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INSOLITA PELEA ENTRE JUECES Y FISCALES DE SAN ISIDRO
La guerra de las fotocopias

Un conflicto entre fiscales y jueces sobre la validez de las fotocopias tiene parada la Justicia de San Isidro desde hace un mes. Un fiscal hasta grabó en forma oculta a una jueza.

El juez Fernando Maroto, de la Cámara de Apelaciones.
El tribunal falló contra los fiscales de manera fulminante.


Por Andrés Osojnik

t.gif (862 bytes) El conflicto tiene un costado absurdo: una pelea burocrática en torno de las fotocopias. Sucede que los fiscales de San Isidro, para que los autoricen a tomar medidas procesales, remiten a los jueces las causas fotocopiadas. Pero los jueces no las aceptan, bajo el argumento de que las decisiones sólo se toman sobre la base de originales. El problema es que la pelea tiene un costado más grave: como cada uno insiste con lo suyo, las causas no avanzan, por lo que la Justicia de San Isidro se encuentra virtualmente parada desde hace casi un mes. En el medio hay hasta una jueza que fue grabada en forma oculta por el secretario de un fiscal. Y denuncias cruzadas entre unos y otros, que amenazan con llegar a la Suprema Corte de la provincia. Por lo pronto, la Cámara de Apelaciones -que se expidió a favor de los jueces� acaba de ordenar que se investigue a siete fiscales por un cóctel de delitos que van desde abuso de autoridad hasta intimidación a una jueza. Y pidió para ellos el jury de enjuiciamiento.
En realidad, la batalla fotostática (según el término usado en el expediente judicial) tiene un trasfondo de larga data: el conflicto de poderes entre los fiscales nombrados con la implementación del nuevo Código Procesal y los jueces de Garantías. En San Isidro, el centro de la polémica es el fiscal general Julio Novo, quien concentró las mayores críticas de jueces y algunos fiscales en torno del manejo de las causas. �Se maneja con criterios arbitrarios y dispone de modo autoritario de los fiscales�, relató a este diario una fuente de esos tribunales. �Hubo fiscales que quisieron manejarse con independencia en las causas y terminaron apartados de ellas�, detalló.
Precisamente, fue Novo quien dio origen al escándalo actual, al firmar la resolución por la que los fiscales deben entregar a los jueces únicamente fotocopias de los expedientes. Se trata de un trámite común: el representante del Ministerio Público debe pedir autorización al juez de Garantías para tomar ciertas medidas �allanamientos, detenciones, prisiones preventivas�. Pero en San Isidro, lo cotidiano se volvió una disputa que sería desopilante si no fuera porque en el medio quedaron paralizadas cientos de causas.
El punto culminante del conflicto fue la presunta intimidación a la jueza Marcela De Langhe. El episodio ocurrió el sábado 1º de abril. El fiscal Fabián Brahim �hombre muy cercano a Novo� irrumpió en el despacho de la jueza, que no estaba de turno, para que autorizara un allanamiento. Exhibía para ello la causa, por supuesto, fotocopiada. El fiscal se presentó ante la magistrada con sus dos secretarios y dos policías.
Según la denuncia que luego hizo De Langhe, uno de los secretarios llevaba oculto un grabador entre sus ropas �a fin de recabar lo que ellos presuponían prueba de la negativa� a recibir las dichosas fotocopias.
El grabador finalmente quedó en evidencia y Brahim salió rebotado, pero el hombre no se amilanó. Y presentó una denuncia �por incumplimiento de los deberes de funcionario público� contra la secretaria de la jueza. El delito: qué otra cosa que haberse negado a recibir la causa en su versión fotostática. La secretaria, a su vez, pretendió hacer otra denuncia, esta vez por la intimidación. Pero debía hacerlo ante un fiscal. Después de cinco horas de pasillo, finalmente pudo presentarla ante Fabiana Cotelo, pero la causa quedó dormida en un cajón. La que quedó despierta fue la que se abrió en su contra. Y terminó procesada y con un llamado a indagatoria. Todo por no recibir fotocopias. En otro juzgado, un segundo secretario corrió igual suerte.
Ambos funcionarios, ante el temor de terminar presos, presentaron un hábeas corpus, sobre el que acaba de expedirse la sala I de la Cámara de Apelaciones, integrada por Juan Carlos Fugaretta, Roberto Borserini y Fernando Maroto. El tribunal no sólo hizo lugar al pedido, sino que declaró nulos los llamados a indagatoria. Y ordenó investigar por presunto abuso de autoridad a los fiscales Fabiana Cotelo, Eduardo Vaiani, LinoMirabelli, Oscar Márquez y Federico Schumacher, al haber imputado de un delito a ambos secretarios �a sabiendas de su inocencia�.
También encomendó una investigación al fiscal Brahim pues �prima facie� está probado que �desobedeció la orden de un magistrado de presentar el expediente original, de intimidar a una magistrada y su secretaria, de denunciar falsamente a una funcionaria judicial y de introducirse ilegalmente� en el desacho de la jueza. En la mira del tribunal también quedó la fiscal Beatriz Molinelli. Para todos ellos, la Cámara pidió el jury de enjuiciamiento, y remitió las actuaciones a la Corte provincial.
Novo, pese a ser el autor de la orden fotostática, quedó sin acusación. �¿Por qué el fallo no menciona a Novo, que fue quien dio la orden? -preguntó Página/12 a Maroto, uno de los integrantes del tribunal.
�Nosotros ordenamos iniciar la investigación. En las causas que se inicien quedarán determinadas las responsabilidades de cada uno.

