Por Javier Lorca El interventor de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu), Osvaldo Valiño, tomó sus primeras medidas para normalizar el gremio y eso bastó para desatar una ola de reacciones, huelga incluida. Valiño resolvió que los casi 20 mil docentes agremiados deberán elegir delegados para integrar un congreso ordinario y también que sólo podrán participar del mismo aquellos sindicatos de base con personería o inscripción gremial, con lo que hoy quedarían afuera trece gremios. �Rechazamos la intervención. Es una práctica autoritaria�, avisó José Luis Molina, último secretario general de Conadu. Para protestar contra la intervención, los docentes de 16 universidades nacionales harán un paro este viernes (y se sumarán a la huelga que iniciarán el jueves los colegios preuniversitarios).
En marzo pasado, la Conadu fue intervenida por el Ministerio de Trabajo, después de un interminable conflicto que enfrentaba a dos sectores que se arrogaban la conducción desde fines de 1998: por un lado, los docentes de las universidades de Tucumán, La Plata, el Litoral, Misiones, San Juan, entre otras; y por el otro, los de Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario, Entre Ríos, San Luis y más. El primer grupo sostenía a José Luis Molina como secretario general y el segundo, a Anahí Fernández.
El objetivo del interventor es normalizar el sindicato y organizar un congreso ordinario para que los gremios de base elijan un nuevo secretario general. Ahora, en su primer paso, Valiño les dio 45 días a los gremios en situación irregular (San Juan, San Luis y La Pampa) para que renueven sus conducciones y otros tantos días para que todos los sindicatos designen a sus delegados ante el congreso, que él prevé se realizará �después de las vacaciones de invierno�.
En diálogo con Página/12, Valiño se explayó: �Mi idea es consensuar, pero tengo que garantizar un marco de legalidad. Los gremios que no tengan personería o inscripción gremial no van a poder votar�, advirtió. �Desde los dos sectores me vinieron a pedir que no me pusiera en legalista. Y les contesté que voy a ser imparcial, pero bajo la ley. Si el ministerio les da la inscripción, votan, y si no, no�, afirmó. Bajo estas condiciones, de los casi 30 gremios que solían participar en las elecciones de Conadu, hoy sólo podrían hacerlo quince. Mientras, son trece los gremios que tienen su inscripción en trámite. Habrá que ver si los plazos les permiten integrarse.
Desde el sector alineado con Molina, Gustavo Di Marzio, dirigente gremial y docente de la Universidad de La Plata, aseguró: �Vamos a resistir la intervención hasta que seamos los trabajadores los que decidamos cómo solucionar el conflicto�. �Como interventor �retrucó Valiño�, tengo que solucionar una acefalía que produjeron ellos, no yo ni el ministerio.�
Para el tiempo
libre... (si queda) |
Cine. Hoy, a las 20, se proyecta Ladrón de bicicletas, en el centro cultural de la Facultad de Psicología (UBA), Independencia 3065. Gratis.
Derecho. Hoy, la Universidad de Palermo y editorial Gedisa presentan la colección Biblioteca Yale de Derecho. En la Feria del Libro, a las 21.30.
Ingeniería. Hoy comienza el curso Preparación y administración de proyectos, y mañana el de Evaluación de impactos ambientales. En la Facultad de Ingeniería (UBA), Las Heras 2214, piso 1º, 4514-3011/12.
Libro. Hoy, a las 20, se presenta Escrito 1 de Jacques Lacan. La carta robada y su introducción, de Jorge Beckerman y Pablo Amster. En el Centro Descartes, Jean Jaurés 916. |
�La globalización es un invento norteamericano�
En una entrevista con Página/12, el sociólogo francés Loïc Wacquant advirtió que la universidad latinoamericana está cayendo bajo el dominio intelectual de los Estados Unidos.
Por Cecilia Sosa
�Estados Unidos logró trasmutar su dominación económica en dominación intelectual... Hoy el mundo mira con ojos norteamericanos.� Desde el corazón académico de ese país, el sociólogo francés Loïc Wacquant dispara sus críticas demoledoras contra la macdonalización del pensamiento: �Los intelectuales latinoamericanos importan nociones como globalización o multiculturalismo porque obtienen prestigio simbólico y les parece que así están en la cima de la teoría. Pero son puros inventos�. Tiene 39 años y es profesor de la Universidad de California, Berkeley. Polémico, verborrágico y medularmente crítico, después de correr durante dos horas por las calles porteñas, el autor de Las cárceles de la miseria dialogó con Página/12 sobre el imperialismo cultural y explicó por qué Latinoamérica es terreno propicio para la importación de políticas como la �tolerancia cero� (ver aparte).
�¿En qué consiste el imperialismo cultural de los Estados Unidos?
�La globalización, el multiculturalismo, el mercado flexibilizado son nociones que surgen en EE.UU. y se proyectan al mundo entero como si fueran representativas de las realidades de todos lados. Pero se trata de particularismos que EE.UU. busca universalizar.
�¿Por ejemplo?
�La globalización es un discurso que los gobiernos de todo el mundo usan como excusa para justificar el retroceso de las políticas sociales. Fue una noción incubada en EE.UU. en los �70 para restablecer su supremacía frente a la competencia de Europa y Japón. Bajo la noción ecuménica de globalización, se impone el modelo económico liberal de EE.UU. El multiculturalismo y su idea de que todas las identidades deben ser reconocidas es una pantalla con la que la sociedad norteamericana se esconde a sí misma la exclusión continua a la que somete a la población negra y el crecimiento de la desigualdad de clases.
