Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


La dama de hielo del music-hall
y las reglas del nuevo cabaret 

Ute Lemper interpreta, en �Punishing Kiss�, canciones de Elvis Costello, Nick Cave, The Divine Comedy, Tom Waits y de Scott Walker.

Frío: La frialdad puede ser, también, el acerado hielo capaz de atravesar una canción y convertirla en algo tan hiriente como el filo de un puñal.

En su último CD, Ute Lemper recorre autores contemporáneos.
Los arreglos y acompañamientos son del grupo Divine Comedy.


Por Diego Fischerman

t.gif (862 bytes) �Frialdad� es lo más cercano a una mala palabra que hay en el mundo de la música. Ya se sabe: la música se hace con el corazón, el sentimiento es lo importante, lo esencial no son las notas sino la expresión, la técnica es un medio y no un fin. Ser frío, en música, equivale a no ser músico. O, mejor, a ser una especie de máquina sin vida. Una suerte de impecable eficacia al servicio de la nada. Sin embargo, la frialdad puede ser, también, el acerado hielo capaz de atravesar una canción y convertirla en algo tan hiriente como el filo de un puñal. La frialdad, en forma de perfecto distanciamiento emotivo, puede ser, en voces como las de Ute Lemper, un arma letal. 
Alemana, pintora, bailarina de Béjart y de Pina Bausch, actriz de Robert Altman (fue la modelo que desfiló, embarazada y desnuda, en Pret à Porter), musa del nuevo expresionismo y abanderada de Kurt Weill, esta cantante que hizo un emblema del cabaret berlinés de los años �30 ahora se encuentra con otro cabaret. En su último disco, que esta semana acaba de ser distribuido por el sello Decca en Buenos Aires, Lemper cambia a Lili Marlene por los sonidos mucho más contemporáneos (pero igualmente oscuros, irónicos y/o melancólicos) de Nick Cave, Elvis Costello, Tom Waits y el grupo The Divine Comedy. El título del CD, The Punishing Kiss, es el de una de las tres canciones de Costello incluidas allí. �Sus canciones son tan bellas como teatrales�, explica la cantante. �Todas tienen un poquito de Burt Bacharach y creo que le salen mejor todavía después de haber trabajado con él. Costello escribe como Jacques Prévert, con el tono poético de esa clase de mundo existencialista. A él no lo asusta hablar en sus canciones de cosas verdaderamente perturbadoras.� El compositor es, obviamente, más mesurado: �Mis tres canciones son story songs, por lo tanto quedan muy bien con un lenguaje más teatral, más de comedia musical, con el que Ute patentó como una de sus invenciones�. La canción del título, ese beso de escarmiento que la voz de Lemper (la pluma de Costello) dice �preferir para las tardes solitarias�, fue concebida originalmente como música para uno de los episodios de la película Short Cuts, de Altman, pero su autor encontró que �convenía reservarla para la voz de Ute porque ella podía sumergirse en las profundidades inexploradas de la canción�. 
El proyecto de grabar un disco dedicado a canciones de compositores actuales nació de una propuesta de David Sefton, el director del Festival de Meltdown. �Sí claro, Nick Cave va a componer para mí. ¿Vos creés que alguna vez oyó hablar de mí?�, cuenta que dijo Lemper. Pero claro, Cave había oído hablar de ella, igual que Waits, Costello o Scott Walker, que escribió especialmente para ella una pieza de 11 minutos llamada �Scope J�. Los otros autores convocados son la dupla Joby Talbot-Neil Hamon (quienes al frente de The Divine Comedy fueron, además, los responsables de los arreglos) y Philip Glass, compositor junto a Martin Sherman de �Streets of Berlin�. Esta canción, escrita para Mick Jagger y para el film Bent, fue tomada por Lemper en un tono deliberadamente ajeno al del cabaret. �La atmósfera que crea podría ser la de Berlín en cualquier época; en el 2030, en 1946 o en el período posterior a la caída del Muro. Es la historia de una ciudad perdida, una ciudad en el medio de la nada durante 45 años.� Como fetiche, superstición o, simplemente, por gusto, a las canciones actuales se agrega una más. La implacable excelencia de la alemana que alguna vez saltó a la fama haciendo en el teatro la Sally Bowles que Liza Minnelli hizo famosa en el cine, se regodea, en dúo con Neil Hamon, en un viejo conocido: el �Tango Ballad� de la Opera de Tres Groschen de Kurt Weill. Y la frialdad, lejos de ser inexpresiva, se convierte en un hilo de agua helada recorriendo la espalda con interminable lentitud. 

 

PRINCIPAL