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"Ustedes apoyan al MDC, y
por eso los vamos a matar. En este país no hay lugar para el MDC".
Esa fue la rápida e inapelable sentencia que recibieron los habitantes de
la plantación Dean en Zimbabwe. La ocupación había sido inesperada.
También lo fue el grado de violencia que la acompañó. En la noche del
domingo, unos 200 jóvenes liderados por veteranos de la guerra de
independencia (1972-1980) irrumpieron en la plantación. Quemaron la
totalidad de la
cosecha de tabaco (unas 110 toneladas) e intentaron hacer lo mismo con los
trabajadores negros y los propietarios blancos. El propietario, Neville
Tapson, se "salvó" con heridas en el rostro y el brazo. Pero su
esposa fue severamente quemada. Decenas de los trabajadores negros de la
finca sufrieron la misma suerte. Ese mismo día, una finca al norte fue
atacada por otros grupos liderados por veteranos. Los invasores arrojaron
bombas molotov contra las viviendas y la cosecha. La propiedad quedó
completamente arrasada. Los empleados y sus familias sufrieron quemaduras.
Comparado con esos ataques, la ocupación casi simultánea de la
gigantesca hacienda Forrester (controlada por capitales austríacos) fue
un modelo de moderación. Unas 700 personas del movimiento de los
veteranos de guerra (Znlwva) ocuparon rápidamente la mayor parte de la
propiedad. El administrador de la hacienda, Duncan Hamilton, fue liberado
luego de que prometiera retirar su apoyo al MCD. Todavía retienen a dos jóvenes
mujeres, sin embargo. El tabaco es la principal exportación de Zimbabwe.
La inusitada violencia el
domingo pareció contradecir los indicios paralelos de que lo peor del
conflicto ya había pasado. El líder del Znlwva, Chenjerai Hunzwi (cuyo
nombre de guerra es "Hitler"), se reunió ayer con
representantes de los granjeros blancos en las Cataratas Victoria. Hunzwi
habría afirmado que "los granjeros blancos deberían saber que no
somos gente tan mala". Antes había declarado un "cese de las
hostilidades". Sin embargo, "Hitler" también subrayó que
"queremos que entiendan que una vez que estamos en una granja, ésta
es nuestra también". Esta actitud dual de los veteranos se pudo ver
en el caso de los 45 granjeros que habían escapado de sus fincas la
semana pasada. Estos regresaron durante el fin de semana escoltados por la
policía. Pero un hacendado denunció que ayer un granjero fue apaleado y
tres granjas más fueron ocupadas.
Los ataques del domingo contra
trabajadores negros parecería demostrar que lo que ocurre en Zimbabwe no
es simplemente una lucha racial entre latifundistas blancos y negros sin
tierra. De hecho, entre los muertos por la violencia de las últimas
semanas se encuentran tres dirigentes negros del MCD. Y el domingo, una
bomba demolió parcialmente el edificio de un diario opositor. Se estima
que el presidente Mugabe --quien hace poco perdió un referéndum que le
hubiera permitido perpetuarse en el poder-- busca asegurarse la victoria
en las elecciones legislativas que se celebrarán en mayo. Una punta de su
estrategia sería la promesa de más tierra para los negros empobrecidos.
La otra sería una campaña de intimidación y asesinato contra el MCD. Un
veterano sintetizó la actitud de sus correligionarios: "No puede
haber más partidos que el ZANU".
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