 


 

LADRONES CON IMAGINACION
A robar con el inodoro

Vestidos como personal de maestranza, cuatro ladrones se mezclaron entre el personal de limpieza y vigilancia para asaltar un Banco Río de la localidad bonaerense de Victoria. Pocos minutos después de las 7 de la mañana de ayer, entraron muy silenciosos a la sucursal en su rol de empleados de mantenimiento. Para reforzar el disfraz, uno de ellos cargaba un inodoro roto. Pero el telón de la función cayó cuando sacaron sus armas y tomaron a 20 personas como rehenes hasta que llegaron quienes tenían las llaves del tesoro de la sucursal y pudieron escapar con 400.000 pesos, como verdaderos ladrones.
Los ladrones llegaron en una camioneta Fiat Fiorino hasta la sucursal del Río ubicada al 3400 de la calle Presidente Perón, en el partido de San Fernando. Ingresaron por la puerta principal disfrazados con los uniformes de la empresa de limpieza que tiene la concesión en todas las sucursales del banco, haciéndoles creer a los demás �empleados� que estaban realizando trabajos sanitarios. Algo más de dos horas antes que la entidad abriera al público, revelaron su verdadera identidad acorralando al personal a punta de pistola. Sin disparar un solo tiro, desarmaron a los custodios de la entidad y tomaron como rehenes a todos los empleados y clientes que pasaban al banco, algunos de ellos jubilados que habían ido a primera hora para cobrar. 
Mientras esperaban a quienes tenían las llaves de su botín, tomaron todo el dinero que había en las cajas de atención al público, alrededor de 6000 pesos. Dos largas horas transcurrieron hasta que llegaron la tesorera, un cajero y la jefa operativa de la sucursal y pudieron vaciar la bóveda del banco sin dejar rastro de sus 400.000 pesos. Sin perder más tiempo, huyeron del lugar en un automóvil, luego de encerrar a toda la gente dentro de la sucursal. 
El fiscal de San Isidro, Diego Molina Pico, y la policía de San Fernando buscan desde ayer a los delincuentes con ayuda de las imágenes capturadas por las cámaras de circuito cerrado instaladas en el banco, sabiendo que estos personajes pueden cambiar de traje. 

 

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