolo a pesar de que estaba un camarógrafo filmándolos", dicen los senadores que dijo Storani en una interpretación que asimila a los policías con suicidas.

  Varios integrantes del bloque justicialista aseguraron que habían decidido en un primer momento cargar las tintas sobre el ministro. Pero a poco de andar la reunión, que contó con la presencia de casi cuarenta legisladores, los representantes del PJ viraron de objetivo y comenzaron a cuestionar la responsabilidad de Mathov en los hechos de violencia. Hubo chicanas, como la del riojano Jorge Yoma, quien de manera insistente llamó al secretario de Seguridad "el comisario Mathov". Esto hizo enojar en un par de oportunidades al funcionario pero la rabieta no llegó a mayores, según confió a este diario un senador de la Alianza, "fruto de la insistencia de Freddy (Storani) en hacerse cargo de la responsabilidad política de los hechos".

Mathov no convenció a los justicialistas cuando explicó que los hechos de violencia ocurrieron a 200 metros de la plaza del Congreso, y que él sólo se limitó a controlar el desalojo de la calzada frente al Parlamento. Este argumento sirvió para que varios miembros del bloque del PJ creyeran ver en el funcionario al responsable de la orden de reprimir. Pero, de acuerdo a las versiones de senadores oficialistas, "no tuvieron el coraje de decírselo en la cara. Por momentos dejaron entrever la necesidad de que Mathov renuncie. Pero sólo fueron insinuaciones".

  La decisión de atacar al secretario y preservar al ministro no fue una especulación. Quedó confirmada en las declaraciones de Yoma posteriores a la reunión, quien señaló que "Storani es una persona absolutamente democrática que ha tomado las medidas del caso: separar de sus funciones a quienes han cometido actos delictivos en la utilización de la seguridad o de las armas que el pueblo les ha otorgado".

  Obviamente que a la hora de las evaluaciones no hubo consenso. El bloque oficialista destacó la firmeza de Storani para respaldar a sus subordinados. Los representantes del PJ reconocieron: "Nos quedamos con las ganas de saber quién dio la orden de reprimir".

 

COMISION MIXTA POR LA LEY DE REFORMA LABORAL
En busca  del artículo salvador

Peronistas y aliancistas buscaban a medianoche la forma de incluir en la futura ley laboral una cláusula con la que muchos decían coincidir: la que podría fijar una garantía para que el nuevo régimen no implique una baja general de salarios. Una comisión mixta comenzó a analizar el punto con un ojo puesto en la Casa Rosada y otro en los sindicalistas rebeldes.

  La comisión está encabezada por el peronista Alberto Tell (jujeño de extracción sindical) y el radical Alcides López, a quienes secundan técnicos peronistas y funcionarios de la segunda línea del Ministerio de Trabajo. Justamente surgió después de que llegó a la reunión del Senado el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, para incorporarse al debate después de que terminó la discusión sobre el salvajismo represivo del último miércoles.

  Hugo Moyano, líder de la CGT disidente, anunció que mañana se realizará otra manifestación contra la reforma laboral, que juntará a 50.000 personas, porque cuenta con la adhesión, dijo, "del interior, de los intendentes del PJ, de todos los partidos y de entidades defensoras de los derechos humanos". Confirmó que la nueva marcha de protesta frente al Congreso, convocada por la CGT disidente, se realizará salvo que no se trate la reforma laboral. "Si la ley no se trata, no hay movilización", explicó. Moyano anunció un paro nacional de 24 horas para el 2 de mayo contra la reforma laboral y la represión.

"Como están las cosas en este momento es muy difícil que mañana se trate la reforma laboral", pronosticó Tell, presidente de la comisión de Trabajo, quien además culpó a la Alianza de "no sentarse a analizar con seriedad el articulado de la ley". Todavía no se había acordado la formación del cuerpo mixto de acercamiento. Por eso López aún coincidía con su colega del PJ: "En esta situación es difícil tratar la ley. Ellos (los peronistas) no nos respondieron ninguno de los llamados".

  Sin embargo, Moyano no tiene asegurado, ni mucho menos, el consenso automático del peronismo en el Senado. Ayer, cuando llegó a la cámara alta, comprobó con rabia que sólo lo esperaba un legislador, el rionegrino Remo Costanzo, cuando hace una semana el bloque justicialista le había prometido una recepción con asistencia perfecta. Después, la suerte y los nervios ayudaron al líder de la CGT disidente. En una de las puertas del Parlamento, sobre Hipólito Yrigoyen, se tropezó con Augusto Alasino, el jefe de la bancada justicialista, quien hablaba con suficiencia a las cámaras de televisión. El camionero encaró al senador entrerriano.

  --Tengo que hablar con vos, porque vine aquí para reunirme con ustedes como habíamos quedado la semana pasada y sólo me atendió Costanzo --le  reclamó delante de las cámaras de televisión.

  Alasino entonces aceptó la reunión.

  Al salir del encuentro, y mucho más calmado --tal vez por las promesas de los legisladores--, Moyano advirtió que sólo cambiará su postura de rechazo a la reforma laboral si se realizan "modificaciones sustanciales" en el proyecto oficial del gobierno. "Que no caigan los convenios colectivos de trabajo, que no se rebajen los salarios y que el período de prueba quede como está ahora, en un mes", puntualizó el dirigente del MTA.

 

PRINCIPAL