Por Adriana Meyer
 Todo mentira, soy decente�, dijo Monzer Al Kassar al ingresar a los tribunales de Retiro. Quizás intentó decir �inocente� o al menos eso es lo que entendió el juez federal Jorge Ballestero, quien lo había convocado para que se notifique de la prisión preventiva que le dictó hace un mes, y para ampliar su declaración indagatoria en la causa por falsificación de documento público y tenencia de documento público falso. El traficante de armas sirio afirmó que consiguió su pasaporte argentino �por orden del señor presidente Carlos Menem� y precisó que el ofrecimiento le fue hecho �en una comida en la Casa Rosada�. Ballestero estudia la posibilidad de citar al ex presidente como testigo para que explique por qué benefició a Al Kassar con tanta atención y generosidad.
Ante la Justicia española, el traficante había declarado que las fotos para obtener los documentos �que obtuvo en tiempo record� fueron tomadas en el despacho de Menem y que el saco que lucía se lo había prestado el ex mandatario, algo que Ballestero consideró �improbable� dada la �envergadura física de uno y otro hombre�. Así lo escribió en su resolución cuando le dictó la prisión preventiva. Sin embargo, en esa oportunidad el juez señaló �algunas circunstancias particulares que rodearon la maniobra�, tales como el trámite �llamativamente veloz� que tuvo el otorgamiento de la ciudadanía en la provincia de Mendoza, y destacó que �el singular tratamiento que recibió de autoridades oficiales, fuera o no a realizar las inversiones que aseguraba iba a concretar, no justificaba en modo alguno, no ya las irregularidades que se han detallado, sino las notables �ventajas� de que gozaba�.
Al presentarse ayer ante la Justicia, Al Kassar evitó ser detenido y la ejecución del departamento que había ofrecido oportunamente como garantía para continuar en libertad. El inmueble ubicado en el cuarto piso de Libertador 5346 hubiera sido rematado para cubrir los 200.000 pesos fijados por Ballestero al concederle la exención de prisión.
La audiencia duró una hora y media, pero la mayor parte del tiempo transcurrió mientras el sirio y sus abogados revisaban la documentación que les fue exhibida. Aunque Ballestero ya resolvió su situación procesal quería interrogarlo sobre nuevos elementos que hay en la causa relacionados a la inscripción de su hijo argentino y a su casamiento con Raghda Habbal, ocurrido el 13 de enero de 1992. Pero el sirio se amparó en su derecho a no responder. Sólo pronunció unas palabras en un castellano muy trabado para decirle al juez y al fiscal Carlos Rívolo lo mismo que vociferó ante la prensa: que fue a hacer los trámites por orden de Carlos Menem, que no lo acompañó ningún traductor �a pesar de que no entendía ni una palabra del idioma� sino un funcionario al que no identificó. De todos modos, la ex secretaria privada de Menem, Amalia Beatriz �Amira� Yoma, declaró en la causa que �acompañó a Monzer Al Kassar a tramitar su residencia permanente al Departamento Nacional de Migraciones�. El traficante agregó que �todo fue legal� y que va a esperar el resultado de la apelación a su prisión preventiva, que ya está analizando la sala II de la Cámara Federal porteña. Sus abogados pidieron fotocopias de todo el expediente y obtuvieron la autorización para que su cliente pueda presentarse cada seis meses ante la embajada argentina en España, en lugar de tener que hacerlo cada tres como hasta ahora.
Antes de retirarse, Al Kassar reiteró que no tiene antecedentes penales y para ratificarlo mostró su cédula de residente español. La investigación que realizó la Justicia porteña determinó que sí tenía antecedentes. De hecho, en el expediente se mencionan una condena en Francia y una detención en el Reino Unido. Pero, además, el sirio falseó otros datos. Aseguró que venía al país a realizar inversiones que nunca se comprobaron y mintió cuando afirmó que había residido durante dos años en territorio argentino. Antes de enviar el caso a juicio �que no será oral porque rige el antiguo código�, el juez quiere determinar si la maniobra �se trató de una actividad encaminada a obtener a favor de numerosas personas de origen árabe o sirio su nacionalidad argentina�. Ballestero funda sus sospechas en �los numerosos trámites de personas de esa nacionalidad que se realizaron en aquella provincia y ante el mismo tribunal�.
La causa iniciada en mayo de 1992 con la denuncia del ex fiscal de Cámara Gustavo Hornos estaba a punto de prescribir. Se había estancado porque nunca aparecieron los documentos falsificados, es decir que los investigadores carecían del �cuerpo del delito�. Pudieron avanzar recién cuando la Justicia española les informó que cuando Al Kassar declaró en ese país exhibió su polémico pasaporte número 13.363.273 y su DNI número 18.753.429, ambos argentinos. El juez ordenó el secuestro de esos documentos, que las autoridades españolas le devolvieron al traficante. Este fin de semana cuando llegó a Ezeiza y ayer mismo en Tribunales Al Kassar exhibió su pasaporte sirio.
|
�De bolítica yo no habla.� (Sobre el atentado a la AMIA)