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El debate se generó a partir de la visita que el lunes pasado el
vicepresidente Alvarez, en su gira por Gran Bretaña, hizo a César
Milstein, en su casa de Cambridge. Allí, le propuso retornar a la
Argentina para trabajar en el área científica a nivel local. El premio
Nobel rechazó la oferta, pero sugirió que el Gobierno debía promover,
en cambio, el regreso de los científicos jóvenes que están haciendo
estudios de posgrado en el exterior.
Klimovsky apoyó el consejo de
Milstein. "Repatriar a los científicos maduros es prácticamente
imposible: han formado sus equipos de trabajo y su familia ya se ha
adaptado al lugar. Pero se puede hacer algo con la gente joven que aún no
se ha afincado y que extraña mucho a su país", afirmó, en
declaraciones a Página/12.
Garrahan, profesor de la
Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, coincide: "Hay un
movimiento muy interesante de jóvenes argentinos en el exterior, cuya
recuperación es fácil, porque se han ido no para emigrar sino para
perfeccionarse". Pero las condiciones no están dadas porque, según
dijo, el actual gobierno "gasta poco en ciencia".
Según Albornoz, la Argentina
invirtió en investigación científica, en 1999, el 0,35 por ciento de su
PBI, "porcentaje que este año será menor, a raíz de los recortes
en el presupuesto". "La cifra es muy inferior a la de Chile,
donde alcanza el 0,68 por ciento --y el Gobierno prevé aumentarla al 1,2
por ciento en 4 años-- y a la de Brasil, donde es del 0,8 por ciento del
PBI y está en aumento", precisó a Página/12.
Klimovsky y Garrahan no
ahorraron críticas al Gobierno por la falta de políticas en materia
científica. "En el Gobierno hay una desorientación muy grande sobre
qué hacer con la ciencia --disparó Klimovsky--. El profesor (Dante)
Caputo está derivando dinero del presupuesto para las investigaciones
científicas para la implementación masiva de internet, y eso es
confundir la ciencia con el instrumento. La ciencia no es sólo un
microscopio."
"Mi fantasía --agregó Klimovsky-- es sentar a (el ministro
de Educación, Juan) Llach y a Caputo en un banquito de escuela para enseñarles
cosas elementales como la importancia de la investigación en ciencias
duras, el desarrollo de la física, la biología, la química. Si la
investigación básica se estanca, esto repercute en la tecnología, en el
desarrollo económico y en el bienestar social. Toda esta cadena queda
comprometida."
Garrahan, por su parte, sugirió
que "Caputo y el presidente De la Rúa deberían darse cuenta de que
éste no es un problema macroeconómico gigante", como puede ser el
de los jubilados.
Albornoz se abstuvo de cuestionar el proyecto de expansión de
internet, "porque Caputo lo desmintió". Pero cuestionó la
falta de inversión en investigación: "No hay plata para financiar
proyectos, no se pueden pagar buenas rentas ni equipar laboratorios. Ante
este panorama, un joven brillante que tiene la posibilidad de irse buscará
seguir su carrera científica en el exterior".
El vicepresidente Alvarez --que
debatió públicamente con Garrahan en una entrevista radial-- sostuvo que
al sector científico "hay que darle visibilidad social para que la
gente pueda revalorizar lo que se hace", y reveló que antes de su
gira por Gran Bretaña tuvo una reunión con Caputo para ver "cómo
podemos jerarquizar el sector y cómo mejoramos la inversión del país en
este sector, porque éste es el futuro de la Argentina". Albornoz acordó con Alvarez en la necesidad de darle "visibilidad" al sector, "para que el resultado de las investigaciones pueda ser utilizado por actores de la vida económica y social". Pero destacó que esto depende del desarrollo de las investigaciones básicas. Finalmente, recordó cómo hizo Brasil para incrementar su inversión en el área científica: "Cuando privatizaron las empresas públicas, obligaron a las empresas concesionarias a derivar una parte de sus utilidades a un fondo para el desarrollo de la ciencia, algo que aquí no se hizo".
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