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Según Gallo, Macri no sólo hace mal las cuentas

Nicolás Gallo, ministro de Infraestructura y Vivienda

El ministro de Infraestructura criticó al titular del Correo por fijar posición en unasolicitada. Se tensó la negociación contractual.


Por Cledis Candelaresi
t.gif (862 bytes) Los concesionarios del Correo Argentino S.A. "cometieron un error adicional al publicar esa solicitada", sentenció ayer Nicolás Gallo, evidentemente molesto por la carta a "la opinión pública" con la que el adjudicatario intentó demostrar que está al día con sus obligaciones contractuales. Desde la óptica oficial, aun en el caso de reconocerle a la sociedad comandada por el grupo Macri todas las deudas que reclama por servicios prestados a organismos estatales, el concesionario seguiría debiendo un mínimo de 50 millones de pesos por canon impago. Pero el principal desvelo del Gobierno no es ese cruce de acreencias, sino la indemnización de 217 millones que exige al Estado, argumentando que la empresa privatizada tiene un régimen laboral supuestamente más oneroso que sus competidores.

  Con la firma de su vicepresidente ejecutivo, el Correo detalló en solicitadas el canon que pagó, las inversiones que realizó y las supuestas obligaciones que el Estado tendría a su cargo por diversos conceptos, mucho de los cuales son puntos de debate en la comisión mixta que el Gobierno creó para zanjar las diferencias que mantiene con el concesionario. En declaraciones a la agencia Télam, el ministro de Infraestructura precisó que ese grupo prevé terminar su tarea el 15 de junio y recriminó a la sociedad Macri-Galicia el "desconocimiento de esa función".

  Correo Argentino S.A. debe pagar cuotas semestrales de canon por 51,60 millones de pesos, algo que la empresa habría hecho puntualmente en septiembre de 1997 y marzo de 1998. Pero en septiembre de ese año comenzó a descontar de aquella cuota el monto de las deudas de organismos públicos en forma unilateral. "Apeló a la manu militari", se quejaba ayer ante este diario el secretario de Comunicaciones, Henoch Aguiar. El mismo fastidio por aquella determinación empresaria anima a Gallo, pero el ministro prefiere no alimentar el debate público sobre estas controversias.  

  El Correo Argentino canjeó canon con facturas por alrededor de 140 millones de pesos, de los cuales hasta ahora el Estado reconoció formalmente 87 millones. Esto lo hizo Comunicaciones en 1998 a través de una resolución que ordenaba a Jefatura de Gabinete pagar a los 30 días aquella facturas que fuesen aceptadas. Los organismos estatales reconocieron su deuda, pero ésta nunca fue pagada y ahora el concesionario la reclama, con punitorios incluidos.

  "Si sumamos todo lo que pagó por canon a las deudas que reclama, aun aquellas que no fueron auditadas, seguiría debiendo unos 50 millones", calculó Aguiar, intentando despejar números.

  Sin embargo, la principal controversia gira en torno a la compensación de 217 millones que Macri pretende porque el Correo tiene un régimen laboral presuntamente más gravoso que las otras empresas postales que están en el mercado, heredado de Encotesa. El tema está lejos de cerrarse, pero algunos de los técnicos oficiales prevén que el grupo privado llevaría las de ganar.

  El concesionario argumenta que el pliego de condiciones obliga al Estado a "asegurar condiciones de competitividad", algo que éste no habría hecho, porque denunció los convenios colectivos que amparaban a los empleados, pero no los renegoció. Los negociadores públicos podrían contraatacar apoyándose en un dictamen de la Sindicatura General de la Nación, cuyos auditores consideraron que fijar las nuevas condiciones laborales es competencia del adjudicatario y no del poder concedente. Pero hasta ahora este documento aún no talló en la discusión.

 

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