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Sangre en blanco y negro deja la violencia oficialista en Zimbabwe

Dos granjas de tabaco fueron incendiadas el domingo a la noche. Tanto negros como blancos fueron quemados. Todos fueron acusados de apoyar la oposición al presidente Robert Mugabe.


t.gif (862 bytes) La escalada de violencia en Zimbabwe desnuda cada día más el conflicto político por detrás del racial. El domingo a la noche un grupo de "veteranos de guerra" invadió la finca Forrester, la mayor plantación de tabaco del mundo. Allí nadie fue herido, pero en la cercana plantación de tabaco Dean no tuvieron tanta suerte. El domingo a la noche intentaron quemar vivos tanto a blancos como a negros. Su crimen era apoyar al Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), la oposición al partido ZANU del presidente Robert Mugabe. Irónicamente, esos incidentes ocurrieron poco antes de que 45 granjeros blancos regresaran ayer a las fincas abandonadas tras el asesinato de otro hacendado blanco. El canciller británico Robin Cook ya advirtió que la ayuda económica a Zimbabwe (ex colonia de Londres) se suspendería mientras continúe la violencia. Más discreto, el presidente sudafricano Thabo Mbeki también estaría presionando para que Mugabe acabe con los disturbios.

  "Ustedes apoyan al MDC, y por eso los vamos a matar. En este país no hay lugar para el MDC". Esa fue la rápida e inapelable sentencia que recibieron los habitantes de la plantación Dean en Zimbabwe. La ocupación había sido inesperada. También lo fue el grado de violencia que la acompañó. En la noche del domingo, unos 200 jóvenes liderados por veteranos de la guerra de independencia (1972-1980) irrumpieron en la plantación. Quemaron la totalidad de la cosecha de tabaco (unas 110 toneladas) e intentaron hacer lo mismo con los trabajadores negros y los propietarios blancos. El propietario, Neville Tapson, se "salvó" con heridas en el rostro y el brazo. Pero su esposa fue severamente quemada. Decenas de los trabajadores negros de la finca sufrieron la misma suerte. Ese mismo día, una finca al norte fue atacada por otros grupos liderados por veteranos. Los invasores arrojaron bombas molotov contra las viviendas y la cosecha. La propiedad quedó completamente arrasada. Los empleados y sus familias sufrieron quemaduras. Comparado con esos ataques, la ocupación casi simultánea de la gigantesca hacienda Forrester (controlada por capitales austríacos) fue un modelo de moderación. Unas 700 personas del movimiento de los veteranos de guerra (Znlwva) ocuparon rápidamente la mayor parte de la propiedad. El administrador de la hacienda, Duncan Hamilton, fue liberado luego de que prometiera retirar su apoyo al MCD. Todavía retienen a dos jóvenes mujeres, sin embargo. El tabaco es la principal exportación de Zimbabwe.

  La inusitada violencia el domingo pareció contradecir los indicios paralelos de que lo peor del conflicto ya había pasado. El líder del Znlwva, Chenjerai Hunzwi (cuyo nombre de guerra es "Hitler"), se reunió ayer con representantes de los granjeros blancos en las Cataratas Victoria. Hunzwi habría afirmado que "los granjeros blancos deberían saber que no somos gente tan mala". Antes había declarado un "cese de las hostilidades". Sin embargo, "Hitler" también subrayó que "queremos que entiendan que una vez que estamos en una granja, ésta es nuestra también". Esta actitud dual de los veteranos se pudo ver en el caso de los 45 granjeros que habían escapado de sus fincas la semana pasada. Estos regresaron durante el fin de semana escoltados por la policía. Pero un hacendado denunció que ayer un granjero fue apaleado y tres granjas más fueron ocupadas.

  Los ataques del domingo contra trabajadores negros parecería demostrar que lo que ocurre en Zimbabwe no es simplemente una lucha racial entre latifundistas blancos y negros sin tierra. De hecho, entre los muertos por la violencia de las últimas semanas se encuentran tres dirigentes negros del MCD. Y el domingo, una bomba demolió parcialmente el edificio de un diario opositor. Se estima que el presidente Mugabe --quien hace poco perdió un referéndum que le hubiera permitido perpetuarse en el poder-- busca asegurarse la victoria en las elecciones legislativas que se celebrarán en mayo. Una punta de su estrategia sería la promesa de más tierra para los negros empobrecidos. La otra sería una campaña de intimidación y asesinato contra el MCD. Un veterano sintetizó la actitud de sus correligionarios: "No puede haber más partidos que el ZANU".

 

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