Por Nora Veiras
 �Es para conseguir una copia y pasarla �dijo un director.
�¿Para abajo o para arriba? �inquirió otro.
�Para los dos lados �completó el primero.
El objeto del deseo de los docentes fue Todo comienza hoy, la última película de Bertrand Tavernier, exhibida para que ellos como público elegido debatieran sobre la realidad reflejada en la pantalla. La lucha de un maestro y director en un jardín de infantes en el norte de Francia, una zona donde la muerte de la minería sepultó las expectativas laborales y sociales de los padres de los alumnos, conmovió a todos al mirarse en la cara más cruel del modelo globalizado.
�Destinamos el 45 por ciento de los recursos a la parte social�, brama un funcionario cuando le reclaman por la reducción de las partidas destinadas a planificación familiar bajo la promesa de reinvertir en otros programas afines. El alcalde de la comuna se vanagloria por �haber terminado con el proteccionismo cobarde para amparar el libre mercado�. Puertas afuera, el discurso se estrella contra la vida de la gente. Chicos golpeados, madres alcohólicas acosadas por la falta de comida, de luz, de calefacción; padres sin trabajo. Dramas que inevitablemente invaden la escuela y buscan allí una respuesta.
Desde el fondo de una de las salas de Metrovisión, un director de escuela porteña encontró la explicación a la incontenible demanda que reciben a diario. �La escuela es la última imagen del Estado que tiene la sociedad, por eso se le va a pedir todo�, dijo y otra colega completó: �La escuela es la única institución donde se sigue escuchando a la gente. Esto ya no pasa ni en el hospital�.
Los directores de las escuelas porteñas asumieron como propios los problemas que trata de solucionar Philippe Torreton en el personaje de Daniel. El desamparo en el que se encuentran por la falta de sensibilidad de la burocracia apareció una y otra vez. �Nos acaban de decir que tenemos que contar los ausentes para hacer las devoluciones correspondientes de las raciones de comedor escolar. Cuando todo el mundo sabe que con esas raciones comen otros chicos�, se quejó un director. �Pero todavía acá no dejamos afuera a los chicos que no pagan, como sucede en Francia�, retrucó otro.
�Esto muestra que la pobreza globalizada y los problemas de los docentes están más allá de los contenidos porque tenemos una función de contención socioeconómica. Es evidente que cada vez más tenemos una función asistencial. Tenemos que mantener la esperanza, darles sentido para que los chicos no sucumban en la droga, el alcohol o la depresión. Pero es muy poco lo que podemos hacer si nos olvidan los políticos y los economistas�, reflexionó una directora.
Como Daniel, más de uno confesó el deseo de abandonar la docencia agobiado por conflictos que sólo pueden atenuarse. �Yo ya no lo puedo hacer por una cuestión de edad, pero la verdad es que dudo de que sea una profesión atractiva para los jóvenes�, lamentó una directora.
�La verdad, me voy contento. Es la primera vez que veo en otro país reflejado el nuestro y creo que estamos mucho mejor de lo que creemos. Nosotros hemos aprendido a solucionar cosas que han atenuado los errores del sistema y esto demuestra profesionalidad en el ejercicio del cargo.
El conformismo del director irritó a otros que se resisten a encontrar en la comparación fácil una satisfacción. El diálogo de sordos entre los que lidian con las urgencias y los gobernantes supuestamente progresistas que apelan a las mismas estadísticas deshumanizadas para justificar el olvido de la gente recorrió la reflexión de directores y supervisores.
�Está claro que nadie puede solo. Hay un sistema social que ayuda. Así como hay un asistente social indiferente y un supervisor que se maneja en lo teórico. Hay otros que colaboran. Para mí está bien que lo asistencial se transforme en contenido de la escuela porque es necesario rehacer las redes sociales. No tenemos que confundir lo que hacen los políticos con lapolítica porque lo que hace el maestro es política; lo que pasa es que la estupidez está repartida democráticamente�, remarcó el mismo director que había asimilado el lugar de la escuela al del Estado.
�El problema es que si sigue este modelo se van generando cada vez más excluidos y ante eso las respuestas individuales ya no sirven, no alcanzan �monologaba un director frente a otro, demudado.
En un contexto de privaciones y falta de futuro, la escuela también termina limitada a la supervivencia y se tornan hasta grotescas las exigencias burocráticas del sistema.
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