�¿Cómo funcionan estas nociones en el interior de la universidad?
�El reconocimiento de la diversidad sólo se traduce en las universidades en la ampliación de los cánones literarios más allá de la literatura de los blancos. Pero el verdadero problema de la universidad es el acceso. Para pertenecer a la clase media es indispensable ir a la universidad y cada vez hay menos lugares. El sistema de educación pública está en completa bancarrota. El 97 por ciento de los hijos de los que ganan más de 100 mil dólares anuales van a la universidad, y sólo un 10 por ciento de los que ganan de 15 mil dólares para bajo.
�¿Cómo llegan aquellos conceptos a la universidad latinoamericana?
�EE. UU. se convirtió en la nueva meca simbólica mundial. En todos los países, Argentina, Brasil, incluso Europa, hay intelectuales que trabajan para importar estas nociones porque obtienen prestigio y así les parece estar en la cima de la teoría. La combinación entre el control de los instrumentos simbólicos, como la TV, revistas, arte, música, y la fascinación frente a un aparente pleno empleo (que oculta dos millones de personas en prisión, una gran proporción de salarios de pobreza y de gente que ya dejó de buscar trabajo) hace aparecer a EE.UU. como el país a ser imitado. EE.UU. logró trasmutar su dominación económica en dominación intelectual. A diferencia del pasado, si un estudiante latinoamericano de Sociología quiere hacer un doctorado no va a Europa sino a EE.UU., porque allí le dan becas y soporte económico. Cuando regresan, han absorbido sus modos de pensar y los difunden en las universidades locales. Hoy el mundo mira con ojos norteamericanos.
�¿La tradición francesa de la que usted viene tiene impacto en la universidad norteamericana?
�Cuando descubrí cómo los norteamericanos interpretan a Foucault me sorprendí muchísimo. Lo hacen de acuerdo a sus propias preocupaciones. Y nada tiene eso que ver con cómo pensaban Lévi-Strauss, Deleuze o Derrida.Cuando Lyotard murió, en Francia nadie dijo murió �el mentor del posmodernismo�, sino un fenomenólogo. El posmodernismo es un invento norteamericano. Junto con el postestructuralismo, fueron inventados para describir corrientes intelectuales que EE.UU. no entendía. Paradójicamente, ahora se exportan a Francia.
�¿Cómo es recibido su pensamiento entre sus alumnos de Berkeley?
�Los alumnos piensan �vamos a aprender posmodernismo, postestructuralismo�. Pero el primer día les aviso que se estudiará el racionalismo histórico francés, que si quieren saber qué es el postestructuralismo deben saber qué es el estructuralismo. Pero ellos quieren saltar sobre lo último. Creen que las nuevas �teorías� les otorgarán mayores beneficios. Funcionan bajo una especie de pensamiento mágico. Eso es una estafa.
�¿Tiene conflictos con el resto de los profesores?
�No, porque soy francés, porque trabajé con Bourdieu, porque escribí teoría. Me tratan con cuidado. Igual, la mayoría juega este juego de los beneficios simbólicos con las invenciones teóricas y se recluye en pequeñas sectas donde el único mandato es diferenciarse. El debate no existe.
�Entonces, ¿cuál es el lugar del intelectual en Estados Unidos?
�No hay intelectuales en el sentido francés o inglés, hay �académicos� que se sienten productores de conocimientos �técnicos�, �neutrales�. El mundo universitario está aislado de los debates cívicos. En el medio, están las think tank, instituciones que legitiman y difunden las políticas neoliberales.
�¿Qué cree que pasa en América latina con los intelectuales?
�Me sorprendió ser entrevistado por diarios, revistas, la televisión. Hasta voy a encontrarme con asesores del Ministerio del Interior que quieren escuchar críticas sobre sus sistemas punitivos. En EE.UU. esto es impensable. Eso me sugiere que en Argentina todavía hay una tradición de intervención de los intelectuales en lo social. Es importante que los académicos, periodistas e intelectuales argentinos logren mantener vivo este debate y fuercen al Estado a responder a sus críticas.
Tolerancia 0
�Tolerancia cero significa la resurrección de la experiencia autoritaria sobre el sector más débil de la población latinoamericana�, dice Wacquant. Hoy, a las 19, presentará su último libro en Corrientes 2038; y mañana, a las 21, hablará sobre �Las astucias de la razón imperialista�, charla organizada por la cátedra de Sociología General (UBA) y la revista Apuntes de investigación, en Uriburu 950.
�Ud. afirma que Latinoamérica es tierra de evangelización de las doctrinas de la �tolerancia cero�, como en los 70 lo fue de la noción de �menos Estado�.
�Brasil, Argentina, Chile aplicaron la liberalización económica del �menos Estado� bajo la influencia de EE.UU. y organizaciones como el Banco Mundial, el FMI. Esas políticas aumentaron la inseguridad social y la desigualdad. Ahora necesitan importar políticas punitivas como la �tolerancia cero� para restablecer el orden.
�¿Qué efectos tienen?
�Latinoamérica aplica réplicas del modelo norteamericano y mucho más peligrosas: aquí el Estado de Bienestar y la tradición democrática son más débiles. Los largos períodos autoritarios hacen muy propicio el terreno para las políticas punitivas. Mientras en Europa y Estados Unidos se gesta un nuevo Estado liberal-paternalista: liberal hacia arriba, para las clases medias y altas, y punitivo-paternalista hacia abajo; en Latinoamérica la variante es liberal-autoritario, liberal al tope y autoritario hacia abajo. |
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